Ángel Sánchez (HUB Parking Tech, en Emiratos Árabes): ‘Cantabria no puede permitirse seguir perdiendo talento joven’

Ángel Sánchez de Movellán lleva más de una década asentado en Dubai, donde ha desarrollado una exitosa carrera en la gestión comercial de varias empresas. Este santanderino destaca las grandes oportunidades de crecimiento profesional que ha encontrado en Oriente Medio y ahora busca contribuir al desarrollo del ecosistema empresarial de Cantabria a través de su participación en la Red de Talento Cántabro.


Ángel Sánchez de Movellán regresa con frecuencia a Cantabria desde el emirato árabe de Dubai, donde reside. Licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la UC en 2009, su vida profesional ha estado íntimamente ligada al mundo de los negocios en Oriente Medio, un rincón del mundo del que se considera un apasionado. Desde allí actúa como coordinador local de la Red del Talento Cántabro en el Exterior ‘Cantabria 2030’, la iniciativa de CEOE-Cepyme ideada para servir de punto de encuentro de profesionales que se encuentran en el extranjero y que, estando vinculados de algún modo a la región, quieran contribuir a su dinamización económica.

La primera experiencia de Ángel fuera de España se produjo en 2004, después de estudiar un módulo superior de programación y trabajar un año como auxiliar administrativo en una empresa santanderina. Sus ganas de seguir aprendiendo y buscar oportunidades lo llevaron a mudarse con un puñado de currículos a Dublín, donde trabajó como cajero de supermercado durante ocho meses mientras estudiaba inglés y valoraba continuar sus estudios. En Irlanda se dio cuenta de lo duro que puede ser estar lejos de las caras y lugares conocidos, pero también de lo gratificante que resulta conocer a gente de otros países y enfrentarse a nuevos retos.

De vuelta en Cantabria, se matriculó en la Universidad, y comprobó que no había perdido el tiempo: “Comenzar la carrera teniendo ya algo de experiencia laboral y un primer contacto con el exterior te dota de una visión muy diferente del entorno educativo y de tu papel en él. Sabes mejor lo que quieres obtener y puedes enfocar tus estudios de un modo más práctico; te lo tomas como un trabajo”.

“En mi cuarto año en Empresariales, aproveché una beca Erasmus para disfrutar de un año en Malta, donde pude seguir mejorando mi inglés”, continúa Ángel. Allí se planteó que los Emiratos Árabes Unidos podría ser un buen sitio en el que desarrollarse profesionalmente. Un año después estaba en Dubai.

Pregunta.- ¿Qué hizo para llegar allí tras la carrera?

Ángel Sánchez de Movellán Sánchez.- Buscando la forma de trabajar fuera de España, supe de una convocatoria de becas de Sodercan y el Instituto de Comercio Exterior para trabajar en la Oficina Comercial de la Embajada Española, el organismo que se encarga la llegada de empresas y su implantación en el país de destino. Me preparé a conciencia para el proceso de selección, porque tenía claro lo que quería, y estudié qué empresas cántabras operaban en los Emiratos, cuál era su situación, etc. Solo había tres plazas, Casablanca, Singapur y Dubai, y durante la entrevista personal mi labor previa de investigación terminó de convencerles de mi idoneidad para esa plaza.

“Hasta en el país más remoto del mundo puede uno vivir perfectamente si cuenta con buenos amigos y se siente bien tratado. ”

P.- ¿Dubai resultó tan atractivo como esperaba?

A.S.dM.- Sí. Tras el primer año, tuve aún más claro que quería quedarme allí más tiempo y explorar las posibilidades que me ofrecían los Emiratos. En la Oficina Comercial se aprende muchísimo. Tuve la suerte de tener un jefe que trataba a los becarios como empleados de pleno derecho y puse todo de mi parte para asumir tareas más relevantes y destacar. Nunca entendí los encargos más complejos como una carga, sino como un reto y una fuente de motivación. Ademas, conocí a mi actual mujer, que también residía en los Emiratos, por lo que la experiencia no pudo ser mejor.

P.- ¿Cómo ha sido su carrera desde entonces?

A.SdM.- Una empresa con la que había entrado en contacto en ese tiempo quería empezar a operar allí y me contrató como director de su oficina en Abu Dabi, donde pude encargarme de la expansión de sus negocios de ingeniería. Aunque esta aventura no duró demasiado, debido a algunos problemas financieros que afectaron a la empresa, yo ya había ganado una experiencia muy valiosa tratando con clientes y pasé a trabajar en Teka, cuyo director general en Oriente Medio ha sido uno de los grandes mentores que he tenido durante mi trayectoria profesional. Me desempeñé durante casi cinco años como director del área de posventa para los Emiratos Árabes, Catar, Bahrein, Omán, Pakistán e Irán, un puesto que implicaba viajar a menudo y que me permitió obtener una visión mucho más amplia de los negocios en todos estos países.

