Sofía Arévalo, Derwent: «Queremos estar cerca de nuestros clientes y proveedores»

El impacto del coronavirus se ha sentido en prácticamente todos los sectores económicos. Uno de ellos es el de las empresas especializadas en ingeniería como la cántabra Derwent, que realiza proyectos para la acuicultura y fábricas de nutrición animal en más de una veintena de países de todo el mundo. Su directora general, Sofía Arévalo, considera que va a costar «mucho» sobreponerse a los efectos de la pandemia, pero cree que es posible. «Si todos remamos en la misma dirección será mucho mas fácil y rápido», indica.

Según Arévalo, una de las costumbres que más extraña de la normalidad previa a la crisis sanitaria es el contacto social. «En nuestro grupo somos muy familiares y echamos de menos dar un abrazo y un beso», explica. Sin embargo, la compañía, al igual que el resto de las del sector, ha tenido que adaptarse a la nueva situación y crear protocolos de seguridad para trabajar con la mayor seguridad posible.

La empresa, ubicada en la calle Peña Herbosa de Santander, no se detuvo durante el confinamiento al desempeñar una función esencial y ahora que el estado de alarma ya ha finalizado, pretende seguir al lado de sus propio público. «Queremos estar más cerca de nuestros clientes y proveedores», destaca Arévalo.

Los proyectos de acuicultura y granjas de agua dulce y salada constituyen una de las líneas de negocio más importantes para Derwent, entre otros motivos por la elevada demanda del sector y la rapidez con que se ha incrementado la producción en el mundo. De hecho, la producción acuícola representa el 50% del pescado que se pone en el mercado para consumo humano y los datos actuales indican que la tendencia de crecimiento puede mantenerse en el tiempo y llegar al 62% en el 2030.