PANORAMA INTERNACIONAL

Las tecnológicas también cierran
En un discurso pronunciado en Manchester, David Cameron apuntaba hacia la empresa privada como líder de la recuperación económica de Gran Bretaña y ponía el mayor énfasis en la importancia de las industrias de alta tecnología, sobre todo, las del sector farmacéutico.
No obstante, se mostraba precavido después de que Pfizer haya cerrado uno de sus principales centros de investigación, el de Sandwich, que supone la pérdida de 2.400 empleos. Ante los Comunes, Cameron reconoció que se trataba de una triste noticia y un signo de lo bacheado que será el camino hacia la recuperación.
La decisión de Pfizer no se debe a una política errónea del Gobierno en materia científica sino a una amplia reestructuración de la industria farmacéutica después de años de fuertes beneficios. Sea cual fuera la razón, el cierre de la cuna del Viagra es un serio golpe para la economía local y para las esperanzas de Cameron de que estas empresas encabecen la recuperación del país.
Para crecer, las empresas necesitan incentivos fiscales, acceso al capital y recortes en el papeleo administrativo.
The Telegraph

Presión a los bancos
George Osborne, ministro de Hacienda del Reino Unido, ha dado algunas sorpresas. Sin que nadie lo esperara, ha anunciado un nuevo impuesto a los bancos con el que pretende recaudar unos 2.200 millones de libras al año y ha revelado en la Cámara de los Comunes las negociaciones que mantiene con las entidades financieras sobre sus actividades de préstamo. En ambos casos, se ha dejado guiar más por la política que por la economía.
El Gobierno debería establecer el marco regulador para que los bancos operen y dejar que ellos se ocupen de sus propios negocios. Sin embargo, sería ingenuo obviar el contexto político, el papel de la City en la crisis financiera, la ingente fianza que han tenido que poner los contribuyentes, los grandes bonos que están a punto de pagarse… Todo ello resulta un asunto tóxico para los ministros.
El acuerdo alcanzado no va a dejar satisfecho a nadie. Hacen falta más préstamos a las pymes pero los bancos temen que la presión del Gobierno les fuerce a prestar dinero a empresas pocos sólidas y a los ejecutivos tampoco les gusta tener que declarar sus ganancias cuando sus homólogos del otro lado del Canal no lo hacen.
The Telegraph
Un tratado a la espera
Hace ya más de tres años que el Gobierno de Bush firmó un tratado de comercio con Corea del Sur y, desde entonces, el Congreso ha estado poniéndole obstáculos. Para superar esa oposición, Obama le ha pedido a Seúl que mejore las condiciones fiscales para los fabricantes de coches americanos (…)
El acuerdo cimentaría las relaciones con este importante aliado y fomentaría las exportaciones. Sin embargo, algunos miembros del Congreso parecen más preocupados por sus estrechos intereses parroquiales.
Mientras tanto, en el Senado, Max Baucus, el presidente del Comité de Finanzas, que es quien maneja los asuntos comerciales, ha dicho que se opone al pacto con Corea del Sur porque no va lo suficientemente lejos en la apertura del mercado de carne de vacuno –cerrado al ganado mayor de 30 meses por la enfermedad de las vacas locas– un asunto que preocupa a sus votantes de Montana. Baucus dice que si los EE UU aceptan el recorte, otros importadores como China o Taiwan seguirán el ejemplo. Pero no le está haciendo ningún favor a los rancheros americanos, cuyas exportaciones a Corea siguen cayendo. El tratado, por el contrario, recortaría los aranceles y les permitiría ahorrar cientos de millones de dólares.
The New York Times

Un nuevo riesgo para Alaska
El año pasado, el Gobierno de Obama prohibió la perforación petrolífera en la Bahía de Bristol (Alaska), el corazón de la industria pesquera regional. Pero este extraordinario ecosistema vuelve a enfrentarse a otra amenaza: un proyecto de extracción de oro y cobre conocido como la Mina Pebble.
Respondiendo a peticiones urgentes de nueve tribus nativas que dependen de estas aguas para subsistir, la Agencia Federal de Protección Medioambiental ha dicho que valorará los riesgos de la extracción minera para la bahía, lo que supone una buena noticia. La Agencia no puede adelantar las conclusiones del estudio pero en su anuncio llama la atención sobre la importancia de esta pesquería y lo que representa como fuente de alimentación e ingresos para los residentes (…)
Los residuos mineros son tóxicos y de poco sirve que propongan construir una balsa para contenerlos, porque un terremoto u otra catástrofe semejante podría romperla.
El pueblo de Alaska estuvo a punto de bloquear el proyecto en un referéndum celebrado en 2008 pero Sarah Palin y su Gobierno han conseguido volver las circunstancias del lado de la industria. Hacer el estudio será bueno, porque a buen seguro demostrará que la mina presenta unos riesgos inaceptables y no debe continuar.
The New York Times

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