El peso de la rehabilitación se ha cuadruplicado en diez años

Las reformas impulsan el crecimiento del sector y dan trabajo a las pymes de la región

El subsector de la reforma y la rehabilitación no solo es una parte relevante de la construcción, sino que es uno de los que más ha ayudado a la recuperación económica de España desde el año 2020. Pese a que desde entonces ha sufrido vicisitudes como la crisis energética, el encarecimiento y la escasez de materiales y la falta de mano de obra, los profesionales están capeando la situación. Tanto, que el peso de la rehabilitación en Cantabria se ha cuadruplicado en la última década, pasando de los poco más de 23 millones de euros que facturaba en 2013 a superar los 88 millones último año.


En 2023 se autorizó en España la construcción o rehabilitación de cerca de 33 millones de metros cuadrados de superficie de viviendas. Destacó el sector de la rehabilitación, con 37.783 grandes reformas, un 9,4% más que un año antes, prueba de que cada vez tiene más peso dentro del sector constructor.

En Cantabria, las cifras también lo avalan. En la última década, los presupuestos de ejecución material de las obras de rehabilitación se han cuadruplicado, pasando de los 23,3 millones de euros en 2013 a los 88,3 millones del pasado ejercicio.

Y es que, a pesar del incremento de las materias primas y los suministros, la reforma y rehabilitación de viviendas se ha convertido en un balón de oxígeno para el sector de la construcción, en el que coexisten dos tipos de compañías muy bien diferenciadas. Por un lado, las grandes constructoras, que normalmente se dedican a obra nueva o grandes reformas, y la pequeña empresa, cuya actividad casi siempre está vinculada a las rehabilitaciones. 

En torno al 90% de las empresas del sector en Cantabria cuentan con menos de cinco trabajadores, y se dedican a las reformas, una actividad intensiva en mano de obra, que resulta estratégica para mantener el parque de viviendas y actualizarlo con los nuevos criterios de sostenibilidad y confort. 

El gerente de la Fundación Laboral de la Construcción, José Antonio Valcárcel, subraya esta importancia e insiste en la relevancia de que las Administraciones fomenten este tipo de actividad: “Las rehabilitaciones generan mucha actividad, al intervenir muchos profesionales de distintas empresas: el técnico que monta los andamios, el que se dedica a cambiar la fachada, el que coloca nuevas ventanas o los que realizan las reformas en el interior de las viviendas, entre otros”.

Renovación del parque de vivienda

La actualización del parque inmobiliario es imprescindible para cumplir con la Hoja de Ruta 2050 de la Unión Europea que establece los objetivos para conseguir la neutralidad energética, pero no será fácil, porque para ajustar sus emisiones de gases con efecto invernadero, España debería quintuplicar el ritmo actual de rehabilitaciones, hasta alcanzar las 120.000 al año. Un esfuerzo muy considerable para el que se dispone de una ayuda fundamental, los fondos europeos, que se han convertido en una oportunidad de oro para mejorar enormemente las condiciones de confort del parque edificado. 

‘La rehabilitación genera mucha actividad e intervienen muchas pequeñas empresas’

El propósito de estos planes de rehabilitación es reducir tanto las emisiones contaminantes como el consumo energético español, estimado en 304.276 GWh. Hasta el momento, solo el 0,3% de los edificios existentes en el país han hecho obras para mejorar su eficiencia energética, por lo que el potencial de mejora es enorme; se calcula que, si se reformasen todas las viviendas, el gasto en energía de los domicilios podría verse reducido en torno a un 36,6%. 

Los cántabros no son ajenos a esa necesidad de actualización. Prueba de ello es que el pasado septiembre, el Gobierno regional suspendió el plazo para que las comunidades de vecinos tramiten ayudas a la rehabilitación energética, tres meses antes de lo previsto, por haberse agotado los fondos. El aluvión de solicitudes registradas duplicaban el presupuesto real asignado, por lo que el Ejecutivo tenía claro que iba a ser imposible satisfacer toda la demanda.

En Santander hay dos grandes proyectos de rehabilitación de barrios en marcha. Cerca de 300 vecinos del Barrio Obrero del Rey y de las Casas de la Renfe (Cajo) se verán beneficiados por los fondos Next Generation de la Unión Europea. En la rehabilitación integral de ambos barrios se invertirán 7,6 millones de euros, de los que en torno al 65% procederá de estos fondos.


Cantabria recibe más de 5,5 millones del Estado para la rehabilitación de viviendas

Las ayudas europeas estimulan la demanda y suponen un gran empujón para el sector. En la foto, una reforma de Nogar en Santander.

El Ministerio de Vivienda, ha aprobado la entrega de más de 5,5 millones de euros a Cantabria para la rehabilitación de viviendas, dentro del marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).

Este plan nacional está dotado de 3.420 millones de euros, para conseguir 410.000 actuaciones antes de junio de 2026. 

Los fondos están destinados a cambios de ventanas en viviendas particulares, digitalización, instalación de placas solares y fotovoltaicas, aerotermia o mejoras de zonas verdes.

El criterio de reparto para las distintas comunidades es a través del número de hogares.

Antes del 31 de diciembre de 2024, el número de resoluciones realizadas por la comunidades o ciudad autónoma debe superar el 75% del objetivo previsto y tendrá que acreditarse que las ya resueltas o ejecutadas superan el 50%. 

