Un presupuesto que anuncia un cambio de época

Aunque todavía esté lejos de la inversión que necesitan la obra pública o la edificación para salir de su letargo, el presupuesto que el Gobierno cántabro va a dedicar este año a esas áreas si supone un moderado cambio de tendencia hacia una fase más expansiva.
La asignación de la Consejería de Obras Públicas ha crecido hasta los 93,6 millones de euros, un 9,3% más que el pasado año, y la inversión que tiene previsto hacer supone el 33% de todas las que efectuará el Gobierno de Cantabria este año. Se reconoce así el carácter tractor que tiene esta Consejería por el impacto de sus actuaciones en la generación de empleo.
Para cumplir con ese objetivo, se ha priorizado la inversión en infraestructuras, que suma 62,4 millones de euros repartidos entre el plan de carreteras autonómicas (36,2 millones), las obras municipales (21,3) y las actuaciones en los puertos (4,9 millones de euros), que incluyen desde los dragados hasta la ampliación y mejora de sus instalaciones.

Muchas pequeñas obras

Para que el impacto sobre el empleo sea mayor y aprovechar los recursos de una forma más eficientemente se ha buscado distribuir el presupuesto entre obras que no requieren grandes inversiones pero con las que se cubren necesidades de todo el territorio. Estas pequeñas obras se han articulado en torno a dos grandes ejes, la red de carreteras regionales y las obras municipales.
Además de lo contemplado en el Plan de Carreteras, que empezó en 2014 y tiene previstas 43 actuaciones este año, la Dirección General de Obras Públicas va a poner el foco en la conservación de firmes. La primera obra de asfaltado será el tramo Nestares-Villar, muy castigado por las nevadas.
En cuanto a las obras propiamente dichas, la mayor inversión se producirá en el acceso al polígono de Morero desde el enlace de La Cerrada, considerado estratégico por la Consejería ya que da servicio a un área industrial.
El mismo criterio de priorizar pequeñas obras para llegar a más destinatarios se aplica también en las infraestructuras municipales, con cuantías que oscilan entre los 20.000 y los 50.000 euros. La reparación de caminos, urbanización de plazas públicas o la sustitución de luminarias convencionales por leds, mucho más eficientes, son algunas de las obras que la Consejería realizará con su propio personal o a través de empresas contratadas en los ayuntamientos que lo solicitan.
Desde el comienzo de legislatura, Obras Públicas ha desarrollado ya cerca de 250 actuaciones en la práctica totalidad de los ayuntamientos de Cantabria. “Nada más llegar, la Consejería pidió a los Ayuntamientos que nos dijeran cuáles eran sus necesidades, y a partir de esas solicitudes se ha ido trabajando con todos ellos”, señala el director general de Obras Públicas, José Luis Gochicoa.

Actuaciones en puertos

También a su departamento le corresponde la ejecución del Plan de Puertos, que contempla para este año numerosas obras. En la Ría de Suances se va a estudiar la mejora de la accesibilidad; en San Vicente de la Barquera se iniciará la construcción de un nuevo puerto deportivo, además de dragarse las rocas del canal de entrada; en Colindres se hará una nueva lonja y se mejorará la bocana; en Laredo está previsto actuar en la Lonja y montar un rampa flotante para embarcaciones de vela; y en Castro Urdiales se reforzará el rompeolas.
Mención aparte merecen los dragados en la entrada a los puertos pesqueros, que han recibido un fuerte impulso en esta legislatura. Se ha iniciado ya la redacción del proyecto para la dársena de Colindres, donde el acceso de los barcos se ha complicado notoriamente, y en Santoña se ha establecido una pequeña reserva –la cantidad máxima que la Consejería puede dragar en cada puerto está limitada a 20.000 metros cúbicos– para dragar en verano, de forma que los barcos de la costera del bonito tengan asegurada la entrada sin problemas.

Más ayudas al alquiler

El presupuesto de la Consejería de Obras Públicas para este año se completa con los 18,1 millones de euros asignados a la Dirección General de Vivienda para las ayudas al alquiler, la rehabilitación y el incremento del parque público de viviendas.
Desde que comenzó la legislatura, Vivienda está intentando mejorar la aplicación del plan de ayudas al alquiler, al que el pasado año se acogieron 4.200 solicitantes. Este año se esperan más de 5.000 peticiones.
Esta línea de ayudas se financia prácticamente con el Plan estatal, que obliga a la Administración cántabra a mantener ese sistema de concurrencia competitiva y eso concentra todo el proceso de tramitación en un solo periodo del año. “Lo que hemos transmitido al Ministerio de Fomento para el próximo Plan de Vivienda es que esa línea de ayudas se pueda solicitar a lo largo de todo el año”, explica el director general de Vivienda, Francisco J. Gómez Blanco.
El montante total de las ayudas al alquiler de viviendas se eleva en este ejercicio a 4,6 millones de euros, un millón más que el pasado, pero al tratarse de una partida con crédito ampliable podría aumentarse si fuera necesario para atender a todas las solicitudes.
Otro de los grandes capítulos presupuestarios es el destinado a aumentar el parque público de viviendas a través del ejercicio del derecho de tanteo en todas las viviendas de protección oficial que se transmitan entre particulares, un objetivo al que este año se van a destinar cerca de dos millones de euros.

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