Buruaga ofrece ‘diálogo, moderación y huir del revanchismo’

La nueva presidenta del Gobierno de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga ha dejado claro que pretende que su mandato se caracterice por “el diálogo y la moderación”, y ha enviado un mensaje al ala derecha de su partido y a Vox, deseosos de aprovechar el momento para acabar con el regionalismo y someter a Revilla a una ristra de comisiones de investigación, al anunciar que su gestión estará “alejada del revanchismo”. Con un equipo en el que la mitad de los miembros tiene un perfil político bajo “y sin fichajes galácticos”, su objetivo es gobernar en minoría con cierta comodidad, y tiene muchas posibilidades de conseguirlo.

Vox se lo puso fácil a Sáenz de Buruaga al votar “no” por dos veces a su investidura. La nueva presidenta cántabra no necesitaba su apoyo teniendo garantizada la abstención de los regionalistas, pero eso le deja las manos aún más libres para gobernar como si tuviese mayoría, todo un milagro en la política moderna. En el PP no olvidan que los ultraconservadores se abstuvieron en la investidura de Revilla pero no votaron en contra. Ese error estratégico de Vox –que hubiera podido salvar las formas absteniéndose en la segunda sesión de investidura– deja en evidencia que si le han puesto la proa a Buruaga no es por diferencias ideológicas, sino por no haber tenido consejerías, y afianza el pacto tácito de gobierno del PP cántabro con el PRC.

Desde que comenzó la precampaña electoral, Buruaga se ha empeñado en escenificar un Partido Popular muy distinto al de su predecesor, Ignacio Diego, de cuyo gobierno fue vicepresidenta pero de quien ahora está tan alejada. Redujo la belicosidad con el PRC a lo meramente político, dejando fuera todo lo personal, lo que abría las puertas a posibles pactos si, como ha sucedido, ganaba las elecciones sin escaños suficientes para ser investida.

Diego optó por todo lo contrario y la estrategia resultó funesta. Es cierto que ahora Buruaga hubiese podido prescindir del PRC y apoyarse en Vox, dándole entrada en su gobierno, pero ha tenido tantos desaires internos desde la derecha de su formación –la que animaba a este pacto– que no podía desaprovechar la oportunidad que le daba Revilla de gobernar sola.

Intervención de Feijóo

No ha sido fácil. Desde que lo planteó, ha tenido que superar una dura campaña en las redes sociales en la que han participado personas de Vox, y no solo de Vox, para intentar hundir la opción PRC, con la circulación de bulos en los que se atribuía la generosidad de Revilla a un supuesto pacto que le evitase las comisiones de investigación sobre lo ocurrido en la Consejería de Obras Públicas. Una campaña que secundaron los periódicos conservadores nacionales con entusiasmo.

El propio Feijóo tuvo que intervenir por dos veces, en Madrid y en Santander, para asegurar que ni Revilla había pedido un pacto semejante ni el PP lo hubiese aceptado,  defendiendo así la integridad del líder regionalista. Lo cierto es que, en un momento complejo, el presidente del PP no estaba dispuesto a que Cantabria, la región donde mejor resuelta tenía la investidura, también se contaminase con la polémica que levanta cada pacto con Vox.

Buruaga, convencida de que el enfebrecimiento de las redes era una tormenta pasajera, decidió afrontarla sin aumentar el calibre de la munición que ya había prometido: una auditoría de gestión en la Consejería, algo que como le recordó Leticia Díaz, la portavoz de Vox, es tan habitual dentro de la administración pública como poco resolutivo.

Revilla aprovechó la sesión de investidura para recordarle a Leticia Díaz que el asunto de Obras Públicas se sustanciará en un juicio en el que declarará mucha gente y que ni su nombre ni el de ningún otro cargo del PRC aparece en toda la investigación de la UDEF. También le recordó a Leticia Díaz –letrada del Gobierno de Cantabria– que tanto ella como sus compañeros juristas formaban parte de las mesas de contratación que hicieron las adjudicaciones, puesto que siempre ha de contarse en ellas con un miembro de este cuerpo.

La nueva presidenta ha marcado en el discurso de investidura el tono “de diálogo y moderación” que pretende darle a su gobierno, “alejado del revanchismo”. Un discurso en el que reconoció la figura política de Revilla mencionando, como ya había hecho en varias ocasiones recientemente, su contribución decisiva a la creación de la autonomía y el empeño puesto durante 40 años en la evolución y mejora de la comunidad autónoma. Otra llamada más a contar con el apoyo tácito del PRC, que no le va a faltar, a tenor de lo que manifestó Miguel Ángel Revilla, bien con sus votos favorables o con sus abstenciones.

‘Sin galácticos’

María Sáenz de Buruaga (como ha ocurrido con otras políticas antecesoras pretende acortar su nombre), aseguró que su mandato estará presidido por el respeto, la humildad y la cercanía a la gente. “Gobernaré con los pies en el suelo”, resumió

La presidenta popular ha optado por mantener el número de consejerías de la legislatura anterior, pero agrupar competencias para «favorecer la coordinación, evitar disfunciones o duplicidades y generar sinergias para conseguir resultados».

Al dar a conocer los nuevos consejeros, explicó que no ha recurrido a “fichajes galácticos” y destacó, de los nombrados, su «lealtad», su «talento, capacidad y trayectoria profesional», su «extraordinaria cualificación técnica», sus «habilidades políticas» y su conocimiento de la realidad de Cantabria.

Con una estructura gubernamental muy semejante, el principal cambio en la forma de funcionamiento con respecto al Gobierno PRC-PSOE va a estar en su «nueva forma de entender la Presidencia», ya que ella misma ejercerá la portavocía del Ejecutivo y no tendrá vicepresidentes.