Carlos López D’Hers (Seficosa): ‘Hay un gran futuro para las asesorías’

Es un año muy especial para Carlos López d’Hers. Su asesoría, Seficosa, cumple medio siglo y la exposición en miniatura sobre la Semana Santa que lleva 17 años construyendo ha pasado a tener una sede permanente en El Zoco, donde podrá visitarse todo el año. Es uno de los proyectos de este veterano profesor mercantil y auditor, que también ha creado nacimientos navideños y museos en los valles pasiegos donde da rienda a su pasión por la cultura y las tradiciones. Lleno de energía a sus 77 años, defiende la importancia del trabajo que desempeñan las asesorías y pide que existan canales más directos con la administración, mayor formación para su sector y un colegio profesional.


P.- Después de tantos años ¿Qué siente al ver que sus miniaturas de la Semana Santa tienen un lugar fijo?

C.L.D’H.- Es una gran satisfacción porque, a partir de ahora, están en un local del centro empresarial Zoco. En marzo, la exposición ha estado abierta entre las seis y las ocho de la tarde y el resto del año lo abriremos para los que quieran. Estamos encantados de enseñarlo y que no esté guardado en un trastero. Hace 17 años que esta colección empezó a gestarse y han pasado once desde que la expusimos por primera vez en El Corte Inglés. Nos llaman de todas partes para verla, pero con los traslados se deterioraban muchas cosas y era una pena. De esta manera, dejamos de mover las figuras y todos los interesados podrán disfrutar cuando quieran de estos pasos y tronos de la Semana Santa de Murcia, Málaga y Sevilla. En total, calculo que habrá unas 600 figuras, que son una maravilla.

P.- ¿Por qué cree que genera tanto interés?

R.- Las procesiones, además de un componente religioso, son tradición, cultura e historia. En la parte dedicada a Murcia, las reproducciones en miniatura están hechas de barro y son obra del Taller Blázquez, de Moratalla, a partir de los pasos de Salcillo, un imaginero de 1750. Son unos 17 pasos y van acompañados de fotos de la ciudad, que dan más realismo. 

Es una exposición única, por el trabajo que han hecho los imagineros miniaturistas sobre las figuras, las expresiones, las formas, las capas… Es difícil que en el futuro puedan llegar a hacerse piezas con tanto detalle y merece la pena verlas. Lo mismo que en la parte andaluza, obra de imagineros de Sevilla, Málaga y Jerez, cuyo trabajo no está tan reconocido como debería. Además, en este caso, los pasos y tronos procesionan con cuerpos del ejército y bandas de música a través de cabañas y paisajes pasiegos. 

P.- ¿Qué conexión tienen los valles pasiegos con las procesiones andaluzas? 

R.- Yo digo que es un hermanamiento entre Andalucía y Cantabria. Lo que queremos es potenciar esta zona, que no está abandonada pero necesita ayuda. Que la gente vea cómo es el paisaje pasiego para animarla a que lo visiten. La artista Teresa Riancho, que procede de Entrambasmestas, es la autora de todas estas cabañas.

Yo soy de asfalto, pero me casé con una torancesa y he tenido mucha vinculación con estos valles. Allí tengo el Museo Pasiego y el de El Hombre y el Campo, lo que me ha permitido conocerlos bien. 

P.- Poner la exposición junto a Seficosa también supone una nueva apuesta por El Zoco. 

R.- Sí, la verdad es que estamos muy a gusto en este centro empresarial. Es más, acabamos de coger otro local para el centro de cálculo porque nos importa mucho la seguridad y el asesoramiento en materia laboral. Desde Seficosa podemos ayudar a las empresas y a otros compañeros asesores a que externalicen el área laboral, que cada día se está complicando más.

El centro de cálculo lo abrimos para nosotros, con el fin de concentrar allí el trabajo más formal (nóminas, altas y bajas, etc.) pero ahora también trabajamos para algunas asesorías. Cuando existe confianza entre compañeros no hay ningún problema y lo que queremos es dar un buen servicio a la empresa.

P.- ¿Es cierta la queja de que el trabajo de los asesores cada vez es más complicado? 

