La empresa de velas metálicas Bound4blue consigue 23 millones de nuevos socios

Entran desde la multinacional alimentaria Louis Dreyfus a la Unión Europea o la cántabra Kai Capital

La ingeniería cántabra Bound4Blue, que diseña velas metálicas de alta tecnología para complementar la impulsión de los barcos mercantes, ha conseguido un espaldarazo internacional en su última ronda de inversores, en la que se han sumado con aportaciones importantes socios que, además, pueden tener una importancia decisiva en su evolución comercial, como la multinacional del sector alimentario Louis Dreyfus, propietaria de una importante flota.


La innovadora empresa ha conseguido en la última ronda de inversores 23 millones de euros (6,5 de ellos de financiación pública) que se suman a los aproximadamente diez que consiguió en rondas anteriores y entre los nuevos socios están la multinacional del sector agroalimentario Louis Dreyfus Company, GTT (una compañía líder en sistemas de contención para el almacenamiento de gas natural criogénico) y la Comisión Europea. Un respaldo que da carta de naturaleza a las velas de succión como una de las alternativas tecnológicas para que la flota mercante pueda ajustar sus emisiones a las nuevas normas ambientales.

La ampliación provoca que los tres socios fundadores dejen de tener la mayoría del capital aunque seguirán siendo los principales accionistas, y en ella también han entrado el gestor de fondos de capital Shift4Good, el fondo Kai Capital, creado por el empresario cántabro Alfredo Pérez, y el CDTI, un organismo público que promueve las mejoras energéticas.

‘La Naumón’, remontando la Ría de Suances.

En julio, Bound4blue instaló en julio en Bilbao dos nuevas velas verticales de succión de 17 metros de altura en el carguero ‘Ems Traveller’. Se trata de la cuarta versión mejorada de la que colocó hace unos años en ‘La Naumón’, el barco de la compañía de teatro La Fura. La altura no ha variado con el tiempo –son las mayores construidas nunca en el mundo– pero cada vez ofrecen un mayor rendimiento, si bien en el futuro próximo está previsto hacer formatos de hasta 36 metros de envergadura.

Bound4blue fue fundada en 2014 por tres ingenieros aeronáuticos de origen catalán, que encontraron el apoyo de Sodercan y, por ese motivo, se asentaron en Bezana. Cristina Aleixendri, José Miguel Bermúdez y David Ferrer proponían una alternativa arriesgada para hacer frente a las exigencias sobre las emisiones de CO2 de los barcos que ya se aventuraban en el horizonte. Proponían volver a la propulsión por viento como apoyo, pero sus velas metálicas verticales en nada se parecía a las velas horizontales de lona que durante milenios han impulsado los barcos. Su sistema se basa en la succión y su vela es más parecida al ala de un avión colocada verticalmente sobre la cubierta de un barco que a una vela ordinaria.

El primer proyecto, con el apoyo financiero de Sodercan, fue la adaptación del barco ‘La Naumón’, un viejo carguero que la compañía teatral La Fura del Baus ha utilizado en alguno de sus espectáculos. El barco, que permaneció durante algún tiempo amarrado en el puerto de Requejada, fue adaptado en Astander y se convirtió en el adelantado de una tecnología que se afianzará a partir de esta entrada de los nuevos socios. La compañía dedicará el nuevo capital a abrir más líneas de investigación en el campo del machine learning, de la reducción de tiempos y costes, y en dotarse de un túnel de viento.

La ingeniería cántabra, que ya tiene oficinas en Barcelona y Singapur, también pretende ofrecer un servicio global, de forma que el armador que contrate sus servicios pueda hacer la adaptación de su barco en cualquier lugar del mundo sin alterar sus rutas de navegación. Una vez instalado el cableado y colocada sobre la cubierta la plataforma metálica reforzada en la que se sujetan estas velas, su instalación puede realizarse en cualquier puerto en uno o dos días. El emplazamiento en la cubierta de una estructura tan importante es lo más delicado, ya que han de colocarse de modo que no entorpezcan las tareas de carga y descarga.

Las velas son fabricadas en empresas metalúrgicas con las que Bound4blue ha llegado a acuerdos. La que porta ‘La Naumón’ procedía de la cántabra Degima. Otras más recientes han sido producidas por la compañía burgalesa Tecnoaranda, especializada en fustes de aerogeneradores. La ingeniería busca que en cada caso –y en tanto no se produzcan en serie– el fabricante esté próximo al lugar donde se procederá a la instalación, para abaratar los costes.

