‘La clave es no tirar nunca la toalla’

P.- Después de que le hayan hecho cientos de entrevistas sobre su vida deportiva, no está mal que nos deje conocer su faceta como empresario…
R.- Es que no sólo ha habido deporte en mi vida; el mundo empresarial siempre ha jugado un papel importante. Parte del año llevaba el mono de carreras y otra parte me ponía el traje y la corbata para intentar conseguir patrocinadores y poder rodearme de los mejores empresas de automoción y de los mejores medios técnicos. Eso me ha dado la oportunidad de montar algunos negocios relacionados con el motor y otros de tipo inmobiliario, fruto de mis estudios universitarios en Madrid.

P.- ¿Qué estudió?
R.- Cursé Arquitectura durante un año y me hubiera gustado mucho ser arquitecto. He construido algunas viviendas en Madrid a pequeña escala y siempre me he ocupado yo mismo de las reformas. También estudié dos años de Empresas. No llegué a terminar la carrera pero me sirvió para tener conocimientos que me han servido para mi vida deportiva, para la empresarial y para la personal.

P.- Hace apenas unas semanas presentó por todo lo alto el ClioRaid, un ambicioso proyecto como empresario deportivo. ¿Es el mayor reto al que se ha enfrentado?
R.- Cuando dejé profesionalmente las carreras, lo que es la competición pura y dura, estuve cerca de tres años pensando cómo enfocar mi futuro profesional. No acababa de ver claro a qué podía dedicarme que combinara deporte, empresa y viajes en un solo proyecto. Clioraid es el fruto de todo lo que he vivido en mis cincuenta años: mis viajes por todo el mundo, mis estudios y el deporte.

P.- La gente está deseando escapar de la rutina y una forma de hacerlo es vivir este tipo de aventuras que mezclan el deporte con la solidaridad. Pero, ¿qué diferencia su propuesta de otras similares, como el Panda Raid?
R.- Se trata de la primera prueba íntegramente nacional y de la única que une universidad y empresa. También se diferencia porque aplicará las nuevas tecnologías, para que la navegación se haga exclusivamente desde los teléfonos móviles y no con ayuda de un route book (libro de ruta) en papel, como se ha hecho hasta ahora. Otra diferencia es que hemos optado por un vehículo apto para todos los públicos, pequeño, de gama media-baja y barato. De hecho, en la web que hemos creado seleccionamos varios portales para que los participantes puedan adquirir un Clio de segunda mano desde 250 euros.

P.- Habla de unir a empresarios y universitarios en este rally de 9 días y 4.000 kilómetros que parte de España y llega a Marrakech, después de atravesar varios tramos de desierto. ¿Sinceramente cree que entre duna y duna van a aprovechar para entablar relaciones profesionales?
R.- Sin duda. Este raid puede ofrecer buenos momentos para que los estudiantes les presenten ideas de negocios, les pidan prácticas y hasta podrían surgir futuras relaciones laborales. A los empresarios vamos a darles charlas para que puedan encontrar oportunidades de negocio en Marruecos, gracias a la colaboración que hemos encontrado en las Cámaras de Comercio de Cantabria y de Marrakech.

P.- Aventura, charlas de negocios… ¿Qué más van a ofrecerles a las empresas para que participen?
R.- Podemos darles un soporte muy novedoso para su publicidad, ya que su imagen de marca estará presente en los coches y tendrá presencia mediática en programas deportivos nacionales. Una firma cántabra, Bathco, ya se ha convertido en nuestro sponsor oficial y nos sentimos muy agradecidos por su confianza.

P.- Suena muy bien pero ¿es un proyecto empresarial rentable?
R.- No niego que estamos haciendo un esfuerzo muy importante para poder llevarlo a cabo. Este año habrá un máximo de 50 vehículos en la prueba pero nuestra idea es alcanzar en seis o siete años unos 300 o 400 participantes. Quiero ser prudente y tener los pies en el suelo.

P.- ¿Cuánto cuesta participar?
R.- El precio de salida del raid ronda los 1.000 euros por persona y a un universitario aún podría salirle por algo menos.

P.- Además de pasárselo bien, usted asegura que se trata de ayudar a personas que lo necesitan…
R.- Su carácter humanitario es de verdad, encaja con la Responsabilidad Social Corporativa de las empresas y tiene un planteamiento serio y perdurable en el tiempo. Hay una parte de ayuda directa, porque les llevaremos productos que realmente necesitan, y otra parte de servicios y equipamientos. En este sentido, hemos convocado un concurso nacional de proyectos humanitarios, sociales y medioambientales y, con ayuda de la UC, becaremos a los tres finalistas. El proyecto se ejecutará allí mismo, en el transcurso de una de las etapas, que hemos denominado el ‘Día Verde’.

P.- Sin duda, serán momentos inolvidables para muchas personas. Para usted, que ha vivido tantos, no será fácil quedarse con el mejor momento deportivo de su vida…
R.- He vivido muchos momentos especiales pero quizá me quede con la victoria en el Rally de Córcega en el año 2001, puntuable para el campeonato del Mundo, o con el primer título que conseguí en un Mundial, en el año 1994.

P.- ¿Cuándo descubrió su afición por el motor?
R.- Con tres o cuatro años ya había convertido el jardín de mi casa en una especie de Circuito del Jarama que recorría con mi coche a pedales. También me gustaban mucho las bicis y los patines pero me escondía de mis padres para montar, porque siempre venía con las piernas magulladas y lleno de arañazos. Después, a los 13 o 14 años descubrí la moto. Siempre he buscado algo que corriera más rápido que yo. Hasta que llegué a los 18 años y pude sacarme el carné de conducir, una de las cosas más apreciadas a esos años, no sólo porque me permitía ir a la Universidad como un señor, también porque me permitió viajar.

P.- ¿Y tiene hobbies alejados de la gasolina? Y no me diga, como todos, que estar en casa con los suyos…
R.- (Ríe). Tengo muchísimas aficiones pero es verdad que la mayoría están vinculadas con la aventura y con las motos. He cruzado en moto la Patagonia, recorriendo cerca de 5.000 kilómetros… Me he tirado varias veces en paracaídas. He cruzado Laponia en una moto de nieve. He volado en helicóptero, tengo el título de ultraligeros… Ninguna actividad es tranquila; siempre he preferido que tengan un cierto riesgo.

P.- ¿Se imaginó alguna vez siendo Chus Puras o esperaba una vida distinta?
R.- No, nunca lo pensé. Cuando empecé a correr rallies simplemente pensaba en descubrir ese mundo pero jamás soñé que podría llegar a ser Campeón del España ocho veces o campeón del mundo del Grupo N. Es cierto que hay que tener aptitudes y una buena preparación física pero un piloto no nace, se hace con el tiempo y es importante rodearte de gente que te pueda ayudar. La clave es no tirar nunca la toalla y yo nunca he abandonado, ni en la vida deportiva ni en la empresarial. Hay que ser muy constante.

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