R.- Los organismos públicos nos han pasado trabajos que antes hacían ellos y eso nos ha añadido más responsabilidad. Lo que demandamos es que exista un canal directo con las administraciones. Antes teníamos un trato cercano con los funcionarios y podíamos consultarles las dudas, por lo que rápidamente se solucionaban los problemas. Ahora tenemos que recurrir a gestiones online y correos electrónicos para aclarar la situación. Todo ello ha obligado a las asesorías a incrementar la plantilla de su departamento laboral, en nuestro caso, en cuatro personas más en los dos últimos años. 

P.- ¿Cuántos empleados tiene Seficosa? 

R.- Somos 46 personas, 18 de ellas en el departamento laboral. ¡Estamos haciendo alrededor de 7.000 nóminas! El problema es que nos está costando mucho conseguir talento. En Seficosa tenemos un aula de formación, porque un licenciado no conoce el mundo de la empresa, ni se le han transmitido aspectos fundamentales como la confianza, la comunicación o la ayuda. Yo tengo un lema: “sin información y conocimiento no hay futuro”. 

El error de un asesor implica problemas para las empresas y para nosotros, por la responsabilidad que conlleva nuestro trabajo. Por eso, hay que velar por la formación.  

P.- La asesoría, ¿es un mundo es atractivo para un titulado? 

R.- Sí, es fundamental. Hay mucho futuro, porque las empresas necesitan a alguien que les ayude con toda la normativa que va saliendo. Ahora cumplimos cincuenta años atendiendo y colaborando con los clientes, siendo el puente entre la empresa y la administración, y estamos orgullosos de que ocho personas se hayan jubilado después de llevar cuarenta años con nosotros, toda una vida. 

También es un orgullo ver que la gente ha confiado en Seficosa el devenir de su empresa. Nosotros siempre hemos tenido dos pilares: la confianza de los clientes y el equipo. Si una empresa no tiene un buen equipo es muy difícil que tenga un futuro. 

P.- ¿Y Seficosa tiene garantizado el suyo?

R.- Voy a cumplir 77 años y tanto mi querido socio Esteban como yo lo tendremos que dejar algún día. Así que, lógicamente, ya tenemos organizado un comité de gestión y un comité ejecutivo que se ocupan del desarrollo y de la ampliación. Estamos integrando asesorías. Lo importante es que tenemos gente joven con mucha ilusión.  

P.- ¿Ya se ha marcado una fecha de jubilación?

R.- No, no tengo ninguna gana (ríe). Me gusta mucho lo que hago y sigo viniendo por la oficina; ya no estoy tan ligado al día a día, pero suelen recurrir a mí para pedir consejo. Por ejemplo, ahora estamos con un tema de seguridad de los cinco centros de trabajo que tenemos y que deben estar coordinados.

P.- Con una vida laboral tan ocupada, ¿a qué responde su afición por los nacimientos y las procesiones?

R.- A la familia, sobre todo a mis abuelos, que me llevaban a verlos. Y también a la emoción que sentí cuando conocí la Semana Santa de Málaga. Me habían invitado a participar y se puso a llover. Me impresionó mucho ver a tantas personas llorando cuando no pudieron salir los tronos. Eso, unido al hecho de conocer a un imaginero llamado Miguel Rus, me llevaron a interesarme cada vez más. El arte, en general, me gusta mucho. Aunque no seguí los pasos de mi abuelo, que era profesor de violín, también soy muy aficionado a la música y tengo en mi despacho grabados de mi amigo Valentín Kovatchev. 

P.- ¿Siempre tuvo claro a que quería dedicarse?

R.- No, a mí me gustaba la docencia. Empecé dando clases en la Montes de Neira y fui su director en Torrelavega; estuve en la Academia Juanes; en la dirección de oposiciones de la Escuela Politécnica… Todos los funcionarios de Santander han pasado por mis manos. Después trabajé en el Ayuntamiento y en Mutua Montañesa, pero empecé a llevar la contabilidad de algunos amigos y acabé dedicándome a la asesoría, porque me gustaba mucho el mundo de la empresa.

P.- ¿Cómo está el gremio de asesores en Cantabria?

R.- Tenemos un problema grave, porque no existe un colegio profesional como el de economistas, abogados o graduados sociales. Seremos unos 500 o 600 en Cantabria y estamos reconocidos por las empresas, pero falta un código ético y un mejor acceso a la profesión y a la formación. Es necesario tener un colegio para disponer de un interlocutor con la administración y para poder ayudarnos entre nosotros y dignificar la profesión. ¡A ver si la gente nueva consigue hacerlo, para que exista un organismo que nos defienda a todos!

Patricia San Vicente

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