La Escueluca busca el lado lúdico del aprendizaje

Enseñar divirtiendo

Un cuento tradicional, como el del patito feo, puede ser el vehículo para que los niños aprendan a valorar positivamente las diferencias entre las pesonas o un taller de cocina el modo de acercarlos a otras culturas mientras se divierten elaborando alguna sencilla receta; el inglés puede aprenderse a través de juegos y el teatro puede ser la mejor manera de que los niños desarrollen las habilidades sociales y aprendan a resolver conflictos. Con métodos como éstos, un grupo de profesores de Magisterio y un estudiante de Historia han creado La Escueluca, un proyecto educativo enfocado a hacer más divertidas y útiles las actividades extraescolares.

La Escueluca se fundó en mayo de 2014 y ha recibido ya el respaldo de los premios que la Universidad de Cantabria otorga a los emprendedores (UCem), ganando en la última edición en la categoría de Servicios. Un premio dotado por el Ayuntamiento de Santander con dos años de permanencia en el vivero de empresas ubicado en el Mercado de  México.

Un complemento a la enseñanza reglada

El objetivo de esta iniciativa empresarial es aportar a las actividades extraescolares un enfoque lúdico, utilizando los juegos como cauce de formación. “Nos situamos en el hueco existente entre las escuelas de ocio y tiempo libre y las academias”, señala uno de los cinco socios fundadores, Pablo Bellota. “Unas tienen un componente eminentemente lúdico y las otras puramente formativo. Nosotros pensamos que el punto intermedio es el idóneo para aprender”, concluye este profesor de Magisterio. De ahí que los profesionales contratados por La Escueluca sean maestros y monitores de ocio y tiempo libre.

Otra de las aportaciones positivas de esta empresa ha sido la de hacer aflorar un trabajo –el de las actividades extraescolares– que hasta ahora se movía en muchos casos en la alegalidad, sin contratos y sin seguro de responsabilidad civil.

Quienes más demandan los servicios de La Escueluca suelen ser las asociaciones de padres de alumnos, para impartir actividades en los propios centros escolares, ya sea en campus de verano o a lo largo del curso. Pero también han sido llamados por ayuntamientos, para los Baños de Ola en Santander, las fiestas populares de Solórzano o las jornadas sobre el autoempleo en Torrelavega. Incluso son contratados para la celebración de fiestas familiares.

Una amplia gama de servicios que hablan de la versatilidad de una empresa que proporciona empleo a una docena de personas, y que lo hace en colectivos muy vocacionales pero con difícil inserción laboral.

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