La Autovía de la Meseta también se acaba en Palencia

La difícil orografía de Cantabria y las rudas condiciones climáticas de sus zonas altas en los meses fríos pueden explicar los retrasos acumulados en la finalización de la Autovía de La Meseta a su paso por nuestra comunidad. Más complicado resulta argumentar la demora en la ejecución de la autovía en los llanos paisajes que acompañan al automovilista hasta Palencia, una tardanza que llegó a originar la protesta de la Cámara de Comercio de aquella provincia.
Los empresarios palentinos achacaban el retraso al excesivo número de tramos en que se ha dividido la obra, nada menos que once (trece contando las variantes de Aguilar y Palencia), para los cien kilómetros de distancia que separan la capital castellana del límite con Cantabria. En realidad, el Ministerio de Fomento trataba con ello de favorecer el acceso a las adjudicaciones de obra de empresas de menor tamaño que diversifiquen y amplíen el cerrado grupo de grandes constructoras que suelen copar estas infraestructuras. Aún aceptando el argumento, la Cámara palentina consideró menos comprensibles los dilatados plazos concedidos –entre 33 y 36 meses– para la ejecución de tramos que no parecían presentar una especial complejidad.
Esta impresión es rebatida por quienes han participado directamente en alguno de estos tramos, como en el caso del que discurre entre Aguilar de Campoo y Puebla de San Vicente, que se inició en el verano de 2005. Para José Antonio Gómez, que ha dirigido las obras ejecutadas en este tramo por la UTE formada por Ogensa y la empresa cántabra Ascan, “a pesar de que cuando se habla de la Meseta se piensa en grandes llanuras, lo cierto es que ha sido una obra problemática por el gran movimiento de tierras que hemos tenido que hacer”. Nada menos que 1,5 millones de metros cúbicos de tierra se han removido en los grandes desmontes que el trazado exigía tanto al comienzo como al final de este corto tramo, de tan sólo 6,7 kilómetros .
Además, la poca consistencia del terreno ha obligado a realizar muchos taludes ‘tumbados’ y afirmar las laderas con escolleras de roca.
Tampoco las condiciones climáticas han favorecido la ejecución de los trabajos, ya que, en esta parte de Castilla, el agua y la nieve se convierten, de octubre a febrero, en el peor enemigo de estas grandes obras públicas.

Ocho estructuras

Una parte significativa de los cerca de 23 millones de euros invertidos en este tramo ha ido destinada a las ocho estructuras que ha sido preciso construir en sus menos de siete kilómetros, con puentes en los que se han utilizado vigas de 30 metros de longitud y pasos inferiores de hormigón de hasta doce metros de luz.
El nuevo tramo de autovía, cuya conclusión esta prevista para final de año, se inicia después del enlace de Puebla de San Vicente, al este de la N-611 e, inmediatamente después, acomete la subida y descenso de la cuesta de La Baldomera, solapándose con la actual carretera nacional. Una vez rebasado Olleros, continúa al oeste de la N-611 por el valle del arroyo Ritobas y la atraviesa al salir de Valoria. El tramo concluye antes del cruce del río Pisuerga, al sur de Aguilar de Campoo.
Uno de los problemas a los que ha debido hacer frente la dirección de la obra ha sido a la necesidad de compaginar la construcción con el uso para el tráfico de la carretera nacional, con la que el nuevo trazado se cruza en cuatro puntos. Una vez efectuados los desvíos, las dos calzadas discurren ya de manera independiente.
El trazado se ha proyectado para una velocidad de 120 kilómetros por hora, con dos calzadas de siete metros, arcenes exteriores de 2,5 metros e interiores de un metro. Por la zona norte, enlazará con la circunvalación de Aguilar, el siguiente tramo de autovía, de 7,7 km de longitud y cuya entrada en servicio también se va a producir a final de año. Por el sur, enlaza con el tramo que discurre entre Puebla de San Vicente y Alar de Rey, otro de los siete subtramos en que se han dividido los 65,3 kms que separan Aguilar de Frómista y que son los únicos por concluir, en la parte palentina, para que en 2008 se haga por fin realidad la comunicación por autovía entre Santander y Madrid.

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