Las empresas TIC ya fichan a la puerta de los centros de formación

El empleo en el sector no deja de crecer por la fuerte de trabajo

Hay sectores económicos en Cantabria que pueden morir de éxito? Quizá parezca un disparate, acostumbrados como estamos a ver nubarrones por todas partes, pero a veces se dan estos éxitos colectivos y lo que está ocurriendo con las empresas tecnológicas tiene pocos precedentes en la región, desde que en los años 60 las grandes fábricas invitaban a venir a mano de obra de otras regiones, porque no tenían suficiente con la local, o con el posterior boom de la construcción.

Daniel Portilla, por entonces concejal de Empleo del Ayuntamiento de Santander, se lamentaba de que una parte de los jóvenes sin empleo que se habían inscrito en unos cursos de informática de apenas 90 horas organizados por el Ayuntamiento ni siquiera llegaban a recoger el diploma final. Contado así, aparenta ser la crónica de un fracaso, pero la realidad es muy distinta, como puntualizaba el propio concejal: antes de llegar a completar esa mínima formación para unos jóvenes que procedían de oficios como la albañilería o del paro, ya había empresas a la puerta para contratarles. Hay centros de formación que imparten materias relacionadas con la informática que son visitados frecuentemente por las compañías TIC para echar allí sus redes: “Todos los que saquéis, nos los enviáis”, les proponen.

El sector TIC cántabro suma cerca de 4.500 trabajadores y una parte significativa está alojado en el PCTCAN, que necesita una ampliación urgente.

Las empresas tecnológicas o TIC, se han convertido en los principales demandantes de mano de obra, y no solo requieren jóvenes licenciados. Si antes un requisito casi imprescindible, ahora empiezan a aceptar a cualquiera con una mínima formación, porque están dispuestas a completársela, en función de sus necesidades: programación, aplicaciones web, videovigilancia…

Este fenómeno se registra, a mayor o menor escala, en muchas comunidades, pero es cierto que Cantabria ofrece un perfil muy atractivo para las grandes compañías de informática. La principal ventaja es que la Universidad ofrece varias titulaciones relacionadas con las TIC, lo que es una garantía de poder contar con personal muy cualificado; además, la vida es más barata que en Madrid o Barcelona, por lo cual el mismo salario resulta más atractivo y las plantillas son más estables.

El trabajador cántabro, por tener menos alternativas donde elegir o por una mayor fidelidad hacia el contratante, acostumbra a permanecer mucho más tiempo vinculado a la empresa, lo que les facilita la gestión interna: los grupos de trabajo no se desmontan una y otra vez; se reduce la frustración que provoca estar formando a empleados que luego se van, y las compañías no tienen tanta presión para renegociar las condiciones de trabajo como en aquellos lugares donde sus operarios reciben ofertas frecuentes para cambiarse.

Las empresas TIC se han convertido en las primeras demandantes de empleo de la región

El sector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación necesitaría aún más mano de obra especializada de la que genera el mercado local pero podría evitar ese problema si consigue superar la infrarrepresentación femenina. Solo el 23% de las personas que trabajan en él son mujeres, y aunque ese porcentaje aumenta cada año siguen estando muy lejos de lo deseado.

Convencer a las jóvenes de que es una salida profesional atractiva e inmediata sigue siendo un reto. De superarlo, podría llevar aún más lejos el crecimiento de estas empresas que, en muchos casos, está limitado por la imposibilidad de conseguir más mano de obra.

Y es que el horizonte de las TIC sigue siendo muy prometedor. Aunque la Inteligencia Artificial ya está demostrando que podrá redactar muchas líneas de código que hasta ahora solo podían hacer los humanos, las necesidades de este sector –que es imprescindible para casi todos los demás– crecen día a día. El reciente ataque informático al Hospital Clinic, de Barcelona, que dejó en manos de los hackers miles de datos médicos privados, demuestra claramente la imperiosa y urgente necesidad que tiene todo el sistema sanitario de blindar la ingente información que atesora. No es un caso aislado, aunque sí el más grave: en 2022 se produjeron en España 3.300 ataques informáticos en el ámbito sanitario.

La necesidad de una agenda digital

El sector TIC cántabro viene reclamando desde hace años, a través de su Clúster Tera, que la región establezca una Agenda Digital para definir y ordenar su desarrollo digital a corto y medio plazo. Una hoja de ruta consensuada entre las instituciones públicas y el sector para ejecutar las acciones previstas en tiempo y forma. Las tecnológicas están convencidas de que eso facilitaría su trabajo y generaría más actividad, porque así ha ocurrido en otras comunidades donde se ha puesto en marcha.

Reunión de los responsables del Clúster Tera (Pablo Gómez, Juan Carlos Ramos y Roberto García) con el director general de Innovación, Javier Puente, y los directivos de Sodercan Ángel Pedraja y Roberto Rico.

El Clúster representa a más de 60 entidades, entre empresas, universidades y centros tecnológicos, que suman un amplio conocimiento del sector y de las capacidades de sus integrantes para ofrecer soluciones a los retos actuales. Así se lo ha trasladado al nuevo Gobierno y a la empresa pública Sodercan en una reunión reciente.


Reconversión laboral

La Fundación Telefónica promueve un campus gratuito de programación en Vizcaya denominado 42 Urdúliz, al que acuden siete vecinos de Castro Urdiales con la intención de mejorar sus opciones de acceder al mercado laboral. El centro exige, como único requisito, ser mayor de edad, sin importar cuál sea la formación previa del estudiante ni su profesión.

Todos los estudiantes que forman parte de esta iniciativa aprenden a programar y están encontrando empleo. David Carro es un ejemplo. Con 41 años decidió formarse en programación, algo que no tenía nada que ver con su actividad anterior, para dar un giro radical a su empleabilidad y hoy trabaja en el sector de las telecomunicaciones.

La metodología de la academia está basada en el aprendizaje por pares y trabajos en grupo, sin libros ni profesores, y se centra en la gamificación.


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