Tomás Epeldegui, director de Degussa en España: ‘El oro no es para dar el pelotazo, es una protección’

El oro ha jugado un papel importante en las economías de muchas naciones a lo largo de la historia. Su alta demanda y su valor elevado han hecho que sea el preferido de muchos inversores. El cántabro Tomás Epeldegui, tras más de 20 años como gestor de banca corporativa, es, desde 2017, el director de Degussa Metales Preciosos, la compañía europea de referencia en la comercialización de oro de inversión. Asegura que el oro es “una hucha de cara al futuro”, con la posibilidad de obtener liquidez cuando sea necesario.


Pregunta.- Se dice que el oro suele revalorizarse cuando hay incertidumbre. ¿Es cierto?

Tomás Epeldegui.– El oro no es un activo de reacción inmediata, sigue más el concepto de la fábula de la tortuga y la liebre: va a su ritmo, poco a poco.

En 1997, en un artículo de Financial Times decían que el oro no iba a ninguna parte porque no había reaccionado a los eventos y caídas bursátiles de aquella época, pero un año después su valor aumentó en un 500%.

No es un producto para hacerte rico y dar el pelotazo, para eso tienes Tesla o Bitcoin. El oro es una protección ante las políticas monetarias que desarrollan los gobiernos y los bancos centrales y ante la constante pérdida de valor del dinero. Hay que tener presente la diferencia entre precio y valor, que son conceptos muy diferentes.

P.- Como usted comenta, muchos inversores apuestan ahora por las criptomonedas y el bitcoin comienza a denominarse ‘el nuevo oro’. ¿Cómo se vive esta nueva competencia?

TE.– La entrada de las criptomonedas ha afectado al mercado del oro, pero también al mercado financiero y a cualquier inversión, ya que les resta recursos.

Si en un extremo tenemos el bitcoin y en otro el oro, la combinación de ambos puede ser buena, aunque creo que si en lugar de hablarse tanto en los medios de comunicación del bitcoin y de los beneficios que genera se hablara cada día, por ejemplo, de los grandes premios que la gente obtiene jugando a la ruleta en el casino, habría colas en los casinos para ganar ese dinero. El marketing y la comunicación consiguen que la gente se haga ideas equivocadas. Para mí, esto de que el bitcoin es el nuevo oro es una idea equivocada, ya que no sé qué valor tiene el bitcoin más allá de lo que uno esté dispuesto a pagar por él, mientras que el oro es un bien tangible, tiene un valor intrínseco y es garantía de pago frente a cualquier alternativa financiera.

P.- A pesar de ser un considerado un valor refugio, el precio del oro ha bajado un 13% desde el máximo histórico que alcanzó hace un año, un descenso que se atribuye a la posible subida de los tipos de interés. ¿Cómo cree que va a evolucionar el negocio del oro?

TE.– Es cierto que la subida que empezó el oro en 2018 se interrumpió en 2020 ante la incertidumbre tan grande que estábamos viviendo. Este tipo de situaciones nos tienen que hacer pensar en la necesidad de contar con protecciones, porque la historia nos demuestra que los escenarios extremos ocurren. El sector financiero está lleno de riesgos, y hoy en día mucho más, por el elevado endeudamiento, la inflación que estamos viviendo y la ralentización del crecimiento económico. Si empiezan a subir los tipos de interés puede darse una situación dramática, como ya vimos en la anterior crisis económica.


¿Qué es el oro de inversión?

Se consideran oro de inversión (sin IVA) los lingotes o láminas de oro cuya ley sea igual o superior a 995 milésimas y las monedas de ley igual o superior a 900 milésimas, acuñadas con posterioridad al año 1800, que sean o hayan de curso legal y su precio no supere en más de un 80% el valor del oro que contienen. Este último requisito pretende excluir de este régimen fiscal las monedas de oro de gran rareza y alto valor numismático.

En la Unión Europea todas las operaciones de compra-venta de oro de inversión están exentas de IVA. Eso sí, cuando se vende la ganancia o la pérdida patrimonial hay que declararla del mismo modo que las producidas por otras inversiones.


Los productos más comprados son monedas y lingotes de una onza, así como lingotes de 20, 50 y 100 gramos.

