Las empresas cántabras han perdido todo el mercado ruso desde el conflicto de Ucrania

A pesar de la gran inestabilidad internacional, las exportaciones globales solo han bajado un 3,6% en 2023

La guerra entre Ucrania y Rusia, que hace ya dos años sacudió los mercados internacionales, continúa marcando el desarrollo de las relaciones comerciales. Cantabria ha perdido prácticamente todos los intercambios comerciales con Rusia y también se ha visto afectada por el repunte de la inflación y el conflicto bélico en Gaza, que altera los tráficos con Asia. No obstante, las empresas exportadoras cántabras aguantan razonablemente bien en estos tiempos convulsos y la diversificación de los mercados les ha permitido cerrar 2023 con una caída moderada del 3% menos que un año atrás. El efecto ha sido mucho mayor en las importaciones, que se han reducido más de un 10%.


A pesar de exportar menos que un año atrás, Cantabria está capeando el temporal de crisis internacionales encadenadas en las que estamos inmersos. Ni la crisis energética, la inflación o las guerras locales han tenido hasta ahora un reflejo dramático en los tráficos internacionales de la región, en parte por su posición periférica a los conflictos y en otra parte, porque una parte de las empresas ha podido beneficiarse de los problemas puntuales que ha tenido el continente europeo con los suministros chinos para conseguir nuevos mercados.

Las exportaciones cántabras de los once primeros meses de 2023 sumaban 3.131 millones de euros, unos 117 menos que el año anterior. El retroceso en los intercambios comerciales con el exterior se notó más en las importaciones, al quedarse en 2.528 millones, unos 300 millones menos que un año antes. Como consecuencia, el saldo comercial exterior de Cantabria –la diferencia entre exportaciones e importaciones– ha tenido un superávit de 603 millones de euros, frente a los 423 del ejercicio precedente.

Rusia y Ucrania

A punto de cumplirse dos años de la invasión de Ucrania por Rusia, el mundo tal y como lo conocíamos continúa cambiando. Los consumidores y las industrias hacen frente a la inflación y a unos tipos de interés más altos, las administraciones europeas están inmersas en una carrera de subsidios y ayudas para aliviar los problemas de los sectores más afectados y las sanciones que la Unión Europea (UE) ha impuesto a Rusia están ocasionando cambios en el comercio global, aunque eso no haya significado un colapso de su economía, ni mucho menos, de la economía rusa, ya que crece a un ritmo del 4%.

El saldo comercial exterior de Cantabria siguió siendo positivo en 2023, con un superávit de 603,1 millones de euros.

Estas sanciones, que se añaden a las impuestas desde 2014 a raíz de la anexión de Crimea y el incumplimiento de los Acuerdos de Minsk, implican restricciones tanto a la importación como a la exportación. La lista de productos que está prohibido vender a Rusia incluye desde tecnología de vanguardia (ordenadores cuánticos, semiconductores avanzados, componentes electrónicos y software), a maquinaria y equipos de transporte; tecnología y servicios de la industria energética, de aeronáutica o de navegación marítima. También los llamados productos de doble uso –que podrían utilizarse tanto para fines civiles como militares, como drones y programas informáticos–; artículos de lujo; armas de fuego civiles y militares, y productos químicos, baterías de litio y termostatos. Con la cifras de 2021 en la mano, eso significa que se sanciona el 49% de las exportaciones que se hacen desde Europa a Rusia y el 58% de lo que se importaba de aquel país.

Las hélices marinas de FAED ya no pueden enviarse a Rusia, al considerarse ‘de doble uso’

Era inevitable que esas restricciones afectasen también a empresas cántabras, y una de las más perjudicadas es la siderúrgica FAED, que ha perdido aquel mercado ruso, como reconoce su gerente, Tomás Dasgoas. Las hélices que fabrica la empresa cántabra están dentro del grupo de ‘productos llamados de doble uso’, porque podrían utilizarse tanto en la marina mercante como en la de guerra.

A pesar de que se trataba de un mercado indirecto (FAED se lo vendía a clientes en otros países para conjuntos que estos vendían a Rusia), suponía un 10% de la fabricación de la empresa de Polanco.

“Al perder Rusia, nuestros clientes intentan dirigirse a otros mercados, pero de menos volumen de venta y eso significa que tenemos menos posibilidad de venta”, se lamenta el CEO de la factoría, y presidente de la Cámara de Cantabria.

