Aurelio Fernández, LA GARLOPA:

Al principio fue solo una ebanistería. Después, el negocio se amplió con la apertura de la tienda de muebles La Garlopa, en 1999. Siete años después, se culminó la expansión con Banak Importa, un establecimiento dedicado a la venta de muebles indonesios. El empresario torrelaveguense Aurelio Fernández, al que ahora le acompañan en el gobierno de la empresa su mujer y sus dos hijas, rezuma optimismo: “Tenemos mucho trabajo a pesar de la crisis”, dice.

Pregunta: ¿Cómo fueron los comienzos?
Respuesta: La ebanistería la fundó mi padre en 1940 en Torrelavega. En aquella época los muebles eran de encargo y se hacían a medida y a mano. Ahora también los hacemos de encargo, aunque con el paso del tiempo estas tareas se han ido mecanizando. Yo empecé a trabajar con mi padre en el negocio a los 18 años.

P.- Con el tiempo, abrieron una tienda de muebles con el nombre de una herramienta de ebanista, La Garlopa. ¿Pensaron que era más fácil vender lo que hacían otros?
R.- La explicación es muy sencilla. Necesitábamos un espacio para comercializar nuestros propios productos y así lo hicimos en 1999. Y fue bien. A los dos años la tienda se nos quedó pequeña con lo que tuvimos que ampliarla.

P.- Más tarde apostaron por el mueble importado, en su caso de origen indonesio.
R.- La tienda Banak Importa la creamos en 2006 porque nos dimos cuenta de que esta franquicia disponía de un catálogo muy amplio a unos precios muy competitivos y con productos que tenían una gran demanda entre la población.

P.- El éxito de estos muebles que vienen del otro extremo del Globo es notorio. ¿Responde a que están más adaptados a los gustos de quienes ahora están amueblando sus casas por primera vez o que son muy competitivos?
R.- Sí, es cierto que están enfocados a gente muy joven, con piezas muy concretas, que encajan muy bien en diferentes ambientes y que tienen un diseño muy actual. Ahora se han fusionado Banak Importa (mueble de estilo colonial) y Banak Casual (mueble moderno) y vamos a ofertar productos de las dos. De todos modos, el pilar de nuestro negocio es el conjunto de las tres tiendas y La Garlopa es más importante que Banak Importa.

P.- ¿Pueden sobrevivir las mueblerías en una época en la que apenas se venden casas?
R.- Es una buena pregunta. Aunque las casas no se vendan la gente renueva sus muebles. Nosotros seguimos con mucho trabajo, a pesar de la crisis, porque si no tenemos un mueble lo fabricamos. Y nuestra clientela es muy especial, tiene prestigio y gusto.

P.- ¿Y cómo pueden subsistir las ebanisterías en un mundo donde todo se ha estandarizado y las fábricas barren a los artesanos?
R.- Si uno se moderniza y sabe captar lo que demanda el cliente sí tiene futuro. Nosotros llevamos una trayectoria muy buena, gracias al trabajo y a la constancia. Tenemos la suerte de que al cliente le gustan nuestros productos porque cree que son muy decorativos. Y es que mi mujer y una de mis hijas están muy encima de estos detalles.

P.- Los soportales de Torrelavega eran el escaparate comercial de la ciudad. Pocos vecinos desconocían lo que exponía cada comercio. Pero, da la impresión de que la gente ya no pasea viendo escaparates y si lo hace es dentro de los centros comerciales. ¿Le ha afectado mucho a los comercios tradicionales este cambio?
R.- Es evidente que cuando no había centros comerciales, nuestra ciudad recibía a gente y ahora ya no es igual. Pero muchas franquicias están volviendo a instalarse en la ciudad. Hay que ser imaginativos y apostar por el municipio y por unos clientes que huyen de la masificación.

P.- Torrelavega tiene muchas experiencias en crisis, incluso peores que esta, y ha salido de ellas. ¿Cree usted que puede servir de ejemplo para otros lugares de la región?
R.- Depende de lo que nosotros hagamos. Hay que apostar por el esfuerzo, el trabajo, la constancia y la innovación. Esta ciudad no tenía un polígono industrial y ahora lo tiene. Investigar en nuevas ideas también me parece muy necesario. Pero, sobre todo, se necesita una mayor flexibilidad laboral para crear más empleo.

P.- ¿Hay mucha competencia entre las mueblerías o cada una de ellas tiene su propio estilo y, por tanto, su propio público?
R.- Sí que hay competencia porque hay muchas tiendas pequeñas. Pero, esto puede ser bueno porque se genera dinamismo en el sector.
P.- Torrelavega está físicamente partida en dos. ¿Cree usted que el soterramiento de las vías influiría en hacer más ciudad y en generar más oportunidades de negocio?
R.- Sin duda. Para mí es vital unificar la ciudad mediante el soterramiento de las vías. Pero son necesarias más cosas. Por ejemplo, en ocio no hay nada, salvo las actividades en el teatro Concha Espina, y sería muy importante que hubiera un cine y que se organizarán más actos culturales. También es necesaria la construcción de parkings subterráneos.

P.- ¿Qué le parecen las ayudas que el Gobierno ha ideado para las mueblerías?
R.- Las medidas son mejorables. Me quedo con lo positivo y esto es mejor que nada. Además, si no se inician las cosas, no se sabe si van a funcionar o no.

P.- Da la impresión de que usted hubiese preferido ayudas directas.
R.- Mi opinión es que las subvenciones se tenían que haber concedido de forma directa, igual que a otros sectores. Además, a nosotros todo el papeleo nos supondrá un quebradero de cabeza, pero cualquier ayuda es bienvenida.

P.- ¿El mueble está unido en defensa de sus intereses?
R.- Están surgiendo nuevas organizaciones y esto es algo que no entiendo muy bien. Nuestra asociación, ACEMM, lleva funcionando toda la vida y siempre ha estado abierta a todo el mundo.

P.- En su negocio tienen muy dividido el trabajo.
R.- Sí, mi hija Marta es administrativa; Eva estudió Decoración y ejerce muy bien su tarea en el negocio, y mi mujer, Valentina, es una decoradora innata; el diseño de la tienda es mérito suyo. Yo, como gerente, estoy un poco en todas partes.

P.- Lo que está claro es que tiene el relevo generacional asegurado
R.- Sí, esta es la tercera generación y estoy muy orgulloso de ellas y del resto de los trabajadores. La idea es seguir así.