Navarra se queda con la biotecnológica cántabra TedCas
La apuesta por la biomedicina y la biotecnología fue una de las pocas líneas estratégicas puestas en marcha por el anterior Ejecutivo que el PP asumió al ganar las elecciones en 2011. Sin embargo, si quiere que no quede en una simple declaración de intenciones, el Gobierno regional tendrá que emplearse más a fondo. Además de atraer a la región a empresas o investigadores con proyección en el campo de la biomedicina, tendrá que pensar en cómo retener los proyectos que se generan aquí, para que no vuelva a ocurrir un caso como el de TedCas.
La empresa creada en Santander en 2011 por cuatro ingenieros de telecomunicaciones, formados en la Universidad de Cantabria, acaba de trasladarse a Navarra para asentarse en el CEIN (Centro Europeo de Empresas e Innovación de Navarra), situado en Noaín, donde continuará desarrollando su programa para que en los quirófanos se puedan manejar los ordenadores con gestos, sin tener que tocarlos.
Un pulso perdido
El Gobierno cántabro había anunciado en enero su intención de entrar en el accionariado de dos firmas de biotecnología, TedCas y Genetracer, un laboratorio de test genéticos destinados a personalizar tratamientos y dietas. La intención era que desarrollasen sus trabajos en el PCTCAN, donde Genetracer proyecta invertir dos millones y medio de euros en la construcción de una sede propia. TedCas, por su parte, ya se había instalado allí de manera provisional, utilizando las oficinas de Tedesys, otra empresa a la que sus promotores están vinculados.
Los planes de Sodercan se han cumplido con el laboratorio pero no con TedCas, ya que la inversión ofrecida no ha bastado para evitar su marcha.
TedCas ha desarrollado un asistente para cirujanos basado en la tecnología de sensores de movimiento Kinect, la misma que se utiliza con las consolas de videojuegos Xbox. Una aplicación que pronto despertó el interés de la comunidad médica, hasta el punto de que no tardaron en llegarle a ofertas que iban más allá del respaldo ofrecido por Sodercan.
Una empresa de Munich contactó con los emprendedores cántabros con la intención de llevarse la firma a Alemania pero ha sido, finalmente, el Gobierno navarro, a través de su empresa de capital riesgo, Sodena, el que ha decantado la balanza a su favor. Su oferta de invertir 450.000 euros en el proyecto dejó muy atrás la cifra de Sodercan, a pesar de que los fundadores de TedCas, todos ellos cántabros o con una fuerte vinculación con esta tierra, estaban dispuestos a aceptar la oferta de la empresa pública regional si la diferencia con la navarra no excedía los cien mil euros.
El resultado final es la deslocalización de una iniciativa empresarial que, aunque no tiene previsto crear mucho empleo –los siete puestos de trabajo actuales serán 13 el año que viene–, encierra un enorme potencial en términos de patentes y de comercialización internacional.
Un ‘minority report’ para médicos
En el origen de TedCas hay algo de azar y mucho de acierto a la hora de orientar la investigación de sus creadores hacia una tecnología muy prometedora, la que permite extraer aplicaciones prácticas al sensor de movimiento Kinect, una patente israelí que Microsoft ha popularizado a través de su plataforma de juegos.
Mientras Jesús Pérez Llano, el consejero delegado de TedCas, y sus compañeros trabajaban en explorar las posibilidades de ese sensor, la visita de un amigo, el decano de la facultad de Medicina de la Universidad de Cantabria, Javier Llorca, les puso en la pista de un sector en el que encajaba a la perfección la aplicación de esa tecnología. Cada año, unos 300.000 pacientes contraen en España algún tipo de infección en los quirófanos y alrededor de 6.000 acaban falleciendo por esta causa. De ahí la importancia de contar con una aplicación para que los cirujanos puedan acceder, mientras operan, a historiales médicos o a las pruebas del enfermo sin tener que tocar el ordenador, que responde a simples gestos de las manos. Algo así como lo que Spilberg imaginó en ‘Minority Report’, pero para médicos.
Las posibilidades de esta tecnología para mantener un entorno estéril en el quirófano es lo que ha despertado el interés por la firma cántabra que ya desde su inicio contó con el apoyo de Wayra, la incubadora de empresas tecnológicas de Telefónica, cuya convocatoria de start-ups ganó en 2011 y que ahora participa en su accionariado. TedCas obtuvo, además, un premio internacional que Microsoft otorga a los desarrolladores de su sensor optoelectrónico y el pasado año consiguió el Premio Emprendedor XXI de Cantabria.
Estos reconocimientos han servido para impulsar un proyecto que ya camina con paso firme por varios hospitales españoles, donde se prueban equipos piloto de TedCas. Curiosamente, Valdecilla no está entre ellos, a pesar de ser el primero al que se ofreció ensayar esta aplicación, ya que continúa pendiente de un acuerdo con el IFIMAV (el Instituto de Formación en Investigación Marqués de Valdecilla).
Como consecuencia de una estrategia de comercialización que ha buscado el apoyo de empresas dedicadas al software médico, TedCas también ha conseguido instalar prototipos en Singapur, Canadá y Polonia. Además, mantiene acuerdos de colaboración con Microsoft y Leap Motion y trabaja en la solicitud de una patente internacional que permita proteger su tecnología.
La aplicación médica no es el único campo de esta firma cántabra. De hecho, antes de pensar en la utilidad de la Kinect en los quirófanos, sus desarrolladores investigaban las posibilidades del sensor en la venta al detalle, el marketing interactivo y la docencia.
Todo un mundo de oportunidades que ya no se van a explorar desde Cantabria, sino desde su nueva sede en Noain. Sin embargo, la vinculación con la región no quedará rota, porque TedCas mantendrá una oficina en Bezana que se ocupará de temas administrativos.
Lo ocurrido con esta firma es, en cualquier caso, aleccionador de las dificultades para que arraiguen en Cantabria proyectos que puedan despertar el interés en comunidades con más músculo financiero o con más convicción de la que ha demostrado Sodercan en este caso.