“Los clientes rusos se han ido a China a hacer las compras que no se pueden hacer en Europa”, explica y matiza “estamos generando una competencia en China, al entrar en segmentos que hasta ahora no habían atendido, lo que va en contra de nuestros intereses”.

Dasgoas: ‘Las sanciones están afectando más a nuestras empresas que a las rusas’

Coincide Ernesto Sánchez-Lastra, director de Aspla, una de las mayores exportadoras de la región (en 2023, el 60% de su producción se envió a 61 países): “Si bien nuestras ventas en Rusia en el sector industrial nunca han sido relevantes, se han perdido por completo desde que se inició el conflicto”. Y agrega que “en el sector agrícola, el producto que vendemos (film estirable agrícola) es un mercado muy pequeño, debido al tamaño de sus granjas, que suelen utilizar otros productos (film de ensilaje tradicional), pero a raíz de la guerra la mayor parte del estirable agrícola lo han copado los fabricantes chinos”.

Sánchez-Lastra también revela que el conflicto les ha supuesto perder mercado en el otro país eminentemente involucrado: “Ucrania estaba empezando a consumir estirable agrícola, pero el desarrollo de este mercado emergente se ha visto frenado. La guerra también ha ocasionado múltiples problemas para continuar con proyectos en los que se venía trabajando. De hecho, los clientes industriales que han podido han reubicado sus plantas en otros países para seguir suministrándolos, pero han sido los menos”.

Si no está clara la eficacia que están teniendo estas medidas para desanimar a Rusia en la continuación de la guerra, tampoco está claro a quién perjudican más. Para Dasgoas, “estas sanciones parecen estar afectando solo a la economía europea y española, y no a la rusa”.

El presidente de la Cámara ha participado en una videoconferencia organizada por la Secretaría de Estado de Comercio con cerca de 300 empresarios más y los representantes de los países en conflicto, y la suya parece la opinión general entre las compañías españolas: “Lo que se transmitió es que los más perjudicados somos los propios miembros de la UE”, comenta. Añade que, en esa reunión, “el delegado comercial de Moscú aseguró que la actividad económica de Rusia es alta y no se está viendo afectada por estas sanciones. Algo muy similar a lo que aportó el delegado de Ucrania, que trasladó que se están haciendo inversiones para reconstruir el país y que la economía en Ucrania también va bien”.

Debido a las sanciones de la UE a Rusia, FAED no puede vender sus hélices si estas van destinadas a este país, por encontrarse catalogadas como productos de doble uso (posibilidad de ser militar).

Antonio Molleda, técnico de Comercio Exterior aprecia que, efectivamente, “las exportaciones a Rusia han caído considerablemente. Si en 2020 se situaban en unos 14,6 millones de euros, en los 11 primeros meses de 2023 cayeron hasta los 330.000 euros, por lo que parece claro que las sanciones han hecho su efecto”. Pero esos datos no sirven para saber si efectivamente se ha conseguido lo que se buscaba: Si Rusia obtiene ahora esos productos en otros lugares y en condiciones parecidas, el efecto, y muy negativo, es solo para los exportadores españoles.

Por su parte, Manuel Blanco, el director de la oficina del ICEX en Cantabria corrobora que “desde que estalló el conflicto, las exportaciones regionales a Rusia se han desplomado”, pero matiza que “Rusia nunca fue un destino con mucho peso en las exportaciones cántabras –solo tenía algo de peso como destino de las exportaciones del sector hábitat, concretamente electrodomésticos–”.

Lo curioso es que los datos muestran que “esta caída es generalizada, no distingue entre sectores sancionados o no sancionados”.

La caída de las ventas a Rusia es generalizada, no solo en los sectores sancionados

Como dato positivo, Molleda destaca que las exportaciones a Ucrania han crecido un 17,7% respecto al periodo del año 2022, aunque consideran que “aún estamos lejos de los 8,5 millones que exportamos en 2021, ya que ahora estamos en torno a los tres millones”. En cualquier caso, son cantidades poco relevantes para un país del tamaño de Ucrania, al que las empresas cántabras no parecen haber prestado mucha atención, salgo en el capítulo de importaciones, ya que de allí llega buena parte del cereal que se desembarca en Santander.

El otro efecto son los encarecimientos provocados por el conflicto. Dos años más tarde, los empresarios cántabros parecen haber aceptado estas circunstancias. Carlos Carrillo, gerente de Flymca, relata que “al estallar la guerra, los precios de las materias primas subieron muchísimo e incluso hubo carencias en el mercado de ciertos productos, pero el mismo mercado buscó alternativas y los precios bajaron, aunque se han situado en torno a un 15 o 20% más altos de lo que estaban antes de la guerra”.

