Rentables, pero poco

La mayoría de las empresas cántabras dejan atrás los números negros pero solo 50 superan el millón de euros de beneficio bruto

Si por algo se caracteriza la economía de Cantabria en los últimos años es por el retorno de la rentabilidad a la industria, un motor para otros sectores, y por los fuertes repuntes de la hostelería y el sector agroalimentario. Pero también por un sano reparto territorial. Ya no es tan certera la apreciación de que en Santander se concentra toda la capacidad de decisión, si tenemos en cuenta que en Torrelavega se asientan tres de los grupos más importantes y rentables, Armando Alvarez, Pitma o SIEC, en plena expansión.


Durante muchos años, constructoras y promotoras eran los negocios más rentables, pero ni siquiera con la recuperación económica han recobrado algunas de sus viejas glorias. Las empresas del sector o siguen en pérdidas, como el grupo Sadisa, o han visto rebajarse sustancialmente sus resultados, como SIECSA, que no obstante es la auténtica ganadora de la crisis, ya que ha crecido mientras todo lo demás se desmoronaba. 2017 no fue un buen año para cuantos se dedican a la obra pública en Cantabria, como no lo ha sido tampoco 2018, cuando se presagiaba el inicio de tantas obras que aún siguen sin empezar. Pero sí lo ha sido para el conjunto de las empresas cántabras, con una mejoría general de los resultados.

Torrelavega, a pesar de sus dificultades económicas, es la sede de tres de los grupos locales más rentables: Armando Álvarez, Pitma y SIEC.

Con las cuentas de 2017, que a estar alturas han presentado casi todas las empresas en el Registro Mercantil, se puede constatar que son mayoría las que dejaron atrás los números rojos, lo que garantiza su continuidad, tras unos años en los que cabían muy pocas certezas. Pero hay otra constatación menos positiva: en general, las empresas de Cantabria tienen resultados muy modestos, tanto que en apenas 300 se superan los 100.000 euros anuales brutos (alrededor de 70.000 una vez aplicado el Impuesto de Sociedades). Unas cantidades que indican que la inmensa mayoría de los casi 5.000 empresarios que cuentan con asalariados siguen sin tener muy seguro el futuro a largo plazo de su actividad. Si en la comparación se incluyen también los autónomos con iniciativas empresariales pero sin trabajadores a su cargo (unos 39.500, en total), se puede constatar que ni siquiera uno de cada cien autónomos o empresas tiene un negocio realmente rentable.

El tejido empresarial cántabro no solo está caracterizado por ser de microempresas, sino también de microbeneficios. Además de caerse de la lista de la prosperidad las constructoras y las promotoras, también han desaparecido, prácticamente, los grupos comerciales del sector textil, los estudios de arquitectura, los despachos o los concesionarios. Y son pocos los negocios que entran a sustituirles.

Mejora significativamente la rentabilidad de la industria (no toda, porque la subida de los costes eléctricos ha mermado los márgenes de algunas), el transporte (llevado por la inercia de las fábricas), la hostelería y las nuevas tecnologías. Y dentro de los sectores industriales, resurge especialmente la metalurgia, tan castigada en el pasado, y la agroalimentación, sobre todo la que está basada en la transformación de materia prima local (leche y pesca).

Dos empresas públicas con grandes beneficios

Más sorprendente es que dos empresas públicas, Mare y Cantur aparezcan entre las más rentables de la región (7 y 5 millones de euros de beneficio respectivamente), algo que ya ocurrió con la compañía de residuos en el ejercicio anterior.

En realidad, no son tan rentables como podrían indicar estas cifras, puesto que el beneficio se obtiene después de haber imputado como ingresos las subvenciones públicas o los contratos programa por las encomiendas de gestión, pero es, en cualquier caso, una buena noticia, dado que eso indica que podrían vivir con muchas menos ayudas públicas que en el pasado, ya que una parte de esas subvenciones pasa directamente a resultados, es decir que el Gobierno les entrega el dinero con una mano pero lo recoge con la otra, gracias a la mejora de su gestión.

El mal año de la Bolsa en 2018 se llevó por delante mucho del valor generado por las empresas cotizadas. Solo el Santander perdió casi 24.000 millones de euros en su capitalización bursátil de comienzos de ejercicio, un serio quebranto patrimonial para sus muchos accionistas cántabros.

Si dejamos fuera del análisis al Banco Santander, que juega en una liga mundial muy exclusiva, y cuyos beneficios, por sí solos multiplican por más de 25 veces al de todas las demás empresas de la región juntas, hay que concluir que apenas hay unas decenas de negocios realmente rentables, pero especialmente tres: los vinculados al sector energético, encabezados por Viesgo; el grupo Alvarez (Aspla, Alvarez Maderas y Envases, la empresa de transportes Tramesa, los hoteles Sardinero…); y el Grupo Pitma (ITM, The Bymovil Spain, Nexian, Tower Valley, Aldro…). 

Pocas empresas más superan el millón de euros de beneficio pero es significativo el rendimiento del sector alimentario (Quesería Lafuente, Panusa, algunas anchoeras o las cadenas de supermercados, como Semark-Lupa).

Es esperanzador el despunte de las empresas de programación informática, que por fin demuestran su capacidad de generar un sector TIC muy solvente en la región. Quiter, con su software para concesionarios de coches ya supera los 2,5 millones de beneficio bruto, y CIC Consulting bordea los 1,7.

Otra de las circunstancias reseñables es que la cuenca del Besaya no ha dado la batalla económica por perdida. Tres de los grupos más rentables de la región, Armando Álvarez, Pitma y SIEC están asentados allí y todas las grandes fábricas están en pleno proceso de inversiones, algo que no ocurría desde que en 2008 tuvieron que adaptarse a las mejores tecnologías del mercado para conseguir la Autorización Ambiental Integrada. 

Suscríbete a Cantabria Económica
Ver más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Botón volver arriba
Escucha ahora