Una macroempresa en el sector metal-mecánico

Santander Global Metal agrupa a ocho compañías y cerca de 800 trabajadores

El impulso asociativo ha llegado también a las empresas metalúrgicas de Cantabria. En 2015, y con la fórmula de Agrupación de Interés Económico (AIE), diez empresas metal-mecánicas cántabras crearon Santander Global Metal, una macroempresa con la que poder acceder a grandes proyectos en el mercado exterior. Ahora proyectan trabajar en una planta de biomasa en Francia.


La búsqueda de fórmulas de colaboración que faciliten el acceso a nuevos mercados alentada por Sodercan se ha extendido también hacia otro de los sectores en los que la industria cántabra presenta fortalezas que le hacen competitiva en el exterior, el metal-mecánico.
El paso lo dieron diez firmas de Cantabria en 2015 (ahora son ocho) que se asociaron para crear una macroempresa capaz de competir en la captación de grandes proyectos. La fórmula utilizada en este caso para unir esfuerzos fue la de una agrupación de interés económico (AIE), que lleva el nombre de Santander Global Metal (SGM), expresivo de la intención que anima a esta iniciativa, la creación de una firma que aglutine las capacidades de los socios implicados y les permita acceder a proyectos que por desbordan las posibilidades de cada uno de ellos.
El resultado fue la puesta en marcha de una agrupación que dispone de 72.000 metros cuadrados de superficie fabril, distribuidos entre los centros de trabajo especializados en los diferentes servicios que ofrece el grupo, y que cuenta con un equipo humano formado por unas 800 personas. Unos recursos que le permiten competir por la adjudicación de obras que, por su envergadura, no estaban al alcance de las empresas locales.
Las empresas que componen Santander Global Metal cubren todas las facetas que requiere la ejecución de grandes proyectos en sectores como el de energía (desarrollando centrales hidroeléctricas, ciclos combinados, parques eólicos y renovables y centrales nucleares); industriales (proyectos de siderurgia, petroquímica, alimentación, fundición, bombas, acerías); construcción (plantas de tratamiento de aguas, naval, instalaciones industriales, maquinaria, obra civil, equipos a presión…); y transporte, con proyectos de matricería vinculados al sector ferroviario y automoción.
La gran ventaja de SGM es que, al contar con todo tipo de servicios, desde la ingeniería para desarrollar el proyecto al pintado final de la instalación, se agilizan los procesos, al no necesitar subcontratar los trabajos, y se ahorran sobrecostes. Y al funcionar como una sola empresa, el cliente tiene un solo interlocutor, algo que valoran mucho.

Una ingeniería internacional

Para la búsqueda de esos grandes contratos, y mientras se dotaba de su propio departamento comercial, el SGM se apoyó en una consultora especializada en la localización de obras en el mercado exterior. Los países hispanoamericanos, por la experiencia que muchos de los socios ya tienen en ellos, y los europeos más cercanos son los territorios que más interés despiertan en Santander Global Metal, pero también los árabes, por su gran potencial de desarrollo. Aunque esta agrupación de empresas haya sido ideada pensando sobre todo en el exterior, no descarta el mercado nacional, aunque en este caso su campo de acción está más restringido, para no colisionar con los intereses particulares de los propios socios.
Santander Global Metal ha llegado a un importante acuerdo con una ingeniería internacional para la que actúa como brazo ejecutor de las obras que diseña. Como reveló Guillermo Barredo, coordinador comercial de SGM, en una reciente jornada sobre agrupaciones empresariales, ”les estamos aportando los componentes energéticos para una planta de biomasa que se va a construir en Francia. Han prescindido de otros proveedores y han contado con nosotros”.
Barredo también avanzó que están trabajando en un proyecto muy ambicioso a nivel de instituciones mundiales.
Entre los últimos trabajos de SGM se encuentra el mantenimiento de una plataforma petrolífera de Repsol, la construcción de utillajes mecanizados para el sector aeronáutico o el montaje del tren de potencia de la central de ciclo combinado de Bouchain (Francia).

Un cambio de cultura empresarial

El paso dado por estas empresas no deja de ser un hito, por lo inusual en Cantabria, aunque alguna iniciativa le haya precedido, y tanto los clusters ya consorcios constituidos como los que están en proceso indican un cambio en la mentalidad empresarial. Se trata de un intento de que prospere un planteamiento asociativo que nunca ha arraigado en esta comunidad, aunque tengamos ejemplos de éxito tan cercanos como los que nos ofrece la vecina comunidad vasca. Las empresas cántabras empiezan a valorar las ventaja de aunar fuerzas ahora que la realidad en que se movían ha resultado tan profundamente alterada por la dificultades de estos últimos años.

Suscríbete a Cantabria Económica
Ver más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Botón volver arriba
Escucha ahora