El canal de Suez, de nuevo un problema

Al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania se ha sumado la guerra entre Israel y Palestina, un conflicto que ha marcado la historia de Oriente Medio a lo largo de las últimas siete décadas y que se ha intensificado desde el pasado 7 de octubre, con un sorpresivo ataque por parte del grupo militante palestino Hamás contra el sur de Israel.

Poco después, este conflicto alcanzó el Mar Rojo. En respuesta a la ofensiva de Israel en Gaza, los hutíes, un grupo rebelde de Yemen, empezaron a atacar los barcos que navegaban junto a sus costas con bandera o de propiedad israelíes. Ahora han ampliado sus ataques a otros mercantes que cruzan el Mar Rojo para utilizar el Canal de Suez y han amenazado con disparar contra cualquier embarcación con destino o salida de Israel que no entregue ayuda humanitaria a Gaza.

Esto ha hecho saltar todas las alarmas de los mercados internacionales. Ya no solo se trata del rebrote del histórico conflicto o de una crisis humanitaria dramática, sino que amenaza el transporte marítimo de buena parte del mundo que utiliza este paso.

Aproximadamente el 12% del comercio mundial y el 30% del tráfico mundial de contenedores circula por el Canal de Suez, la ruta principal entre Europa y Asia. Además, se trata de una encrucijada en la producción y transporte de petróleo y gas.

Como ocurrió en 2021 al encallar el ‘Ever Given’, el bloqueo de la ruta ha afectado los precios de los fletes. Además, en esta ocasión también afecta a las primas de los seguros de riesgo de guerra, que se han multiplicado.

Muchas de las mayores navieras por cuota de mercado han suspendido la navegación en el Mar Rojo y han optado por desviar sus buques a través del Cabo de Buena Esperanza (Sudáfrica), por lo que tendrán que rodear África para llegar a Europa y Asia. Una alternativa que añade tiempo –un barco Asia-Europa que pasaba por el Canal de Suez tardaba entre 38 y 42 días y ahora hay que añadirle unas 10 jornadas más– y costes. Por un lado, en combustible, ya que recorrer 25.000 kilómetros en lugar de 18.000 aumenta el coste al menos en un 40%. Pero también ha provocado una escalada de precios en los fletes de contenedores que proceden de Asia y los seguros de esos portes, que se han multiplicado por diez desde que empezó el conflicto, ya que pasar por esa zona significa asumir un riesgo elevadísimo.

El agente de aduanas Biladu confirma este encarecimiento. “Hasta el inicio del conflicto, los fletes de contenedor con Asia se mantenían estables e incluso algo bajos debido a la baja demanda existente. Desde mediados de diciembre, en cambio, los incrementos de precios han sido más que evidentes, con actualizaciones de precios hasta tres veces en una semana”, traslada David Mazas, el gerente de la oficina de Santander, que añade que “el flete medio de los contenedores de 20 y 40 pies procedentes de China aumentó un 256% del 5 al 26 de diciembre”.

A simple vista, podría parecer que estos encarecimientos podrían no afectar demasiado a las empresas cántabras, pero Mazas advierte que “algunas compañías marítimas han aplicado estas subidas a otras rutas que no circulaban por el Mar Rojo, con lo que los costes de las exportaciones del norte de España a destinos como Estados Unidos también han aumentado de manera general”. Calcula que los fletes del Norte de España a Miami  cuestan ahora 500 dólares más en el caso de los contenedores de 20 pies y 1.000 dólares más en los de 40.

El gerente de Flymca confirma esta circunstancia: “El problema del Canal de Suez es que las compañías navieras son los monstruos que siempre ganan en río revuelto. Así que se han incrementado los precios de todas las exportaciones, aunque sean a otras zonas y no tengan que pasar por el Canal de Suez”. Las navieras lo justifican en que “hay menos equipo, menos contenedores y menos barcos disponibles”.

Flymca tiene que entregar ahora tres de sus grandes máquinas cableadoras en el extranjero, y “hacerse con contenedores está siendo una epopeya”, relata Carrillo. Tanto, que, según afirma, “ahora mismo, un envío a un país relativamente lejano como Grecia, saldría más barato en camión que en contenedor”.

