De qué hablamos cuando hablamos del Corredor Atlántico

Cantabria ha quedado fuera del Corredor Atlántico, una decisión que en realidad ya se conocía, y ahora solo puede apostar por un tren de altas prestaciones con Bilbao si quiere llegar a la frontera francesa con    un transporte por ferrocarril competitivo. Pero ¿qué es el Corredor Atlántico? ¿Por qué no va a pasar por Cantabria?

El trazado es el que han preferido la mayoría de las regiones de la mitad occidental de la Península Ibérica, que van a servirse de él, por mucho que nos cueste entenderlo a los cántabros, los perjudicados más directos.

Son muchos los intereses regionales y muchas las infraestructuras existentes que condicionaban la decisión, sin olvidar que los criterios logísticos a menudo no coinciden con los esquemas mentales que nos hacemos y por eso en España resulta tan difícil entender, por ejemplo, que Portugal prefiera tener un tren de alta velocidad entre Lisboa y Galicia antes que con Madrid.

Pero, ¿de qué hablamos al referirnos al Corredor Atlántico?

En realidad no es una vía de ferrocarril como tal, sino toda una infraestructura multimodal destinada al transporte de personas y mercancías que enlaza carreteras, ferrocarriles, puertos, aeropuertos, vías fluviales y terminales intermodales (las que permiten cambiar de un modo de transporte a otro). Se trata de una cadena formada por muchos eslabones de diferentes modos de transporte destinada a hacer más fluidos los movimientos entre Portugal, España, Francia, Alemania e Irlanda y que, en teoría, debiera estar completada para 2031.

El Corredor Atlántico parte de la localidad portuguesa de Sines, atraviesa en diagonal la Península Ibérica para alcanzar Francia a través de Irún y llega hasta Alemania, dando continuidad a las redes de transporte que ya enlazan los puertos de la fachada portuguesa, con el de Le Havre, en Francia, y con el gran nodo ferroviario intermodal de Mannheim, en Alemania.

En España tiene varios ramales. El primero, partiendo de Sines (Portugal), pasa por Badajoz y Madrid, uniéndose al trazado norte del Corredor en Medina del Campo (Valladolid). Un segundo ramal del Sur parte de Algeciras, pasa por Madrid y se une al que llega desde Lisboa y Oporto en Medina del Campo.

Un poco más al Norte, en Venta de Baños (Palencia), se encuentran con el que parte de A Coruña y Vigo y que Cantabria pretendía que discurriese por toda la fachada Norte. Desde la localidad palentina continúa ya en un único trazado por Burgos y Vitoria hacia la frontera francesa, con un enlace a Bilbao (la Y Vasca).

Entre medio queda aislada Cantabria, que no encontró apoyos para su propuesta y que ahora solo puede apostar por la conexión de un tren rápido con Bilbao, aunque es cierto que se está beneficiando de algunas inversiones en la remodelación de su trazado tradicional con la Meseta, como la duplicación de las vías o la construcción de apartaderos para trenes más largos, algo que resulta imprescindible para la competitividad futura del puerto de Santander, ya que reduce sustancialmente los costes por unidad transportada. No obstante, ya es el puerto español que más utiliza el ferrocarril.

¿Cual es el origen del Corredor Atlántico?

El Corredor Atlántico es uno de los nueve que componen la red transeuropea de Transportes (TEN-T), destinada a conectar los 27 países la Unión Europea, enlazando los principales centros urbanos, puertos, aeropuertos y nodos intermodales, una red única europea.

Aparece por primera vez en 2003 dentro de la Red Transeuropea de Transporte (TEN-T) de plan Van Miert y va dando pasos hasta ahora. El que nos afectó más directamente es el de 2019 cuando se aprueba la propuesta del Gobierno de España para extenderlo a Galicia, Asturias, Navarra, Aragón y Andalucía, pero ha habido varios ajustes desde entonces.

A su paso por España, el Corredor Atlántico enlaza once comunidades autónomas (incluyendo Canarias), y solo su trayecto ferroviario supera los 5.300 kilómetros, según la última propuesta de ampliación. Toda esta red de ferrocarril deberá estar electrificada, adaptada a trenes de 740 metros de largo y con unas vías capaces de soportar más de 22,5 toneladas de carga por eje. Además, este trazado tendrá que ir adaptándose progresivamente al ancho de vía estándar en Europa, que no es el mismo que rige en la Península Ibérica, lo que tradicionalmente ha creado un problema logístico importante. También ha de adoptar el Sistema Europeo de Gestión del Tráfico Ferroviario, que son los estándares establecidos por la Unión Europea para la interoperabilidad de la señalización.

Cantabria no participará del Corredor, pero va a tener otras inversiones en la red ferroviaria actual, como la duplicación de vías o la construcción de apartaderos para trenes más grandes, que rebajarán los costes de las unidades transportadas.

Marruecos, un destino clave

Marruecos no es un lugar desconocido para las empresas de Cantabria y su interés crece cada año. El país norteafricano ha sido una de las primeras opciones elegidas por los empresarios locales interesados en abrirse al mercado exterior y Sodercan y la Cámara de Comercio de Cantabria han celebrado un encuentro empresarial con el cónsul del país en España, Mohamed Biedallah.

Según ha detallado el consejero delegado de Sodercan, Ángel Pedraja, 107 empresas de Cantabria exportaron a Marruecos en 2023, por un total de 60 millones de euros, con un incremento importante con respecto a 2022.

Entre los intercambios, destacan los productos textiles y los componentes de automoción. Además, ya hay empresas cántabras del sector textil, la logística y los plásticos implantadas en aquel país.

Encuentro Cantabria-Marruecos en el que han participado 20 empresarios locales.

También es cada vez más habitual la presencia de compradores marroquíes de anchoas en las lonjas cántabras, así como las subcontratas de conserveras cántabras que envían a Marruecos la materia prima para su procesamiento buscando abaratar costes.

El cónsul ha recordado que Marruecos es el primer cliente de España en África y ha destacado el interés que pueden tener para las empresas cántabras algunos sectores como el de las energías renovables, la industria automotriz, la agricultura, la instalación de ascensores, los muebles y el ámbito turístico, ya que el país recibe 12 millones de visitantes al año.

Marruecos dispone del 70% del fosfato del mundo, es el primer fabricante de África en el sector de automoción y el puerto de Tánger ya es el quinto más grande del mundo.


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