Una nueva televisión

A las 20.30 del 17 de mayo Luis Husillos abría el informativo regional de Localia. Era la primera emisión en directo de una nueva televisión cántabra, algo así como su nacimiento oficial, aunque la emisora lleva ocho meses con cartas de ajuste y algunas semanas con programas grabados de producción ajena.
La puesta en marcha de los informativos se había abortado 24 horas antes cuando, en medio de la expectación de toda la plantilla, fallaron a última hora los equipos que simulan electrónicamente los fondos del estudio, cuyo color natural, un verde fosforescente al que la vista difícilmente se acostumbra, nunca llega a ser visto por el espectador, ya que es sustituido por los ordenadores por escenarios virtuales que para el televidente resultan perfectamente reales. La nueva emisora, a pesar de sus reducidas dimensiones, es muy sofisticada técnicamente para las condiciones habituales de una televisión local y también dispone de sistemas informáticos de edición de noticias y de lectura ante la cámara.
Localia emite en estos momentos doce horas de programación diaria, de la cual las dos del horario prime time son de producción propia y están ocupadas por un informativo y un magazine que conduce la locutora de Radio Santander Suleyma Campos. Varios de los integrantes de la plantilla proceden también de la emisora asociada a la cadena SER y el director, Francisco Aresti, es, simultáneamente, director de Radio Santander.
La sociedad impulsora de Localia, Audiovisual Cantabria, forma parte del grupo Propulsora Montañesa, propietaria de Radio Santander, y reproduce su accionariado, con Pedro Pérez del Molino como presidente. Su intención de ampliar el ámbito de actividad hacia la televisión local no es reciente. Desde hace cuatro años barajaba el proyecto si bien no había encontrado un cuerpo de programación lo suficientemente sólido para complementar las muchas horas de parrilla que no es posible cubrir con programas propios.
Cuando la cadena SER puso en marcha la productora Pretesa, Radio Santander aceptó sumarse al proyecto Localia, al igual que hicieron muchas otras emisoras de la cadena –propias del grupo Prisa o asociadas– en todo el país. Esto les permite tener una programación de calidad para el resto de la jornada, sin otras servidumbres. “No formamos una cadena”, explica Francisco Aresti. “Nosotros tenemos plena libertad de utilizar o no su programación y hacerlo a las horas que nos interesen, y lo cierto es que nuestros programas ocupan la franja horaria más importante del día, lo que demuestra que todo lo demás está subordinado”.

Sistemas avanzados

En estos momentos se calcula que hay en España alrededor de un millar de televisiones locales, de las cuales la mayoría no sobrevivirá con el desembarco de los grandes grupos de comunicación, capaces de suministrar contenidos y de formar un pool publicitario. Además de la iniciativa Localia, tanto el grupo periodístico Correo como la cadena de emisoras Cope preparan sus propias redes de televisiones locales que habrán de buscar una fórmula imaginativa para operar, dado que la ley no permite la creación de cadenas para evitar lo que hizo Berlusconi en Italia, la conversión de las emisoras locales en auténticas televisiones generalistas de ámbito nacional, un modelo que tiene su regulación propia.
A pesar de que la televisión se ha convertido en un medio cada vez más barato, la inversión de Audiovisual Cantabria en Localia supera los 200 millones de pesetas. La estrategia ha sido dotarse de sistemas avanzados de control y autoedición de noticias que simplifican extraordinariamente el trabajo. Las cámaras del estudio están robotizadas, por lo que no necesitan operadores y pueden manejarse desde la sala de realización. Los reporteros, a su vez, cuentan con un sistema de edición digital que les permite montar en su ordenador el vídeo, el audio e, incluso, las grabaciones en off que necesiten, de forma que resultan autosuficiente en unas tareas que tradicionalmente requieren la concurrencia de varias personas.
El resultado es, aparentemente sencillo y de un formato reducido. En los 300 metros cuadrados que ocupan las instalaciones, ubicadas en el Zoco Gran Santander, de los cuales el estudio consume una buena parte, se acogen sin apreturas las salas de redacción, de realización, de continuidad, y los despachos. Dieciséis personas (en el futuro 18) dan vida a esta nueva televisión que intentará abrirse mercado con un tratamiento de calidad en la información local.

Adaptación gratuita de las antenas

En los meses de montaje y pruebas, los redactores y técnicos, que en su mayoría proceden del mundo de la radio, se han familiarizado con la televisión, y la empresa ha tenido tiempo para preparar las antenas colectivas de Santander para la recepción de la señal que emite. Esto ha obligado a instalar gratuitamente en muchas de las comunidades de vecinos un amplificador que permitirá que la señal llegue adecuadamente al receptor doméstico de televisión. Unos trabajos que ya le dan acceso en Santander a un público potencial superior a las 100.000 personas, que pueden sintonizar la nueva televisión a través del canal 22.
La operación ha sido obviamente más cara que esperar a que cada comunidad vecinal decidiese hacer la instalación por su cuenta, pero mucho más eficaz en resultados. Localia tiene previsto iniciar ahora estos mismos trabajos de adaptación de antenas en Torrelavega, donde su señal llega por el canal 44, y más tarde lo hará en Castro Urdiales.
Aresti calcula que, por antena, la emisora podría ser sintonizada antes de un año por más de la mitad de la población de Cantabria, incluidos los usuarios de Ono, que también la pueden ver por el canal 57.
Además de Radio Santander, 40 Principales y Localia, emisoras que son de su propiedad, Propulsora Montañesa explota las emisoras Dial, M-80 y Ser de Castro Urdiales y el año pasado completó su grupo con la agencia de publicidad Zebra Comunicaciones. En conjunto, da empleo a algo más de medio centenar de personas.