El conflicto del Mar Rojo ha disparado todos los fletes y no solo en la zona de conflicto

El problema no está solo en los costes, sino también los tiempos. “Nuestro negocio trata de entregar la máquina a tiempo e instalársela a los clientes, por eso nuestro mayor temor es que estos retrasos hagan que se nos acumule el trabajo posterior, el de la puesta en marcha de las máquinas para los clientes, y no podamos atenderlos como debiéramos, ya que la mano de obra también escasea en el sector”, se lamenta Carrillo.

Desde Aspla, en la misma línea, admiten que “las dificultades logísticas generadas por la situación en el Canal de Suez están ocasionando un doble problema para las dos divisiones, industrial y agrícola. Por un lado, el incremento de costes logísticos a nivel global, que afectará a todos los negocios sujetos a transporte marítimo, independientemente  del destino de los productos. Por otro, el incremento de los costes de la materia prima, por el mismo motivo”.


Cantabria prepara su primer Plan de Internacionalización

La empresa pública Sodercan está trabajando en la elaboración del I Plan de Internacionalización de Cantabria para el periodo 2024-2027.

El objetivo es definir una estrategia consensuada con todos los organismos vinculados a este proceso (Cámara de Comercio, Ceoe-Cepyme, Icex, Cesce, Cofides…) para afrontar los problemas del sector exportador cántabro, formado por un grupo reducido de empresas y muy concentrado en países europeos que aglutinan el 80% de nuestro comercio exterior, en especial, Francia, Alemania e Italia.

Sodercan está trabajando para elaborar el I Plan de Internacionalización de Cantabria.

Los ejes prioritarios de este plan serán aumentar el número de empresas exportadoras, diversificar los destinos de las exportaciones cántabras, potenciar la incorporación de talento en el sector exportador regional y fomentar la innovación y la digitalización en la internacionalización.

Buscará aumentar el escaso número de exportadores y diversificar los mercados

Previamente se está analizando la situación actual, incluyendo un cuestionario que recabará datos de la situación de las empresas cántabras frente a la exportación. Por otro, se realizarán reuniones con las ya internacionalizadas para conocer sus necesidades a la hora de ampliar este proceso de expansión internacional.

Entre todos, agentes y tejido empresarial, se elaborará este primer plan regional que marcará las pautas de trabajo para la promoción exterior de Cantabria. “La internacionalización es clave para mejorar la competitividad de nuestra economía, y favorecer el crecimiento del tejido productivo y del empleo de la región”, trasladan desde Sodercan.

Próximamente se anunciará el Plan para este 2024, con las misiones comerciales y visitas a ferias que se apoyarán desde Sodercan de manera agrupada. Este año se retomarán las misiones comerciales presenciales, que se dejaron de organizar con motivo de la pandemia. Los primeros destinos serán México y Estados Unidos.


El director de la compañía de plásticos pormenoriza que “estas situaciones de índole geopolítico se añaden a otras que ya vienen ocurriendo desde hace tiempo y que dificultan nuestra capacidad de exportar, como puede ser la situación de Argelia, que tiene un impacto incluso superior a lo que ocurre en Rusia, Ucrania e Israel”.

Sánchez-Lastra agrega que “esta casuística se añade a la dificultad que ya tiene el fabricante europeo para exportar, al carecer en muchos casos de las ventajas competitivas del proveedor local, especialmente en costes de materia prima, laborales o energéticos”.

Por tanto, aunque todavía es pronto para cuantificar daños en las empresas de la región, ya es posible asegurar que este conflicto empieza a tener repercusiones.

Hay que tener en cuenta la importancia del comercio español con los países asiáticos, que pone en riesgo miles de millones de euros. En 2022 (el último ejercicio con datos completos disponibles), las importaciones y exportaciones entre España y estos países sumaron 135.124 millones de euros; mientras que entre enero y octubre de 2023 fueron de 101.164 millones de euros.

Los bienes de equipo siguen siendo los principales motores de crecimiento en las exportaciones regionales, con 756,2 millones de euros.

Desde el ICEX trasladan que, comparando las cifras de ventas en octubre de 2022 con las de octubre de 2023 –momento en el que empezó el conflicto de Oriente Medio– en los países más cercanos, el comportamiento es dispar. “Es cierto que las exportaciones cántabras en Israel (evidentemente el más involucrado) caen, pero tampoco demasiado”, corrobora Blanco.

Aspla es una empresa con  intereses en este mercado y revela que ya nota los efectos negativos de este conflicto. “Las ventas en Israel se han visto afectadas. Varios de nuestros clientes están funcionando a un menor ritmo y con dificultades, respecto a lo que sería habitual. Además, debido al riesgo del país, las coberturas para el aseguramiento de los pagos se han reducido, dificultando la garantía de cobro”, traslada Sánchez-Lastra, que añade que “en exportación cuesta muchos años hacer clientes –más en zonas históricamente sensibles como esta– y una situación de conflicto nos genera la necesidad de ir a otra zona del mundo en busca de nuevos clientes para reemplazar los negocios perdidos”.