Por tanto, a partir del 1 de enero de 2025, todas las cantidades correspondientes a las anualidades 2022 y 2023 que no hayan sido transferidas (por no haber cumplido los requisitos establecidos), se distribuirán nuevamente entre las comunidades y ciudades autónomas que hayan cumplido.


En ambos casos, las obras van a reducir el consumo de energía no renovable y la emisión de CO2 en un 50%, al tiempo que depararán viviendas más cómodas, con mucho menos gastos en calefacción y sin problemas de humedades. Los proyectos incluyen la urbanización de ambos entornos, con mejoras en los colectores de saneamiento, soterramiento de instalaciones, pavimentación de calles y aceras, así como mejoras en la jardinería.

En el caso del Barrio Obrero, situado en General Dávila, las obras comenzaron a finales de año y durarán unos 30 meses, por lo que no estarán concluidas antes de la primavera de 2026. 

Se trata de la rehabilitación integral de los trece bloques (144 viviendas) que componen este centenario barrio, levantado en 1928. La obra tiene un coste superior a los tres millones de euros y los fondos europeos van a aportar 2,6 millones (el 65% de la inversión). El resto lo financiarán los propios vecinos. 

La actuación, que es consecuencia del convenio firmado por el Ministerio de Transportes y el Gobierno de Cantabria, contempla dos partes: la rehabilitación energética de las fachadas y la obra civil de urbanización. 

Aunque las actuaciones en Cajo aún no han comenzado, se trata de una rehabilitación similar. Afectará a unas 120 viviendas integradas en tres bloques y cinco portales y su coste supera los 3,5 millones, de los que cerca de 2,2 provienen de los fondos NextGeneration y el resto será aportado por los vecinos. Se prevé que las obras estén concluidas para mediados de 2026.

Plan de Vivienda de Santander

Santander ha aprobado recientemente su Plan de Vivienda hasta el año 2027, que dará un impulso a la rehabilitación y a la creación de un servicio de información de vivienda, con el objetivo declarado de «tener en perfecto estado» las viviendas existentes.

Dos barrios enteros de Santander serán rehabilitados con fondos europeos

Tras una fase de diagnóstico, el Plan ha acometido un estudio sociodemográfico y un análisis del parque de vivienda, además de hacer una previsión de desarrollo del suelo y estudiar la evolución de la demanda y la la oferta.

Los 300 vecinos del Barrio Obrero Rey (en General Dávila, Santander) se beneficiarán de las ayudas europeas para que sus viviendas, de casi 100 años, sean más energéticamente sostenibles y más cómodas.

Santander tiene unas 92.600 viviendas, con una edad media de 45,6 años, que se dispara a 75 años en el centro, donde el 52% de las viviendas no tiene ascensor, lo que supone un doble impedimento porque se trata de la zona con población más envejecida. En cambio, la antiguedad de las viviendas baja a 33,4 años en las zonas de urbanización más reciente. Esta realidad ha aconsejado que uno de los ejes principales sea el impulso de la rehabilitación de fachadas y ascensores, con ayudas municipales e información para el acceso a otras de carácter autonómico o europeo. Entre las actuaciones en el Plan destaca la del Cabildo, un punto negro desde hace décadas, cuya solución se abordará con la Consejería de Fomento.

Edificios públicos

También necesitan rehabilitación un buen número de edificios públicos, y para ello la Unión Europea ha planteado un programa específico que cuenta con una dotación de 1.080 millones de euros, de los que 480 millones de euros están destinados a las comunidades españolas.

Estos fondos contemplan varios tipos de actuaciones financiables: obras para mejorar la eficiencia energética o la eficiencia ambiental y en la accesibilidad. Entre las partidas que se han destinado a Cantabria se encuentran obras tan llamativas como las del Museo de Arte de Santander, que recibió cerca de 790.000 euros de estos fondos comunitarios, el edificio del Archivo Histórico Provincial (más de 440.000 euros) o la antigua sede de la Cámara de Comercio de Torrelavega (más de 570.000 euros), cuyas obras comenzaron el pasado octubre.

El barrio de las llamadas ‘casas de Renfe’, en Cajo, se beneficiará de los fondos europeos para una rehabilitación total.

La presidenta regional, María José Sáenz de Buruaga, ha anunciado que estos fondos europeos también se emplearán para la mejora de la eficiencia energética del edificio de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Cantabria (recibirá tres millones de euros para sufragar parte de una obra que costará 5,5), y para cuatro centros de salud –Covadonga (Torrelavega), Campoo (Reinosa), Gama (Bárcena de Cicero) y José Barros (Camargo)–, cuyos proyectos técnicos de licitación se están realizando y a los que se destinarán 2,8 millones comunitarios. 

Habrá fondos de la UE para varios edificios públicos

Si la pandemia incrementó el interés por mejorar las condiciones de una buena parte de las viviendas de la región (tanto primeras residencias como vacacionales), las ayudas públicas vinculadas a los fondos comunitarios han seguido tirando del carro de esta fiebre rehabilitadora, que amén de mejorar edificios públicos y privados, ha conseguido crear trabajo –especialmente en pequeñas empresas– y movilizar un sector que, debido a la falta de profesionales, no lo tiene nada fácil. 

María Quintana

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