Nada es como parece

DOLAR Y EXPORTACIONES.– Cualquier teórico económico hubiese convenido que, con el hundimiento del precio del dólar con respecto al euro, las exportaciones realizadas en euros se verían seriamente afectadas. Pero con Alemania ha ocurrido todo lo contrario. El pasado año, sus exportaciones crecieron un 10%. Como es lógico, ha llegado la hora de buscar explicaciones y sólo caben dos. Una de ellas es que buena parte de esas exportaciones se realizan a países del área euro y, por tanto, no están afectadas por el sobrecoste. La otra es que Alemania produce artículos que han demostrado ser poco sensibles a las variaciones de precios. En fin, lo que quisiéramos todos.

TRASLADO FORZOSO DE ESTANCOS.– La legislación contra el tabaco en los centros de trabajo ha tenido una consecuencia curiosa. Por coherencia, el Gobierno se ve forzado a cerrar los 200 estancos que se encuentran ubicados en ministerios, centros penitenciarios y juzgados. Y, aunque estas expendedurías nunca fueron adjudicadas en concurso público, los responsables tendrán que ser indemnizados o canjear su licencia por una en la vía pública. Por el momento, ninguna de las dos opciones parece complacer a los afectados, que anuncian recursos judiciales contra el traslado forzoso.
GASTOS AÑADIDOS.– Las tarifas aéreas cada vez se parecen menos al coste real de los billetes. Ocurre con las compañías de bajo precio, que dejan fuera del precio ofertado los impuestos y tasas aeroportuarias, pero también con las líneas áreas convencionales. Desde enero, Iberia, Spainair y Air Europa han subido a 18, 35 y 60 euros, los gastos por emisión de billetes de tarifa reducida en vuelos domésticos, europeos o intercontinentales y a 23, 45 y 80 euros los mismos vuelos en tarifa ordinaria.

LOS JOVENES SE DESENGANCHAN DE LA TV.– El consumo televisivo ha crecido en el último año, pero también ha cambiado bruscamente. Los televidentes son cada vez más maduros y, en minutaje total, los muchachos entre 13 y 24 años tan solo representan ya el 10,9% de la clientela. ¿Qué ha ocurrido? Pues no es que se hayan desenganchado. Es que se han enganchado a otras pantallas, la del ordenador –Internet– y la de las consolas. Así que los anunciantes empiezan a pensar que la televisión ha dejado de ser el mejor soporte publicitario para los productos juveniles y, al disminuir la inversión en este segmento, los programadores reducen cada vez más los espacios dirigidos a estas edades. Como se ve, todo tiene una explicación más sencilla de lo que parece, y una solución más difícil de lo que cabía pensar.

MENOS APERTURAS.– El liberalismo económico es más fácil de pregonar que de aplicar. Le ha ocurrido al PP en varias de las autonomías donde gobierna. Ahora tenía que haber entrado en vigor la ley de liberalización de horarios comerciales que Aznar aprobó en 2000, de no haber sido modificada por el PSOE, pero desde la sede del PP se pidió a los presidentes de las comunidades que gobiernan que mantuviesen los doce festivos autorizados para la apertura de las grandes superficies, tal como se hizo en 2004. Sin embargo, sus representantes en Baleares, Galicia, Castilla y León y La Rioja han hecho oídos sordos a la consigna en la regulación para 2005: sólo aceptarán la apertura en ocho festivos.
COMPETIR CONTRA SI MISMOS.– Bergé ha decidido denunciar a los importadores paralelos de los vehículos Hummer, los todoterrenos que se han popularizado tras la guerra de Irak. Aprovechando la debilidad del dólar, varias empresas se han dedicado a importar coches de lujo norteamericanos, compitiendo con los concesionarios, lo cual es ilegal desde el pasado mes de octubre, y al ofrecer precios más bajos, han llegado a comercializar tantos vehículos como las redes oficiales. Bergé sufre este problema por triplicado, ya que también es el importador oficial de Cadillac y Corvette.

EL FUTBOL, UN MAL NEGOCIO.– Una auditoría de la televisión pública valenciana Canal 9 ha dejado en evidencia que las cifras que las televisiones pagaron por asegurarse el fútbol son imposibles de rentabilizar. Canal 9 se aseguró los derechos del Valencia CF y del Villarreal cuando las cadenas entraron en una auténtica subasta por las retransmisiones. Posteriormente, se vio forzada a revender estos derechos a Audiovisual Sport a un precio que, según se ha sabido ahora, es 13,7 millones de euros más barato de lo que le costaba cada año. Aún en estas condiciones ruinosas, el Gobierno valenciano volvió a prorrogar su acuerdo con ambos equipos hasta el 2005-2006, lo que sólo puede considerarse como una subvención encubierta.

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