Tres motores ‘verdes’ para la obra pública

La paradójica relación de Cantabria con el agua –una región húmeda pero con problemas de abastecimiento en época estival– ha dado un paso de gigante hacia su definitiva resolución. La llamada Autovía del Agua, operativa ya en parte de la zona oriental, es un ambicioso plan para aprovechar los recursos hídricos de Cantabria que por el volumen de inversión que requiere –175 millones de euros– va a tener un notable impacto entre las empresas que se dedican a la obra pública en nuestra región.
La Autovía del Agua es una conducción transversal que conectará en sentido paralelo a la costa todas las cuencas fluviales de Cantabria, desde Unquera hasta Castro Urdiales. A este eje se incorporarán todos los recursos hídricos actualmente existentes y el bitrasvase del Ebro, cuyo pantano actuará como embalse regulador para garantizar la disponibilidad de agua en toda la región. Con esta infraestructura se prevé satisfacer los requisitos de caudal de cualquiera de los planes hidráulicos de la región durante los próximos 25 años, considerando el crecimiento demográfico y turístico.
Para reforzar las garantías en el abastecimiento de agua, y no depender tan sólo del embalse del Ebro como elemento regulador de todo el sistema, la Consejería de Medio Ambiente proyecta construir a lo largo de los próximos ocho años, otras tantas lagunas ecológicas –balsas de un hectómetro cúbico de capacidad– en ríos de Cantabria. Estos pequeños lagos tendrán poco que ver con las represas tradicionales, puesto que no interrumpirán el cauce del río, sino que se construirán en zonas llanas de una de las márgenes, y con paredes de tierra, para integrarlos en el paisaje. La limitación de capacidad de estas balsas está pensada para agilizar su construcción, ya que por encima de un hectómetro cúbico, el proyecto debería tramitarse como gran presa y eso demoraría su ejecución.
El agua así embalsada permitirá contar con una alternativa a las aportaciones del bitrasvase, algo que resulta estratégico para no depender sólo del embalse del Ebro.

Un trazado de 160 kms

Para la construcción de la Autovía del Agua se ha diseñado un trazado de 160 kilómetros de tubería, dividido en dos grandes sectores, el oriental, entre Entrambasaguas y Castro Urdiales, y el occidental, que unirá Santander con Unquera. El proyecto incluye también la construcción de cinco estaciones de tratamiento de agua potable y deberá estar concluido –incluido el bitrasvase Ebro-Besaya– en el año 2007.
La urgencia por paliar la carencia de agua en la zona oriental determinó que el primer tramo en entrar en servicio, este pasado verano, fuese el que une Castro Urdiales con Guriezo. Se consiguió gracias a los recursos del embalse del Juncal, propiedad de Iberdrola, que tiene 1,2 hectómetros cúbicos de capacidad. Esta aportación a la Autovía del Agua ha permitido ampliar el caudal del Plan Castro desde 7.000 m3 por día a 13.000, resolviendo la carencia crónica de una población que había multiplicado sus necesidades tras el vertiginoso crecimiento de estos últimos años.
Los dos tramos que faltan hasta cubrir los 26,8 kilómetros de tubería previstos entre Colindes y Castro serán licitados a lo largo de este mes de noviembre, y su entrada en servicio tendrá lugar el próximo año. Actualmente, se trabaja en la redacción de los estudios técnicos de las fases I (Torrelavega-Entrambasaguas) y II (Entrambasaguas-Colindres). Esta última podría entrar en funcionamiento en el 2006.
En todo el trazado se emplearán tuberías de fundición dúctil de 600 milímetros de diámetro que, en algunos casos, irán en superficie. El proyecto contempla también aprovechar la obra de la Autovía del Agua para la construcción de una senda verde, con un paseo peatonal y un carril bici a lo largo de su recorrido.
La obra completa es muy costosa y la comunidad autónoma busca implicar al Estado en su financiación declarándola de interés general. Algo a lo que parece inclinado el Ministerio de Medio Ambiente, cuya titular se comprometió en una reciente visita a Cantabria a introducir el problema de abastecimiento de agua que sufre la región dentro de la revisión del Plan Hidrológico Nacional. “En realidad, no hemos pedido que nos financien la Autovía del Agua –explica el director de Obras Hidráulicas, Francisco Martín–, sino algo mucho más ambicioso, el abastecimiento de agua en alta presión; esto incluye el bitrasvase, que ya está acordado, la Autovía del Agua y el sistema de lagunas ecológicas”.
El hecho de que Cantabria sea la única comunidad del norte de España que no tiene asegurado su abastecimiento, al carecer de embalses reguladores, es un argumento de peso a la hora de solicitar el apoyo económico del Estado.
Mientras llega, la Consejería se ha mostrado dispuesta a acudir a la financiación estructurada –búsqueda de recursos extrapresupuestarios– para acelerar la ejecución de la obra, utilizando como gancho para el sector privado parte de la recaudación del futuro canon de saneamiento. Ahora bien, como advierte el director general de Obras Hidráulicas, “que Cantabria haya empezado la Autovía del Agua no quiere decir que Madrid no la vaya a financiar, sino que la comunidad no podía esperar más para resolver este problema”.
El relieve público de esta gran obra eclipsa las pequeñas actuaciones en las redes de abastecimiento a los ayuntamientos. Este año han sido cerca de 70, con una inversión de 13,3 millones de euros, entre sondeos, depósitos y renovación de tuberías, y el próximo año están proyectadas otras tantas para atender a los municipios que no pueden sufragarlo.

Programa de gestión de residuos

Mientras se trabaja en la redacción de la futura Ley de Residuos de Cantabria, la Consejería ha diseñado un Plan para gestionar todas las materias residuales que se producen en la región, otro área en el que se prevén inversiones de 139 millones de euros entre el 2005 y el 2010. Gran parte de este presupuesto se dedicará a potenciar el reciclaje y la valoración de los residuos, como exigen los planteamientos de la Unión Europea, y en el que juega un papel clave el Centro Medioambiental de Meruelo. Precisamente allí tendrá lugar este mes la puesta en marcha de la planta de incineración de residuos sólidos urbanos, que ha costado 43 millones de euros. Esta planta, capaz de incinerar 96.000 toneladas anuales de residuos permitirá elevar la recuperación energética desde el 17,7% actual hasta el 32%.
La rehabilitación en zonas ambientalmente degradadas es otra de las áreas hacia las que la Consejería dedica parte de sus recursos, aunque la precaria situación financiera por la que atravesaba la Empresa de Residuos de Cantabria había limitado mucho su capacidad de actuación. Una vez saneada, esta empresa pública ha acometido una obra tan significativa para la comarca de Torrelavega como la rehabilitación de la zona de La Viesca, un antiguo vertedero situado a orillas del Besaya, con una extensión cercana a los 165.000 m2.

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