P.- Y, en ese panorama económico tan negativo, ¿cuáles son las previsiones en el mercado del oro?

TE.– Las expectativas en el medio-largo plazo son alcistas. No descarto que podamos tener volatilidad en el tiempo, porque unos días hay buenas noticias y parece que esto ya se ha superado y otros días tenemos malas noticias y parece que volvemos a caer por el precipicio. Esto hace que los inversores estén nerviosos y se traduce en volatilidades en los mercados.

Pero mi opinión personal es que el oro va a valer más y lo que va a valer menos va a ser el dinero. Ya estamos viendo que necesitamos más dinero para todo.

P.- ¿Invierten mucho los españoles en oro?

TE.– Cada vez contemplan más la posibilidad de invertir en oro como una diversificación más de su patrimonio, no de su cartera financiera. El oro físico se posiciona en ese primer escalón de esta estrategia, junto a las inversiones inmobiliarias, la cartera financiera, colecciones, arte… Es decir, la economía real.

P.- ¿Cuál es el perfil de estos clientes?

TE.– Es un perfil muy amplio. Tenemos desde jubilados a estudiantes universitarios e incluso niños que vienen con su hucha rota.

P.- ¿Eso quiere decir que cualquiera puede invertir en oro?

TE.- El lingote más pequeño que tenemos de oro de inversión es de 2,5 gramos, que cuesta unos 156,80 euros, por lo que realmente cualquier persona que quiera ahorrar un poco puede hacerlo. De ahí a la cantidad que puedas, ya que diversificar un patrimonio no es cuánto dinero pones en un activo sino qué porcentaje de tu patrimonio destinas a un activo u otro.

Muchos de nuestros clientes hacen compras recurrentes a lo largo del año de la misma manera que hacen aportaciones a un plan de pensiones. Al final, estás haciendo una hucha, pero teniendo la certeza de que no estás atrapado, de que no tienes unos plazos que cumplir y que si en cualquier momento necesitas liquidez, la tienes.

En la crisis del ladrillo mucha gente sufrió el problema de la liquidez. Tenían grandes patrimonios, pero no tenían liquidez para afrontar las deudas sobrevenidas. Si hubieran tenido un piso menos y unos lingotes más, hubiesen podido superar ese golpe.

P.- ¿Cómo elegir dónde comprar oro?

TE.– Este mercado se parece al del automóvil, donde hay concesionarios oficiales y concesionarios multimarca. Los concesionarios oficiales pueden identificarse por ser miembros de la LBMA (London Bullion Market Association), la asociación mas grande de comerciantes y productores de oro y quien asienta las bases del good delivery, la estandarización de los grandes lingotes que se utilizan para las transacciones financieras. Hay muchas otras acreditaciones, como ser distribuidor oficial de casas de la moneda. Degussa cumple ambos requisitos.

P.- ¿Qué suelen comprar los inversores que acuden a ustedes?

TE.– Los más habituales son las monedas y lingotes de una onza (31,104 gramos). También lingotes de 20, 50 y 100 gramos. Yo siempre recomiendo pensar en una posible situación de venta, ya que los lingotes no se pueden vender por partes. Lo ideal es vender solo el oro que necesites, no más, por lo que es mejor dividirlo en varias piezas. No es lo mismo dividir 15.000 euros en oro, que 100.000. En el caso de inversiones más altas, si puedes incorporar unos lingotes de medio kilo o de un kilo, pero cuando se trata de diversificar, aconsejo lingotes más pequeños.

P.- ¿Es habitual la compra online en este tipo de transacciones?

TE.– Aproximadamente un tercio de las operaciones de Degussa se hacen online, que después se puede venir a buscar a nuestra oficina o se puede recibir en casa con toda tranquilidad. Hay clientes que inicialmente lo hacen de manera presencial y después online.

P.- ¿Cómo guardan el oro los compradores?

