Laureano Corte Escobar refleja la vida de los jóvenes en diferentes etapas de la historia en ‘Y tú me decías que era amor’

Laureano Corte Escobar lleva desde los cinco años juntando letras con letras. Las redacciones en las clases de lengua casi de forma habitual fueron acompañadas de una nota sobresaliente. Y tú me decías que es amor es el primer formato en género de novela que realiza, acompañado por la editorial Círculo Rojo.

Lo que más destacaría el autor de su obra es que “está escrito desde los trece a los dieciocho años en la misma edad del tiempo. A pesar de estar escrito en 2023, se ha tratado de mantener el mismo tiempo y época”.  

Va orientado “a las personas de aquel tiempo que puedan sentirse interesadas en comprobar cómo hicieron ellos la vida de aquel tiempo. Como hacen la vida hoy los jóvenes de esa edad”, explica Laureano Corte.

El autor sufrió un ictus que lo dejó un 78% inválido, lo que hizo que tuviera que recurrir a un programa informático para poner en marcha el engranaje de la escritura. Aunque tal y como cuenta “el tema central de la obra estaba allí de toda la vida. Se trataba de relatar la vida de dos personas que vivieron la vida del amor la amistad”.

El lector va a encontrar una narrativa fresca, con una fácil lectura, en un texto en “un texto escrito sin complicaciones, con sinceridad y abierto a al día a día de la gente de hoy día”.

Sinopsis

A Jaime lo han situado en un colegio interno en Gijón. Se da de bruces con un verano. Se cruza en su vida la muerte del padre de Laura. Jaime se da cuenta de que son dos niños. No sabe nada de la vida. Su casa es una «familia tradicional católica apostólica romana»

A la pregunta tan sencilla: «¿Por dónde meáis las mujeres?».

La respuesta fue una sonora bofetada de su madre. 

Por eso, decidió Jaime que las preguntas que hará serán los resultados de fútbol de la primera división. El resto será EL ATENEO JOVELLANOS y su biblioteca, una asociación cultural nacida en 1953 gracias al apoyo y esfuerzo de un grupo de significados gijoneses de aquellos años, bajo el impulso de don Torcuato Fernández Miranda, persona clave de la transición política española. Durante sus años de existencia, EL ATENEO JOVELLANOS ha desempeñado un destacado protagonismo en la vida cultural de Gijón y de Asturias. Y, cómo no, de Jaime.

La actividad del ATENEO JOVELLANOS ha sido a lo largo de cincuenta años o más enormemente rica y prolífica, moviéndose en registros tan variados como el teatro —en él nació el grupo de teatro LA MÁSCARA, y en su escenario tuvieron lugar importantes representaciones teatrales—; la pintura —celebración de exposiciones o premios, como el Certamen Internacional de Acuarela Ateneo Jovellanos—; la poesía —Premio Internacional de Poesía Ateneo Jovellanos y publicación del poemario—; la música —a través de conciertos y conferencias-; la organización de viajes culturales, dentro y fuera de las fronteras españolas; la organización de ferias del libro, la publicación de libros (ligados, sobre todo, a la historia, a los personajes y a la cultura de la región) y la presentación de novedades bibliográficas. Toda esta ingente labor cultural se completa con la divulgación cultural, a través de ciclos de conferencias impartidas por estudiosos y prestigiosos expertos en muy variadas cuestiones: artes plásticas, literatura, música, cine, historia, economía, política, ciencia, sociología, cultura popular, pensamiento social, ético, político y religioso, filosofía, etc.

Por tanto, no habrá anaqueles de su biblioteca donde se funda la información necesaria que se necesite de ansiedad, estrés, pánico y fobias; hábitos para disfrutar de una vida plena; el libro de la vagina: todo lo que necesitas saber y nunca te has atrevido a preguntar; ¿y a quién?… Y así completó una formación, entre física, química, filosofía, literatura, matemáticas; lo que era un plano general, un primer plano, un travelling… Porque Jaime, terminado el bachillerato superior, quería ser director de cine… Y acompañó a Laura en su duelo, paseando, con caminatas por el monte y arrumacos… Y así continuó un año más en el colegio, haciendo preuniversitario… Y su enamoramiento creció…

—Cariño, además del vino y estas croquetas, que están muy ricas… Digo yo… ¿Nos iríamos a vivir juntos? —le dijo Laura.

—¿Cuándo?…

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