Apuestas en la Red como trabajo

Cuando una puerta se cierra se abre una ventana y para Daniel Mateos esa ventana fue internet. En abril de 2009 el banco para el que trabajaba le despidió días después de regresar de su baja de paternidad. Les demandó por despido nulo y poco antes de celebrarse el juicio le ofrecieron un acuerdo económico que no pudo rechazar: “Me encontré con un tiempo y un dinero que me permitió cursar un master en Internet Business en el ISDI y después crear el portal de apuestas deportivas Sportyy.com”, cuenta.
Esta web indica a sus usuarios en qué competición de tenis o de fútbol deben jugarse el dinero y qué cantidad apostar. El joven economista aclara que no se trata de ejercer de adivino sino de manejar información y estimar las probabilidades del resultado del partido mejor que otros. El eslógan de su empresa (“apuesta con la cabeza, no con el corazón”) es una forma sencilla de resumir su filosofía.
Durante el primer año de actividad ha publicado pronósticos gratuitos pero, a la vista del valor que sus informaciones adquirían para los usuarios y del crecimiento de los seguidores, el pasado mes de junio Mateos decidió empezar a cobrar por el asesoramiento.
Detrás de los negocios electrónicos como el suyo casi siempre hay buenas ideas, pero eso resulta insuficiente sin muchas horas de sacrificio. Sus promotores no tienen que ir la oficina, pueden elegir libremente su lugar de residencia y conciliar mejor la vida laboral con la profesional, pero corren el riesgo de sobrecargarse de trabajo y de que su vida personal acabe interfiriendo en sus tareas.
Daniel Mateos no puede establecer una rutina diaria porque depende de los momentos en que se disputan los partidos: “Los horarios del Open de Australia de tenis son diferentes a los de Wimbledon o el US Open”, recuerda. Y, frente a lo que puede suponerse, su mayor esfuerzo se produce en las primeras eliminatorias, donde se ve obligado a analizar muchos más partidos que en las rondas finales.
Mateos reconoce que quien trabaja en su casa siente cierta soledad por no poder relacionarse con otros compañeros y que concentrarse no siempre resulta fácil con “el relajante ruido de fondo” de sus hijos. Sin embargo, valora más las ventajas que los inconvenientes: “No tengo que soportar a un jefe ni ir disfrazado con un trozo de tela colgado al cuello, tengo libertad total para planificarme, no pierdo tiempo en los desplazamientos y me motiva saber que el éxito o el fracaso dependen exclusivamente de mí”.

Emprendedores online

El perfil del emprendedor online es el de un joven, con frecuencia universitario, que convierte en trabajo lo que era una afición. La de Javier Tazón por el mundo del póker comenzó hace seis años. Hoy, cumplidos los 27, es un reconocido jugador profesional que se gana la vida mejor que muchos ejecutivos.
El joven santanderino explica que todo empezó como un juego. Nunca mejor dicho, ya que al principio se apuntaba a torneos con inscripción gratuita y con ganancias de sólo unos céntimos. Con el tiempo fue escalando niveles hasta acabar ingresando más que un sueldo medio: “Fui ascendiendo céntimo a céntimo; después, dolar a dólar, hasta que un día me di cuenta de que podría llegara ser muy rentable”, dice.
Gracias a la experiencia que ha ido adquiriendo ya no tiene que dedicarle tantas horas a su trabajo. Le basta con tres o cuatro al día, menos que un empleo de media jornada: “Al principio tienes hambre por aprender todo lo que puedas pero hoy en día no le dedico ni la cuarta parte de tiempo que entonces”, confiesa.
Al igual que el creador de Sportyy.com, Javier Tazón necesita flexibilidad horaria para tener éxito en lo suyo: “Intento no obligarme estrictamente a ningún objetivo diario puesto que se nota demasiado cuando te pones a trabajar sin ganas. Y si no estás al 100% puede hacerte un agujero profundo en el bolsillo”, advierte.
Separar la vida personal de la profesional puede llegar a ser un incordio para el jugador, porque las personas que conviven con él no siempre comprenden que se trata de un trabajo y, como tal, requiere toda su atención: “Si estás en muchas mesas de póker a la vez es difícil seguir una conversación con los que te rodean en casa porque debes tomar varias decisiones por segundo”.
Lo peor es que los resultados del juego le afectan “sobremanera” en sus relaciones personales y admite que en eso debe mejorar: “No sé si en un trabajo tradicional me ocurriría lo mismo pero mi estado anímico fluctúa dependiendo de cómo vayan las cosas por las mesas”.
No todo el tiempo que pasa delante del ordenador está jugando. También aprovecha sus conocimientos para enseñar a otros que se inician a través de vídeos que cuelga en el principal portal de videos de póker de habla hispana PokerSP.com, del que es socio fundador, y en la escuela virtual Pokerstrategy.es.

La revolución de internet

“No busques un trabajo, invéntate uno”. Esta frase, que se atribuye al creador de Facebook y que aparece en la película ‘La Red Social’ es el punto de partida de estos nuevos emprendedores, máxime cuando las profesiones clásicas están dejando de tener atractivo y el mundo laboral necesita reinventarse.
Lo que animó a Daniel Mateos a autoemplearse fue la crisis económica mundial, que ha bloqueado el mercado de trabajo, y la revolución tecnológica que vive el mundo de los negocios: “Ahora, una o pocas personas pueden realizar el trabajo de toda una empresa”, afirma. O se puede tener éxito al margen de las empresas ya existentes, por potentes que sean. Como ejemplo, cita lo ocurrido con el español que permaneció en Tokio después del grave terremoto de marzo, cuyos relatos diarios en Twitter despertaron mayor interés en los lectores que los medios de comunicación tradicionales.
“Con una inversión relativamente baja, Internet te permite desarrollar una idea, montar un negocio relacionado con tus pasiones y el mercado potencial puede ser todo el mundo”, constata el economista. De hecho, su portal de apuestas deportivas cuenta con clientes de Estados Unidos, Australia, Sudáfrica, Japón e, incluso, en África.
El mercado potencial del del póker online también es enorme y será rentable mientras no haya una saturación de jugadores profesionales como Javier Tazón. Aunque el peligro que amenaza el futuro de este cántabro no es la crisis sino una legislación que, a partir del próximo 1 de enero, pondrá muchas trabas a la práctica del juego en línea en España. Además de subir las comisiones y de establecer límites a los ingresos o a las pérdidas que se registren en las mesas, el tráfico quedará restringido a los ciudadanos del país, de forma que deberán jugar desde un dominio ‘.es’, en lugar de hacerlo con un ‘.com’ como hasta ahora. Esta circunstancia, según Tazón, reducirá notablemente el movimiento en las mesas, ya que apenas existen jugadores nacionales que hagan apuestas altas: “El Gobierno ha aprobado una regulación absurda que va a provocar que jugadores como yo tengamos que emigrar a otro país donde no quieran acabar con esta industria”, se lamenta. Él ya tiene pensado mudarse a Inglaterra.
Como ellos, cada vez hay más emprendedores que intentan abrirse paso con negocios que utilizan internet como vehículo para ganar dinero. La Red ya no es el futuro, es el presente.
Patricia San Vicente

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