La ciencia al día
A cien gigas por segundo
La capacidad máxima de transmisión de datos en las redes, que es actualmente de 10 Gb por segundo, se va a multiplicar por diez en sólo dos años. El sistema tecnológico que lo puede permitir ya ha sido probado con éxito y utiliza equipos de fibra óptica. Las posibilidades de esta nueva tecnología son enormes, según sus responsables, ya que permite, por ejemplo, transmitir en doce horas un volumen de datos equivalente a 125.000 DVD o toda la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.
Hay varias compañías que están probando esta tecnología pero la estadounidense Ciena ha sido la primera que ha conseguido transmitir con absoluta seguridad volúmenes de información de hasta 100 Gb por segundo, con un prototipo que, según las previsiones, tardará unos dos años en ser comercializado.
En los últimos años se ha producido un progresivo incremento del tráfico de datos en la red, aproximadamente el 20% cada año, y la previsión es que la tendencia se mantenga o incluso se acentúe. La entrada en funcionamiento de esta nueva tecnología evitará el colapso de la red y reducirá en un 30% los costes de transmisión.
¿Impresoras con riesgos?
Podría la tan común impresora láser ser perjudicial para la salud de los empleados de la oficina? Se ha dicho que estas impresoras podrían liberar en el ambiente partículas diminutas de tóner, que inhaladas por el usuario, penetrarían en sus pulmones y resultarían perjudiciales para la salud. Así lo sospechaban unos científicos, que decidieron investigar el tema y obtuvieron unos resultados sorprendentes.
En este estudio se observó que las impresoras láser apenas despiden partículas de tóner. Lo que sí emiten algunas impresoras son partículas ultrafinas de sustancias químicas orgánicas volátiles.
La causa es la unidad de fijación, una pieza que se calienta hasta los 220°C durante la impresión para fijar las partículas de tóner sobre el papel. Las elevadas temperaturas alcanzadas hacen que se evaporen sustancias volátiles, como parafinas y aceites de silicio, que se acumulen formando partículas ultrafinas. Pero este tipo de partículas también aparecen al guisar o al utilizar una tostadora.
Salvar la herencia escrita
La tinta común es, sin lugar a dudas, la más importante en Occidente desde los tiempos de los romanos. Su calidad está fuera de duda pero también sus efectos corrosivos sobre los documentos.
A este viejo problema se le están buscando solución y, aunque se sabe que los alcaloides añadidos al papel ayudan, quedan por combatir sus efectos oxidantes.
Como cabría esperar, las recetas con las que se elabora esta tinta han variado notablemente con el paso del tiempo pero en todas se repiten los mismos ingredientes para crear los colores (ácido gálico extraído de taninos e iones ferrosos), que ahora han sido identificados como causantes de esos efectos negativos.
Descubiertos los culpables, solo queda añadir un reactivo radical hidroxílico que resulta muy efectivo contra la oxidación producida por la tinta sobre documentos valiosos.
Lucha contra las plagas en los olivares
Las principales plagas de insectos que amenazan los olivares son la mosca del olivo y la del jazmín. Normalmente, se les combate con insecticidas pero resultan perjudiciales para el medio ambiente y llega un momento en que los insectos se vuelven resistentes al tratamiento. Eso explica que se haya buscado una nueva línea para combatirlos, a partir de componentes naturales y ha resultado ser más barata.
La formulación obtenida se dirige a la desorientación sexual de los insectos, de modo que se rocían los olivos con grandes cantidades de feromonas sexuales para que los machos, confusos, no consigan emparejarse con las hembras. La base de estas emisiones es un tipo de arcilla natural que también sirve como protección ultravioleta.
De momento, el procedimiento ha demostrado un 90% de eficacia con la mosca del jazmín pero necesita perfeccionarse para superar la fuerza del amor, ya que solo ha resultado válido en olivares aislados y con gran densidad de arbolado.
