Historias de la Unión Europea

Como todo aficionado sabe, eso del fútbol es un invento de los ingleses para quienes el juego consiste en meter la pelota en la portería contraria con los menores tramites posibles. Pero, para que se disputen los partidos se requiere una cierta organización y los derechos que se derivan de tal aspecto organizativo le han obligado a pronunciarse al Tribunal de Justicia de la UE (TJ). En concreto, debía aclarar si alguien, ajeno a la competición puede aprovecharse del calendario de Liga para sacarle beneficios, como ocurre con las apuestas.
En Inglaterra, la organización de los campeonatos de fútbol profesional incumbe a la Football Association Premier League Ltd. y a la Football League Ltd. y su trabajo consiste en la elaboración de los calendarios de los partidos que deberán jugarse cada temporada concreta, unos 2.000, distribuidos en varias categorías y en 41 semanas de competición. Un trabajo aparentemente fácil, siempre que se tengan en cuenta una serie de factores como la alternancia de los partidos en casa y fuera, evitar que dos clubes de una misma ciudad jueguen en ella el mismo día o respetar los condicionantes de los calendarios internacionales. Todo ello de forma que, al final, coincidan dos equipos en el mismo terreno de juego el misma día y a la misma hora, y no pase lo que ocurrió en aquel partido entre la ex Unión Soviética y el Chile de Pinochet, que los chilenos ganaron por 1-0 en el Estadio Nacional de Santiago sin que apareciera ningún jugador ruso por el campo.
Los trabajos para hacer el calendario inglés comienzan un año antes mediante un programa informático y el coste anual de hacer este trabajo asciende a 2,3 millones de libras.

El negocio finlandés
En Finlandia, a pesar del frío, también hay afición al fútbol y a sus nacionales les gusta hacer apuestas sobre quién ganará en la liga inglesa, mucho más interesante que la suya. El negocio de estas apuestas está en manos de una empresa que se vale para ello, obviamente, de los calendarios del fútbol inglés, que cualquiera puede conseguir a comienzo de temporada sin mucho esfuerzo.
Con ello obtiene un volumen de negocio de varias decenas de millones de euros y unos beneficios saneados, pero el Vantaan Karajaoikeus que, aunque suene raro es un tribunal finlandés, consideró que esa planificación de los partidos era una lista con derechos de autor y que, por tanto, la empresa de apuestas vulneraba los derechos de su propietario. No obstante, otro tribunal del país consideró lo contrario y revocó la sentencia.
Tras la entrada en vigor de una directiva europea sobre bases de datos, la empresa fue denunciada por el mismo motivo y esta vez desde territorio británico. El tribunal finlandés optó entonces por pedir un dictamen al regulador de los derechos de autor del país, el cual estimó que la planificación de partidos sí es una base de datos, ya que la obtención, verificación y presentación de los mismos requiere una inversión sustancial (el criterio que utiliza la directiva europea para diferenciar una base de datos de una simple lista).
Sin embargo, el tribunal mantenía dudas al respecto y decidió acudir al Tribunal de Justicia Europeo.

Inversión sustancial
Para el órgano de justicia europeo, el meollo de la cuestión, o sea el que la base de datos tenga o no tenga protección legal, reside en la inversión cualitativa o cuantitativa que haya requerido.
La directiva europea tiene una finalidad y es la de fomentar y proteger las inversiones en sistemas de almacenamiento y tratamiento de datos, a la vista del crecimiento exponencial de la información de todo tipo que se genera y procesa y de la facilidad para que terceros puedan reproducirla y utilizarla. Según la directiva, la “inversión sustancial” citada son los recursos consagrados a la búsqueda de una información que ya existe y a su recopilación, pero no el gasto realizado en la creación de los datos. Las inversiones incluirían la verificación del contenido, para garantizar su fiabilidad, la disposición sistemática de los datos y la organización de su accesibilidad individual.
Ahora bien, ¿qué pasaría si la persona que constituye la base es, a la vez, la que crea los datos que contiene? En este caso, el TJ no excluye que puede reclamar la protección de la directiva europea, eso sí, con tal de acreditar que la obtención, verificación y presentación de los datos le ha supuesto una inversión diferenciada.
¿Hay una inversión sustancial en el calendario inglés de Liga? Pues no, según el Tribunal comunitario. El gasto se hizo en la organización del campeonato, pero no en el listado de los partidos a celebrar, o sea que no puede obtener la protección de la directiva europea. El calendario no requiere una inversión autónoma en relación con la inversión que exige la creación de los propios datos que contiene y, por tanto, cualquiera, incluido la empresa finlandesa, puede utilizarlo libremente.

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