La internacionalización de la economía de Cantabria

La jornada de dinamización de las exportaciones que el ICEX ha organizado en Santander no va a provocar una cascada de nuevos exportadores en la región, pero sí ha creado expectativas entre muchas compañías que nunca se lo plantearon. Casi un millar de representantes de pequeñas empresas pasaron por el Palacio de Exposiciones de Santander donde se celebró el acto, en buena parte atraídos por la presencia del Príncipe de Asturias. La Casa Real decidió dar su respaldo a esta campaña con la presencia en uno de los eventos que se están realizando por todo el país y la casualidad hizo que fuera Santander la elegida.
Del éxito de la jornada da fe el hecho de que la mitad de los asistentes tuvieron que seguir la alocución del Príncipe a través de pantallas colocadas fuera del salón preparado al efecto, que se encontraba repleto.
También para las grandes empresas de la región la jornada fue motivadora. Por primera vez, los veinte mayores exportadores pusieron en común sus experiencias en el exterior, sin ocultar los problemas con los que se enfrentan, algo que el Príncipe tenía especial interés en escuchar. A pesar de que sólo tenían dos minutos cada uno –la mayoría no se atuvo a este tiempo– el largo turno de intervenciones dejó en el ambiente una sensación de cierta complacencia, al constatar los propios empresarios la diversificación alcanzada por la economía de Cantabria, que ya no sólo exporta materias primas o productos siderúrgicos, sino que también ha creado fábricas en el exterior y envía a mercados de todo el mundo electrodomésticos, conservas de pescado, componentes de automoción y de centrales nucleares, cementos, celulosa, tejidos, medicamentos, cosméticos o cepillos de dientes.
A noviembre de 2005, las exportaciones de Cantabria sumaban 1.841 millones de euros, un 23,9% más que el año anterior. Las importaciones, por su parte, alcanzaban los 2.067 millones, con un crecimiento del 22%. Ambos ratios de mejora eran superiores a la media nacional.