Solo 66 empresas de la región superaron el millón de euros de beneficio

Las grandes industrias cerraron 2018 con unos resultados históricos

Solo 66 empresas de la región ganan más de un millón de euros al año y poco más de cien superan los 500.000. Para un censo de casi 5.000, parece un número reducido y da una idea muy clara de la endeblez de la trama empresarial cántabra. Después de superar la crisis, pocas empresas han vuelto a recuperar el músculo del pasado, porque los márgenes con que trabaja la mayoría son escasos y eso es un problema serio cuando se trata de empresas familiares cuyo crecimiento se financia casi exclusivamente con la reinversión de los beneficios. Es decir, que cuando no hay beneficios o son escasos su futuro es incierto.


Cantabria es una tierra de paradojas y una de las más notables surge al comparar los resultados de las empresas de la región encabezadas por el Banco Santander, que con 7.810 millones de euros de beneficio es la más rentable (en números absolutos) de la comunidad y del país. Todas las demás de la autonomía no suman ni siquiera una décima parte de esa cifra. Ese 10% representa con más exactitud la realidad regional, puesto que el Banco es una empresa global en la que apenas influye lo que pase en su comunidad de origen, por la enorme dimensión que ha alcanzado.

Todas las empresas de la región no suman el 10% del beneficio del Santander

En 2017 había en Cantabria 54 empresas que superaban el millón de euros de beneficio. Un año después eran 66, lo que indica que 2018 fue un buen ejercicio para el sector privado de la región, pero sigue siendo un número muy escaso. Era significativo, en cualquier caso, el buen comportamiento de la gran industria en ese momento, con un salto cualitativo de los beneficios que se prolongó hasta bien entrado 2019, cuando se encontró con un cambio de ciclo, a consecuencia del significativo descenso en el crecimiento de Alemania, nuestro primer cliente, y de la mala evolución del sector del automóvil.

Una economía muy variada

El resto de los sectores también vivieron un buen año, sin que se puedan apreciar diferencias sensibles entre ellos. Cuando se plantean estrategias políticas para cambiar el modelo económico de Cantabria hay una cierta tendencia a decantarse por algunos sectores concretos (la industria, las tecnologías…) pero a la vista del ranking de beneficios que acompaña esta información, resulta evidente la complejidad de la economía cántabra, una auténtica macedonia de actividades en la que resultaría muy difícil aplicar esa teoría de la especialización sin sacrificar numerosas empresas y sectores que también son rentables. El menos representado en este ranking de beneficios es, el agrario, pero justifica la existencia de otras empresas (envasadoras de leche, piensos, transportes…), y mantiene un empleo rural para el que no hay alternativas, además de garantizar la conservación del medio natural.

La fábrica de ascensores IMEM se acercó a los 3 millones de euros de beneficio.

El mejor ejemplo sobre lo difícil que resulta decidir cuáles son los sectores de futuro y cuáles no es el de las empresas fabricantes de menaje de cocina. Tras la crisis del Grupo Magefesa, esta actividad se daba por semiextinguida, por la competencia de países donde la mano de obra es bastante más barata. Sin embargo, han resurgido con  una fuerza sorprendente. Vitrinor, que fabrica sartenes y cacerolas, ha pasado de ser una voluntariosa cooperativa a la que no se auguraba mucho futuro a superar los 6 millones anuales de beneficio. El Grupo Cantra, que empezó comercializando las piezas de menaje que fabricaban las antiguas plantas de Magefesa en la región, ha ido adquiriendo fábricas y extendiendo su red comercial internacional y se acerca a los dos millones de beneficio anual.

Entre las cien primeras empresas de Cantabria por beneficios hay financieras, alimentarias, compañías de transportes, fabricantes de componentes de automoción, tecnológicas, siderúrgicas, auxiliares de construcción, portuarias, empresas de servicios urbanos, hosteleras, mineras, farmacéuticas, fabricantes de química gruesa, madereras, fabricantes de cartones y envases, cadenas de distribución, empresas de logística… Una de las mezclas más variadas del país, que resulta aún más significativo en una comunidad tan pequeña. Es su fortaleza y, al mismo tiempo, su debilidad.

Además de la vuelta a la rentabilidad de casi todo el sector metalúrgico (no solo Vitrinor y Cantra o de los Astilleros de Santander, otra empresa que se incluía hace años entre las candidatas a desaparecer) entre las cien empresas con más beneficios de la región se han incrustado, sin hacer ruido, varias tecnológicas, como Quiter, Atos, TTI, Netboss, CIC o Semicrol.

El turismo tira de varios sectores

Si para algún sector fue especialmente bueno 2018 fue para la hostelería y las actividades relacionadas con el turismo. A pesar de la finalización del Año Jubilar Lebaniego, que suele conllevar una pérdida de visitantes, fue el cuarto año de recuperación y, probablemente, el mejor de la serie. Eso permitió que el sector superase el 5,6% del PIB regional y siguiese ganado terreno. Entre las empresas más rentables del sector están los grupos hoteleros Seca (Chiqui) y Sardinero, y las franquicias de McDonals, cuya fórmula parece garantizar el éxito tanto en tiempos de bonanza como en los de crisis.

El grupo Tower Valley (Pitma) superó los 85 millones de beneficio

También fue un buen año para los conserveros, que ya tienen una buena representación entre las cien empresas con más beneficios, aunque su facturación no se corresponda con un lugar tan aventajado. Eso quiere decir que su capacidad de transformar ventas en beneficio es bastante más alto que en otros sectores: Consorcio, Arlequín, Ana María, Leonardo, Revuelta Hermanos o Don Bocarte son un buen ejemplo.

Las grandes empresas familiares siguen creciendo

Pero la auténtica estrella fue el grupo Pitma. La sociedad holding (Tower Valley), superó los 85 millones de euros de beneficio y es que sus actividades no dejan de ampliarse y en cada una de ellas presenta índices de crecimiento muy superiores al mercado. Eso significa que entre las sociedades que encabezan el ranking regional de beneficios ya hay al menos media docena que son propiedad del grupo torrelaveguense, y la espectacular carrera de Aldro, su comercializadora de energía, le va a llevar bastante más arriba cuando se publiquen las cifras de 2019. Aldro se ha convertido en el principal impulsor, y ya en 2018 consiguió 3,5 millones de euros de beneficio, en un sector donde los márgenes son estrechos y suelen venir de las sinergias que se deriva de tener ingentes volúmenes de clientes.

No es el único holding que riega de empresas la lista regional. Otro tanto pasa con el grupo Armando Alvarez (Aspla, Alvarez Forestal, Tramesa, Biomasa de Cantabria, el grupo hotelero Sardinero…) y con el grupo logístico propiedad de Valentín Valle (García Valle, Garvasa, Transvasa…).

La filial eléctrica de Repsol es la empresa de más rápido crecimiento

Por su parte, el Grupo Lafuente, de fabricación de quesos, que ya alcanza los 202 millones de euros de facturación, ha sobrepasado los 7 millones de euros de beneficio, una cifra al alcance de pocas empresas familiares en España.

En cualquier caso, en el ranking que publicamos este año ha aparecido otro protagonista: la filial de Repsol, que compró la cartera de clientes de Viesgo para entrar en el negocio eléctrico y que no se conforma con ella. Con la enorme red comercial que ha puesto al servicio de esta causa, es la empresa que más rápido crece en la región y ya supera el millón de clientes, unas tasas de crecimiento aún más llamativas en un sector maduro donde la base comercial no se movía demasiado hasta ahora.

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