El acusado de agresión sexual a una joven de 16 años reconoce los hechos y acepta un año y tres meses de cárcel

El acusado de agredir sexualmente a una joven de 16 años en un portal en diciembre de 2020, en Torrelavega, ha reconocido los hechos y ha aceptado un año y tres meses de prisión, tras el acuerdo alcanzado entre su defensa, que pedía en principio su absolución; y la Fiscalía y la acusación particular, que solicitaban tres años de cárcel.

Tras el acuerdo de conformidad alcanzado, además de la pena de cárcel, se le impone la prohibición de aproximarse a menos de 130 metros del domicilio de la víctima o lugares frecuentados y comunicarse con ella durante seis años (inicialmente la Fiscalía pedía tres años y la acusación particular ocho).

Asimismo, se le prohíbe ejercer una profesión en la que tenga contacto con menores durante otros seis años; un año en libertad vigilada y la inhabilitación del sufragio pasivo durante el tiempo que dure la condena.

Estas penas corresponden a un delito de agresión sexual, aplicando el atenuante por reparación del daño por el pago de 3.000 euros por la acción física y daños morales causados, previo a la celebración del juicio, previsto este miércoles en la Audiencia Provincial de Cantabria.

El acusado, que ha rechazando ejercer el derecho a la última palabra, ha reconocido los hechos y ha aceptado la condena, si bien en un principio su defensa pedía su absolución al sostener que la relación sexual existió y fue consentida, ya que «habían mantenido relaciones en otra ocasión y el día de los hechos habían quedado en encontrarse».

Según el escrito del fiscal, el acusado se encontró con la menor y la introdujo en un portal «agarrándola con fuerza de un brazo». Allí, «la colocó contra la pared e intentó besarla, mordiéndole en el labio, a la par que le tocaba los pechos y los órganos genitales por encima de la ropa». A continuación, «la sujetó por el pelo y trató sin éxito que le hiciera una felación».

Ante la resistencia que presentaba la menor, el acusado desistió, pero «le cogió la mano y se la llevó al pene, exigiéndole que le masturbase, teniendo que hacerlo, finalizando él hasta que eyaculó», relata el Ministerio público, que añade que, como consecuencia de los hechos, la menor sufre un trastorno de estrés postraumático.

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