El voluntariado ambiental del CIMA movilizará a diez mil personas este año

Es el programa más participativo de España

La gestión del medio ambiente suele asociarse a políticas preventivas y de control pero hay otra labor que apenas se menciona por lo difícil que es de evaluar en el corto plazo, aunque sea la más decisiva para el futuro, la educación ambiental. En Cantabria, la tarea de implicar a todo el tejido social en la conservación del medio natural le fue encargada por el Gobierno regional al CIMA. Este organismo, más conocido por el control y monitorización de la calidad del aire, también viene desarrollando una intensa actividad de promoción de la educación ambiental, a través de programas de voluntariado, cursos y conferencias, además de facilitar el conocimiento de nuestro entorno a través de los centros de interpretación diseminados por la región.

En 2012, el CIMA inició un programa con el que se pretendía estimular la participación de asociaciones y entidades de todo tipo en actividades de educación ambiental. Aquel primer año se implicó una única entidad,  SEO/Birdlife; con ella se realizaron quince actuaciones, en las que participaron 252 personas. Hoy son ya 33 las organizaciones que participan en el programa de voluntariado ‘Provoca’ –que es el nombre con el que se conoce– proponiendo actividades de todo tipo, y al cerrar el año habrán participado diez mil personas, unas cifras que, si tenemos en cuenta la población de Cantabria, lo convierten en el programa de voluntariado más participativo de todos los que se realizan en España.

Plantaciones, retirada de plantas invasoras…

Entre las organizaciones que se han vinculado a este programa se encuentran fundaciones, asociaciones de todo tipo, ayuntamientos, redes de desarrollo rural y la propia Universidad. A partir de sus propuestas se llevan a cabo actividades de muy diversa índole, como la restauración de arbolado en zonas degradadas, la eliminación de plantas invasoras, la observación de la biodiversidad o la señalización de senderos para fomentar rutas alternativas que propicien una vigilancia pasiva, para prevenir incendios.

Tiempo atrás, una de las iniciativas más recurrentes era la eliminación de plantas invasoras, pero entre las propuestas que más interés están despertando actualmente se encuentran los llamados jardines de mariposas (el uso en la jardinería urbana de plantas que atraen a las mariposas), y los ‘hoteles de insectos’.

Estas actividades se completan con las visitas guiadas a los cinco Centros de Interpretación de la Naturaleza dispersos por la región.

El CIMA ha preparado una oferta dirigida a centros educativos y asociaciones para la que ha encontrado una gran receptividad. «Prácticamente, todo el mundo asociativo está cooperando –subraya Jesús García, director del CIMA–. Ponen lo más importante, que son las ideas y la voluntad, y la labor del CIMA es incentivarlo y facilitar medios y transporte».

El éxito del programa Provoca lo sitúa muy cerca de sus máximas posibilidades de movilización con los recursos de que dispone. Las 340 actividades realizadas el pasado año prácticamente agotan el presupuesto que el CIMA dedica anualmente a la educación ambiental, que asciende a 360.000 euros.

Un Centro de Documentación

El CIMA fue creado por el Gobierno de Gestión que presidió Jaime Blanco en 1991. A pesar de su breve duración (seis meses), aquel Ejecutivo dejó su huella en el campo ambiental, con la creación de un organismo que, en una primera etapa, centró su actividad en la realización de análisis físico-químicos sobre el estado del medio ambiente. Una labor que apenas trasciende pero que, con su red de 11 estaciones de control atmosférico y su laboratorio para el análisis de aguas, residuos o suelos, resulta vital para asegurar el control de la calidad de nuestro medio ambiente.

Desde 2006, el CIMA tiene otro rostro más visible, el que le proporciona su actividad en el campo de la educación ambiental. Fue en esa fecha cuando una ley estatal sobre el derecho a la información y participación ambiental generó unas competencias para las autonomías en este campo que en Cantabria fueron asumidas por el CIMA.

Para desarrollar esta labor, este organismo se dotó de un Centro que aglutinase todos los recursos destinados a esta faceta educativa, el CEDREAC (Centro de Documentación y Recursos para la Educación Ambiental en Cantabria), que sirve de lugar de encuentro y formación para los educadores o entidades interesados en conocer y transmitir valores ambientales. El Centro organiza anualmente cursos dirigidos a profesores y monitores ambientales y completa su actividad divulgativa con jornadas y conferencias para un público más amplio.

Estos recursos se van a ver potenciados con la próxima puesta en marcha de un canal de video con contenidos medioambientales, que podrá ser seguido no solo en el blog de CEDREAC sino a través de Youtube. La producción de este contenido audiovisual será asumida por el propio Centro, que cuenta con una plantilla de seis personas de las 27 que trabajan en el CIMA. Será un ejemplo más de la apuesta que este organismo hace por la educación ambiental, al entender que es la mejor manera de garantizar la preservación de nuestro entorno.

Suscríbete a Cantabria Económica
Ver más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Botón volver arriba
Escucha ahora