Lupa pone en marcha la primera fase de su gigantesco centro logístico

La cadena de supermercados invierte 40 millones

Han pasado casi cuatro décadas desde que, en 1982, Semark abrió en Torrelavega su primer supermercado Lupa. En este tiempo, la compañía cántabra no ha hecho más que crecer. Ya cuenta con cuatro marcas –Lupa (para la venta al por menor), Topcash (venta al por mayor en formato cash&carry), Telco y Tifer– y suma 175 establecimientos repartidos por tres comunidades autónomas: Cantabria, Castilla y León y La Rioja. En 2018, la empresa facturó 535 millones de euros y está poniendo los medios para seguir creciendo. El primer edificio del nuevo centro logístico de Marina de Cudeyo va a ser una pieza clave en ese plan y en la modernización de su distribución. El complejo tendrá un coste de 40 millones de euros y propiciará la creación de 350 nuevos empleos.


Lupa es una marca reconocida por todos los cántabros, pero también en Castilla y León y La Rioja, comunidades a las que se ha expandido en los últimos años. Solo en el presente ejercicio, el grupo Semark, propietario de la cadena, ha abierto cinco establecimientos en Cantabria, Burgos, Valladolid, La Rioja y Segovia y ha materializado la primera fase de su mayor inversión hasta la fecha, el centro de almacenamiento y distribución del polígono que construye en Marina de Cudeyo. Cuando se complete, habrá supuesto un coste superior a los 40 millones de euros y generado 350 nuevos puestos de trabajo.

Con este centro, Lupa pretende aumentar su capacidad de almacenamiento y mejorar la eficiencia de la distribución, para reducir aún más los tiempos de suministro a sus tiendas.

Las nuevas instalaciones están pensadas para dar servicio a los establecimientos que Lupa tiene en Cantabria y en La Rioja. También surtirá de algunas referencias a los de Castilla y León, aunque éstos sigan abasteciéndose del centro logístico que construyó en Palencia.

El grupo Semark, presidido por José Antonio Vega Berisa, facturó el año pasado 535 millones de euros, lo que representa un incremento del 7,9% en comparación con el ejercicio anterior, y obtuvo un ebitda de 18,1 millones de euros, con un beneficio neto de casi seis.

No solo es una de las mayores empresas de Cantabria por volumen de negocio y por beneficios. Su plantilla media durante el ejercicio fue de 3.308 trabajadores, casi 400 más que el año anterior, y sus 175 supermercados (una cifra que aumenta mes a mes) están repartidos ya por tres comunidades autónomas: Cantabria, Castilla y León y La Rioja.

Para el próximo año, la compañía prevé abrir otra decena más en las tres comunidades en las que está presente y aumentar sus ventas un 10%, lo que supondría alcanzar una facturación cercana a los 630 millones de euros.

Una obra en fases

La primera de las naves del Centro Logístico que Semark construye en Orejo ya ha entrado en funcionamiento. La elección de este emplazamiento no ha sido aleatoria. Necesitaban una gran superficie de suelo, “algo que no estan fácil de encontrar” en Cantabria, como reconoce la compañía, y allí han podido adquirir una parcela de 83.000 metros cuadrados (el tamaño de ocho campos de fútbol), con la ventaja añadida de que “logísticamente, es una muy buena ubicación debido a sus comunicaciones”,

Por el momento, solo está funcionando la parte de envasados. Los demás productos se introducirán en las nuevas instalaciones en la primavera

En esta primera fase se han construido 37.000 m2, de los que 20.000 van destinados a los productos envasados. Eso permite que la cadena de supermercados pueda almacenar unos 30.000 palets. Los 17.000 m2 restantes los empleará para los productos frescos y refrigerados, aunque la conclusión de esa fase está prevista para la primavera del próximo año.

La compañía estima que, a partir de noviembre, la actividad del nuevo almacén se situará en torno a los 2.000 palets diarios de entrada y otros tantos de salida.

Además de los 18.000 metros cúbicos para congelados de la segunda fase, cuyas obras ya se han iniciado, las instalaciones todavía conocerán otro añadido más, destinado a albergar otras dependencias de la empresa, aunque fuentes de Semark aseguran no tener pensado, por el momento, abandonar las instalaciones de la Ciudad del Transporte (Raos) donde tiene su sede central.

Ahorro energético

La compañía destaca que las obras, realizadas por la constructora SIEC, se han llevado a cabo respetando todas las buenas prácticas ambientales y que el propio diseño de la nave es “respetuoso con el entorno y el paisaje en el que se sitúa la edificación”. Para ello, se han incluido varias innovaciones en el ámbito de la protección del medio ambiente y la gestión de la energía.

El edificio dispone de un sistema de aprovechamiento de energía solar térmica para la producción de agua caliente sanitaria. Una instalación compuesta por paneles solares térmicos y un acumulador solar, además de placas fotovoltaicas, que también permitirá cubrir una parte de la demanda eléctrica del centro.

Está previsto que las instalaciones lleven incorporado un sistema de autoconsumo instantáneo de la energía generada por esos medios, sin tener que volcarla a la red.

Operaciones en uno de los muelles de carga del complejo de Lupa en Marina de Cudeyo que ya están en servicio.

Los consumos también serán más reducidos que en las naves convencionales, ya que todo el alumbrado interior y exterior se realizará con tecnología LED y las luminarias externas se regularán por un sensor, en función de la luz ambiente.

Otras características

Una vez finalizado este complejo logístico, en cuya construcción trabajan unas 250 personas, su funcionamiento incorporará otras novedades tecnológicas, como un sistema de acceso que autorizará a las visitas mediante invitaciones enviadas a sus teléfonos móviles.

En el caso de los camiones, el acceso se regula mediante un programa de identificación automática de matrículas que asigna al transportista, de manera automática, el muelle al que debe dirigirse.

El almacén tendrá una gran zona de reciclaje de unos 3.000 m2, que se dedicará a la gestión de residuos generados en la propia plataforma y a los recuperados de los puntos de venta.

Las máquinas para el movimiento interior de cargas utilizan baterías de litio, que propician un ahorro energético de un 20% respecto a las de plomo-ácido utilizadas tradicionalmente.

Otra vía de ahorro energético está en el sistema de aprovechamiento de los calores residuales de algunos procesos, de forma que el producido en la condensación del sistema de frío industrial se podrá utilizar para la climatización de la zona de oficinas.

La empresa también ha instalado puntos de recarga de vehículos eléctricos en el aparcamiento. La energía que suministren procederá de unas pérgolas fotovoltaicas instaladas en el recinto, que también contribuirán en el abastecimiento de las necesidades de la plataforma, pensada para dar prioridad al autoconsumo.

María Quintana

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