Desde 2016 trabajo para HUB Parking Technology, una filial del Grupo FAAC que se encarga de  diseñar e implementar soluciones de párking en diferentes entornos. En la actualidad, soy el director para el Medio Oriente y estoy trabajando también en nuestra expansión en parte de África. Últimamente estamos asumiendo proyectos importantes, como el distrito financiero de Riad (KAFD), el edificio con el voladizo más grande del mundo en Dubai (One Za’abeel) y varios aeropuertos de la región.

P.- Muchas personas emigran a destinos culturalmente afines a España, como los países de Europa Occidental, pero Dubai es un lugar muy diferente. ¿Es difícil adaptarse?

A.S.dM.- Es cierto que se trata de un lugar que puede presentar muchos contrastes para un español. Sin embargo, y creo que es algo en lo que coincidimos muchas personas que vivimos en el extranjero, al final todo se reduce a los amigos que tienes a tu alrededor y a la calidad de vida de la que puedes disfrutar donde resides. Hasta en el país más remoto se puede vivir perfectamente si uno cuenta con buenos amigos y se siente bien tratado.

“El peso de la religión en la vida diaria de los Emiratos no es tan grande como algunas personas suponen”

Tradicionalmente, muchas personas occidentales vienen a los Emiratos para trabajar en proyectos internacionales o durante un período concreto, y después se van. La rotación es muy alta, algo que seguramente no sucede en los destinos europeos, pero en los últimos años he notado un cambio de tendencia: la gente cada vez se queda más tiempo aquí.

P.- ¿Qué destacaría de la vida laboral allí?

A.SdM.- Dubai es un acelerador de tu carrera profesional. El 80% de los profesionales son extranjeros, puedes conocer a personas de muchos países diferentes, hacer muchos contactos en poco tiempo y trabajar en proyectos de dimensiones que en España no son posibles.

El ejecutivo santanderino en las oficinas de la empresa Hub en Emiratos Árabes Unidos, con una imagen de la bahía de Santander de fondo.

P.- ¿Cuál es su relación con Cantabria en la actualidad?

A.S.dM.- Vuelvo siempre que puedo. Normalmente, en Navidad y en verano, aunque siempre cae alguna escapada entre medias para ver a la familia y conectar con las raíces —especialmente ahora que tengo hijos—. Siento un profundo cariño por Cantabria y, allá donde vaya, siempre soy “el cántabro” entre mis amigos y conocidos. A veces me siento como una suerte de embajador de la región, y me consta que la gran mayoría de cántabros en el extranjero hacen lo mismo.

Yo estaría más que encantado de volver un día a Cantabria si existieran oportunidades laborales que hicieran el retorno más atractivo. Estoy convencido de que si hubiera un número mayor de desafíos profesionales y opciones de crecimiento, más allá de cuestiones como los salarios o las ayudas públicas, muchos profesionales cántabros que viven fuera de España volverían enseguida.

P.- ¿Cómo supo de la Red del Talento Cántabro de CEOE-CEPYME? ¿Siente que iniciativas así le acercan más a la región?

A.S.dM.- Siempre he tratado de estar al corriente de iniciativas de este tipo, porque estoy convencido de que generan arraigo a Cantabria y favorecen el networking, lo cual es positivo para los profesionales que toman parte en ellas y puede tener efectos muy beneficiosos a medio y largo plazo.

Yo llegué a Dubai a través de la Red Exterior de Sodercan y, además de ser coordinador regional para Oriente Medio de la Red del Talento Cántabro desde hace un año, participo en el programa de Embajadores de Santander en el Exterior. Cantabria tiene un potencial enorme y, si organizamos bien nuestros recursos, podemos lograr muchas cosas.

P.- La Red está integrada por profesionales con perfiles muy diversos. ¿Qué puede aportar a la economía cántabra?

A.S.dM.- En primer lugar, estructurar y potenciar la labor de promoción de Cantabria que muchos cántabros llevamos a cabo a título individual, de modo que más personas y potenciales inversores de otros países conozcan todo lo bueno que ofrece nuestra tierra. Los cántabros tenemos una relación muy especial, muy íntima, con nuestra tierra, y eso es un valor a explotar para construir un turismo de mayor calidad y favorecer la atracción de empresas extranjeras y profesionales altamente cualificados que busquen un lugar con mucha calidad de vida desde el que teletrabajar.

Por otro lado, la Red está articulando un sistema de embajadores que den apoyo a empresas locales que quieran salir al exterior, así como varios grupos de trabajo para que empresas cántabras de sectores concretos (como el agroalimentario o el tecnológico) conozcan qué se está haciendo fuera para poder replicarlo.

