DEPENDIENTES… HASTA EN EL HIELO.

La pandemia nos hizo conscientes de que dependemos de China hasta para poder disponer de mascarillas, pero la pospandemia nos deja aún más ejemplos insólitos. Las fábricas de hielo están haciendo el agosto –nunca ha estado mejor aplicada la expresión– pero ya no son capaces de abastecer la demanda, por lo que hay grupos analizando la posibilidad de importar hielo de otros países europeos, e incluso traerlo de Japón… en avión. A la vista de tanto despropósito, las cofradías de pesca deberían valorar la posibilidad de incorporar a sus plantas de hielo un módulo para hacer cubitos. Incluso los podrían personalizar en forma de pez…

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