Velas inteligentes de succión

La divulgación de su tecnología y la presión de la normativa comunitaria para reducir las emisiones de los barcos ha incrementado los interesados en su innovador procedimiento, su sistema vélico eSAIL®, que se basa en el uso de un perfil aerodinámico de gran espesor, que produce siete veces más sustentación que el ala de un avión. Unos enormes mástiles que cuentan con un sistema de succión inteligente para aumentar su eficiencia aerodinámica. Con esta propulsión asistida por viento disminuyen sensiblemente los consumos de combustible, uno de los principales costes de explotación de los buques, y las emisiones contaminantes.

La experiencia de las velas ya instaladas indican que el ahorro de combustible no solo depende del diseño de esta vela metálica, también influye el tipo de buque, su zona habitual de operación y los vientos predominantes en ellas. Si los factores son favorables, el ahorro puede alcanzar hasta el 40%.

Monitorización del consumo

En su proyecto más reciente, el del carguero ‘Ems Traveller’, las velas se instalaron en dos fases. Durante una revisión periódica programada del buque en Países Bajos se pusieron en la cubierta los refuerzos que iban a servir para sostenerlas y a comienzos de verano se realizó en Bilbao la fijación de las velas, fabricadas por Haizea Wind en Aranda de Duero, y la integración de todos los elementos electrónicos que son necesarios para su funcionamiento automático.

Bound4blue ha estado monitorizando los datos de consumo del buque para obtener su perfil, con los que un consultor independiente evaluará el ahorro de combustible y emisiones durante los próximos doce meses. Así, se obtendrán datos validados científicamente, que serán utilizados para cuantificar los efectos reales que tiene este sistema de propulsión por viento y que servirán de base para futuros desarrollos.

Las velas son completamente autónomas, por lo que no requiere que personal de a bordo se ocupe de su puesta en funcionamiento o de orientarlas para su mejor rendimiento con cada cambio de viento y tienen otras dos ventajas: un bajo mantenimiento y una instalación fácil a bordo. Además, la ingeniería ofrece los proyectos llave en mano.

Hasta el momento ha instalado su sistema eSAIL® en tres buques y ha firmado acuerdos adicionales con otros armadores como Louis Dreyfus Armateurs, Marubeni Corporation y Odfjell para equipar con él sus flotas.

Los nuevos socios

Los nuevos socios de la compañía tienen un perfil muy variado, desde fondos de inversión interesados en las nuevas tecnologías energéticas a entidades públicas, como el CDTI o empresas con grandes flotas de barcos.
La cotizada GTT es una compañía tecnológica que fabrica sistemas de contención hechos con membranas criogénicas para transportar y almacenar gases licuados. Durante más de 50 años, ha estado diseñando y proporcionando tecnologías de vanguardia a transportistas de gases, terminales flotantes y almacenes terrestres. También desarrolla sistemas para el uso GNL como combustible y está activo en el ámbito del hidrógeno.
En la empresa cántabra ha entrado a través de su fondo GTT Strategic Ventures dedicado a invertir en tecnología para el cambio climático.

El equipo de Bound4blue (actualmente son 35 personas), con los tres fundadores en primer término.

Shift4Good es un gestor de fondos de capital de riesgo que invierte en startups implicadas en la descarbonización del sector del transporte. Se centra principalmente en Europa y el sudeste asiático.

Por su parte, Louis Dreyfus Company es una compañía líder en la comercialización y procesado de productos agrícolas fundada en 1851. Sus actividades abarcan toda la cadena de valor, desde la granja hasta la mesa, en una amplia gama de líneas de negocio: café, algodón, comida y alimentación, transporte, mercados globales, cereales y oleaginosas, zumos, arroz y azúcar. Con ello contribuye a alimentar y vestir a unos 500 millones de personas.
Esta multinacional opera en más de cien países y emplea a unas 17.000 personas. Al año procesa y transportar aproximadamente 80 millones de toneladas de productos alimentarios, doce veces más de todas las cargas que mueve el sistema portuario de Santander.

El European Innovation Council (EIC) es el programa insignia de innovación de Europa para identificar, desarrollar y escalar tecnologías revolucionarias e innovaciones que rompan con lo establecido. Tiene un presupuesto de 10.100 millones de euros para apoyar innovaciones revolucionarias. Su fondo está gestionado por un gestor independiente.

Kai Capital es el fondo creado por el empresario torrelaveguense Alfredo Pérez, cofundador del Grupo Pitma, que ha empezado a realizar inversiones en proyectos sugestivos relacionados, en su mayor parte, con las nuevas tecnologías, varios de ellos asentados en Cantabria.

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