P.- En su caso, ¿qué es lo más positivo que ha sacado de ese desarrollo profesional en el exterior?

A.S.dM.- Esta es una pregunta compleja porque es difícil mencionar un solo punto. Al final, es una combinación de factores que te hacen entender el trabajo y la vida en general de una forma mucho más amplia y directa.

“Para salir al extranjero hace falta cierta capacidad de decisión y cierto aguante, y estar preparado para trabajar duro y mantener siempre una actitud flexible a los cambios”

Amplia, porque en todas las oficinas donde he trabajado siempre había personas de cuatro o cinco nacionalidades diferentes, lo que te ayuda a abrir tu mente y acostumbrarte a buscar soluciones en las que nadie habría pensado en tu país de origen, así como a respetar otras interpretaciones de la realidad e ideas que son muy distintas a las tuyas.

Directa, en el sentido de encontrarte en un entorno empresarial cambiante, que premia la meritocracia y donde el ritmo de trabajo es frenético. Aquí, las recompensas llegan con trabajo duro y constante; no vale relajarse.

Al final, todo esto te empuja hacia delante, te obliga a reinventarte, a dar lo mejor de ti cada día, porque debes demostrar lo que vales y no puedes hacer  simplemente lo mismo durante varios años. Es algo que me resulta muy motivante.

P.- ¿Es un camino que recomendaría a jóvenes recién graduados? ¿Es solo para cierto tipo de personas o para perfiles profesionales concretos?

A.S.dM.- Yo siempre lo recomiendo, aunque opino que es importante ser honestos y dejar claro todo lo que implica. Irse a otro país no es un camino de rosas; hay que pagar un precio importante, que es estar lejos de tu familia y de tus amigos. Muchas veces te preguntas qué estás haciendo tan lejos de casa, y conozco a personas que han vuelto tras un par de años en otro país con la impresión de haber sufrido uno de los peores periodos de sus vidas. Por eso, creo que no hay que empujar a nadie a salir si no es lo que quiere.

Para salir al extranjero hace falta cierta capacidad de decisión y cierto aguante —lo que ahora llaman “resiliencia”—, así como estar preparado para trabajar duro y mantener siempre una actitud flexible ante los cambios. Si esto se consigue, los buenos resultados llegan siempre, más pronto o más tarde. Incluso aquellos que permanecen en el extranjero por un periodo corto pueden regresar con una gran experiencia personal y un aprendizaje muy valioso si aprovechan lo que el cambio de entorno te ofrece. Pienso que vivir en otro país es un camino muy enriquecedor.

En cuanto a la formación, parece que las generaciones más jóvenes vienen mejor preparadas en lo que respecta a los idiomas, algo de lo que quizá carecimos los de la mía. Es esencial hablar inglés con fluidez, saber cómo preparar un CV para empresas multinacionales, entender cómo funcionan los procesos de selección en otros países, etc. Todo esto puede aprenderse desde España y es de gran ayuda para tener éxito en el extranjero.

P.- ¿Cómo ve desde fuera el panorama laboral, empresarial y social de Cantabria?

A.S.dM.- Veo que está mejorando, pero aún hay mucho por hacer. Venimos de un escenario gris oscuro casi negro en el que apenas el turismo y algunas empresas sostenían la región. En los últimos años, sin embargo, he observado que han surgido algunas compañías tecnológicas muy competitivas y bien preparadas que están pisando fuerte en áreas como la química y la industria 4.0. A pesar de ello, año tras año, muchos jóvenes con ganas de trabajar y de esforzarse salen de Cantabria buscando oportunidades laborales de calidad, lo cual es un síntoma claro de que algo debe mejorar. No podemos permitirnos perder talento de esa manera.

“Los cántabros tenemos una relación muy especial, muy íntima, con nuestra tierra, y eso es un valor a explotar”

En mi opinión, hay que reforzar el trabajo de poner a Cantabria en el mapa, no solo a nivel nacional, sino también internacional. Es cierto que ha habido propuestas, como el Mundial de Vela, que han aportado valor a la región de forma puntual, pero pienso que es necesario construir una imagen internacional más sólida, potente y sostenida en el tiempo; hacer que la gente de fuera tenga claro qué es Cantabria y por qué es conocida en el mundo. Para ello, es importante promover las conexiones ferroviarias de mercancías con el resto de las capitales del norte y seguir organizando eventos de primer nivel (certámenes tecnológicos, encuentros empresariales, competiciones deportivas, etc.) que estén ligados a nuestros principales valores, entre los que destacan las conexiones marítimas y el turismo deportivo y de naturaleza.

José María Sáinz-Maza del Olmo

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