La larga estela de Haulotte
La búsqueda de Haulotte para encontrar en Cantabria proveedores de componentes para sus plataformas elevadoras puede haber llegado a su fin. Al menos en lo que se refiere a un elemento básico, el chasis, cuyo peso y volumen fuerzan a que su fabricante se instale junto a la gran planta industrial que Haulotte ha levantado en Reocín.
Mecánica Industrial Buelna (MIB), una empresa de mecanizado creada hace 35 años en San Felices, está afrontando en estas semanas un proceso de homologación por parte de la firma francesa para certificar su capacidad como posible fabricante de bastidores. La empresa de San Felices, que ya ha logrado convertirse en proveedora de Haulotte para el mecanizado de los ejes de sus máquinas elevadoras, quiere convencer al grupo galo de su idoneidad para hacerse cargo también de los trabajos de mecanosoldadura y responsabilizarse de la fabricación de los chasis. Mecánica Industrial Buelna ha levantado recientemente en Zaragoza una fábrica especializada en esa actividad.
Si alcanza el acuerdo con Haulotte, un contrato por el que compiten también otros proveedores extranjeros de la marca francesa, MIB levantaría en Reocín una nueva planta de mecanosoldadura, en la que trabajarían más de un centenar de personas, que vendrían a unirse a los 600 operarios que tendrá la firma francesa en su planta.
Lo que Haulotte necesita
Como en tantos otros sectores industriales, Haulotte ha encontrado en los países del Este de Europa una alternativa con bajos costes laborales para la fabricación de los chasis que luego monta en sus plantas de Francia. Pero el transporte de esas piezas tan grandes plantea dificultades logísticas que la firma francesa quiere resolver en la fábrica de Reocín, aproximando todo lo posible al proveedor a la planta de montaje. La superficie reservada en el Parque Empresarial Besaya permite ubicar juntas ambas instalaciones. La de Haulotte, que ya está casi completada, ocupa 18.000 metros cuadrados y la de Mecánica Industrial Buelna, si finalmente se llega a un acuerdo para la fabricación de los chasis, tendrá unos 12.000 m2. Para su construcción, la empresa de San Felices de Buelna tendría que invertir entre 12 y 15 millones de euros.
A pesar de que las máquinas elevadoras llevan un gran número de piezas, el chasis representa el 80% de los suministros que Haulotte necesita. El mecanizado de ejes, que hará MIB en sus instalaciones de San Felices, supone otro 15%, y el resto son componentes estándares que no requieren ningún tipo de transformación, como motores, baterías o circuitos hidráulicos, que la firma francesa puede adquirir prácticamente en cualquier mercado. Haulotte sí ha buscado en Cantabria, aunque al parecer con poco éxito, empresas de inyección de plástico capaces de fabricar las carcasas de sus elevadoras y piezas de fundición para los contrapesos que llevan las máquinas.
3.300 máquinas en 2009
Mecánica Industrial Buelna se hará cargo tanto de la fundición como de la forja de las piezas mecanizadas. En la planta de mecanosoldadura también se llevaría a cabo todo el proceso de fabricación del chasis, desde el corte de la chapa al punzonado, plegado, mecanizado y pintado final, entregando el conjunto a Haulotte listo para su ensamblaje.
La previsión de la firma francesa, que esperaba iniciar la fabricación a comienzos de año, es que la fábrica alcance la velocidad de crucero en 2009. Para entonces saldrán de las instalaciones de Reocín 3.000 plataformas elevadoras al año y 300 multijob (máquinas polivalentes, que ofrecen funciones de pala, cargador y elevador).
Parte de esa producción irá destinada a los mercados de Latinoamérica y Asia. Este objetivo hizo que el Puerto de Santander se convirtiese en una de las ventajas estratégicas que inclinaron a Haulotte a optar por Cantabria. Será su mayor planta de montaje y uno de los éxitos más notables del Gobierno cántabro en la captación de nuevas inversiones industriales.