TE.– Lo más habitual es guardarlo en una caja fuerte o caja de seguridad, ya sea en un banco, en casa o en la oficina. Nosotros también ofrecemos a nuestros clientes la posibilidad de alquilar una caja de seguridad. Sin embargo, en nuestra oficina de recompras hemos recibido algún lingote con tierra (se ríe). Hay que tener presente que el oro ni se oxida, ni se estropea, ni se pudre, lo que permite guardarlo de las formas más extrañas. No hace tanto, un chaval que estaba reformando una casa que se había comprado en Francia encontró dos millones de euros en oro tras un tabique.

P.- En Degussa también se vende plata, que es más volátil que el oro. ¿Qué aporta de diferente a los inversores?

TE.– La plata, a diferencia del oro, tiene IVA, y es más volátil, por lo que su potencial revalorización es más grande. Hay muchas previsiones de que se revalorice. Más del 50% de la demanda mundial de plata proviene de la industria, por eso el valor es más volátil, y la tendencia es a que crezca la demanda, ya que se emplea en la energía fotovoltaica, coches eléctricos, sistemas de navegación, etc.

P.- ¿El perfil del inversor en oro y plata es distinto?

TE.– Normalmente, suele coincidir. Un inversor que invierte en oro, también invierte en plata, aunque en distinta medida. El menor precio hace que mucha gente se decante por la plata.

P.- ¿Qué consejo le daría a alguien que empieza a invertir en oro físico?

TE.– Hay que repartir los huevos en distintas cestas. Realmente, hay que repartir bien nuestro patrimonio y no todo tiene que ser especulativo ni todas las inversiones nos tienen que hacer rico. Aunque podemos hacer inversiones más arriesgadas, otras nos tienen que aportar la tranquilidad de que tenemos las espaldas cubiertas.

Cuando inviertes en oro no tienes la misma visión que cuando inviertes en un activo financiero de “hoy sube, mañana vendo”. Hay que verlo como una inversión inmobiliaria, que sabes que se va a revalorizar pero en el tiempo.


Sale a la venta el primer ‘bullion’ español

Las dos caras del bullion español que comenzará a comercializarse este mes.

El primer bullion de coleccionista surgió en 1967 en el país donde se ha concentrado la minería de oro durante mucho tiempo: Sudáfrica. Durante el apartheid, el país vivió un bloqueo económico que le impedía exportarlo y la South African Mint (Casa de la Moneda de Sudáfrica) ideó una fórmula para sortear este impedimento: la acuñación de una moneda de oro para coleccionistas-inversores de 916 milésimas, con una pequeña parte de cobre para reforzarla, que pesaba una onza troy (31,1 gramos) y tenía valor nominal. Desde entonces, muchos países siguieron su ejemplo y acuñaron sus propios bullions. Ahora lo hará España.


Diciembre de 2021 será un mes histórico para la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, puesto que será el momento en que se ponga a la venta el primer bullion de España, una moneda sin valor nominal pero muy apreciada por coleccionistas e inversores.

Como las que se emiten en otros países, estará compuesta por una onza de oro puro (999,9 milésimas de oro fino) y pesará una onza troy (31,104 gramos).

Como otras series nacionales, España ha elegido un animal característico para el anverso de esta moneda, el lince ibérico.

Aunque su valor facial es de 1,5 euros, su valor real es mucho mayor, como es obvio, y el precio se fijará a partir de la cotización diaria del oro incrementada en un 10%. De haber estado ya en el mercado en el momento de la entrevista, este primer bullion español habría costado 1.810 euros.

Tan solo se han acuñado 12.000 piezas y, desde que se anunció la emisión en el BOE el pasado mes de agosto, son muchos los que ya se han interesado por la nueva moneda española, nacionales y extranjeros. “Esta pieza está a caballo entre una moneda de colección y una de inversión, por lo que ha suscitado mucho interés”, afirma Epeldegui, que añade que “se trata de un momento histórico, ya que la idea es que este sea el primer bullion de una serie anual, tal como se hace en otros países”.

Degussa será distribuidor de este bullion, y su director ha vivido muy de cerca este hito: “Ha sido un proyecto de más de dos años en los que he mantenido varias reuniones con la Casa de la Moneda en las que he podido resolver algunas dudas que surgían”, comenta. “Me siento enormemente satisfecho de haber puesto esta piedrecita en este gran proyecto”, dice satisfecho.


María Quintana

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