Las ventas de Aspla en Israel ya se han visto afectadas y las garantías de cobro son menores

En el lado positivo, el ICEX destaca que en otros países relativamente cercanos al conflicto, como Egipto, las exportaciones regionales no se están viendo comprometidas e incluso han aumentado fuertemente (138,5%), pasando de 2,7 millones de euros a 6,5 millones. “En otros países de Oriente Medio, algo más alejados (los de la Península Arábiga) el comportamiento está siendo muy positivo”. De hecho, en todos estos territorios las exportaciones han aumentado de una manera sorprendente (un 49,3% en Omán, un 93,5% en Qatar, 102,5% en Emiratos Árabes Unidos, más de 200% en Arabia Saudí y Bahrein y cerca de un 4.000% en Kuwait). No obstante, estas subidas resultan poco significativas porque la base de partida era pequeña.

Cantabria se mantiene

A la espera de ver cómo se desarrolla el año 2024, los datos de los once primeros meses de 2023 muestran que el sector exterior cántabro es fuerte y está aguantando el tirón.

El último informe mensual del ICEX señala que, a nivel sectorial, los bienes de equipo continúan siendo los principales motores de crecimiento en las exportaciones regionales con 756,2 millones de euros. Aunque frena su crecimiento (–0,1%), sigue comportándose mejor que el conjunto de exportaciones, si bien es cierto que algunos de estos equipos tienen un proceso de ejecución largo, y pueden pasar muchos meses desde que se contratan hasta que se entregan.

En cambio, han disminuido significativamente con respecto al año anterior las semimanufacturas (591,3 millones de euros, un 16% menos) y los productos químicos (435,3 millones, con una caída del 13,1%).

Destacan, como amortiguadores del retroceso, el sector de alimentación (+14,3%) y, sobre todo, el automóvil (+128,8%). El primero exportó 351,5 millones de euros y el segundo 344,5 millones, aunque estas exportaciones no pueden atribuirse propiamente a Cantabria, ya que estan producidos fuera de la región.

Ernesto Sánchez-Lastra, director de Aspla, posa delante de la factoría.

En cuanto a las importaciones, el sector más activo hasta noviembre ha sido el alimentario, con 585,3 millones de euros. Esto supone un aumento del 9,6% respecto al mismo periodo del año pasado, probablemente explicado por la espiral inflacionista de algunos alimentos, que le lleva a pasar del tercer puesto al primero.

A continuación en el ranking de los importadores figuran las semimanufacturas, con 435,5 millones (-27,6%); y el sector automóvil, con 420,5 millones, con un fuerte crecimiento del 28,2%, en el que también tuvo influencia el crecimiento que se observó en el precio de los vehículos.

Las exportaciones regionales han aumentado fuertemente en los países de Oriente Medio

Aunque los países a los que van dirigidos los productos cántabros son muy variados y se reparten por todos los continentes, el grueso de los intercambios se producen con otros países de la Unión Europea, con Francia y Alemania como principales destinos, seguidos por Italia y Portugal. Eso significa que la mayor parte de los intercambios se realizan en mercados muy estables.

No obstante, estas exportaciones (2.170,7 millones de euros durante los once primeros meses de 2023) han supuesto un 69,3%, con una caída porcentual de un 6,8%, una tendencia que por el momento no es fácil interpretar.

Al resto de Europa se exportaron mercancías por valor de 293,1 millones de euros (0,7%), con Reino Unido como principal destino y Turquía como principal mercado en crecimiento (+25%).

El continente americano es el segundo área de destino de la exportación cántabra pero también es uno de los principales causantes de la caída de las exportaciones (-23,3%). Las ventas a la zona en el periodo alcanzaron los 262,3 millones de euros, con Estados Unidos, Brasil y México como principales receptores.

En cambio, en el último año, las exportaciones a Asia han crecido un 13,5% y han supuesto 166,8 millones de euros.  Destaca el fortísimo crecimiento de Japón (1.415%), que pasa de ser un destino marginal al principal destino de las exportaciones cántabras en este continente.

También crecen deprisa las exportaciones a África, con un aumento del 81,1% interanual hasta noviembre de 2023, para situarse en 207,4 millones de euros.

María Quintana

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