Caja Cantabria hace negocio con los seguros

Las cajas están entrando a fondo en el negocio de los seguros, pero probablemente nunca imaginaron que podrían sacarle tanto jugo. Sólo por empezar, las aseguradoras ya están dispuestas a pagar un precio importante por tenerlas de socio, dado que de esta manera se garantizan una cuota de mercado.
Caja Cantabria ha jugado bien sus cartas y después de una larga negociación con Aegon, una de las principales compañías del sector asegurador, ha firmado el acuerdo para crear una sociedad conjunta, como las que la firma holandesa ha pactado anteriormente con Caja Navarra, la Caja de Ahorros del Mediterráneo o Caja Badajoz.
Ahora, Caja Cantabria tiene un volumen de negocio de 126 millones de euros en primas de planes de pensiones y cinco millones más en primas de seguros de vida. Mientras que los primeros los trabaja con Caser, la compañía de la Confederación Española de Cajas de Ahorros, los segundos suele contratarlos con la propia Caser, Zurich o Winterthur. A partir de ahora lo hará, obviamente, con Aegon, con el que se ha asociado en la compañía de nueva creación Cantabria Vida y Pensiones al 50%. La aseguradora se constituirá con un capital de nueve millones de euros, pero Aegón tendrá que pagar una prima añadida de 35 millones de euros (en esta cifra se incluye la capitalización de los intereses pactados por pago aplazado) a cambio del volumen de negocio que adquiere.

Salto sustancial en los beneficios

Este ingreso extraordinario no se incluirá en el balance de este año como un beneficio atípico, sino en el del próximo, algo que no le preocupa a la Caja dado que ya tenía muy buenas expectativas para 2007. En el primer semestre del año, sus márgenes han crecido en un 43,5% y eso le va a garantizar un salto sustancial en los beneficios anuales, que podría sobrepasar los 80 millones de euros.
El acuerdo con Aegon no sólo garantiza otro empujón significativo a los resultados de 2008, sino que propiciará ingresos añadidos al menos durante cinco años más, ya que una parte muy significativa de los pagos establecidos en el pacto está vinculada a los resultados que consiga la nueva empresa.
Cualquier punto de mejora sobre la base del negocio asegurador que ya tenía la Caja será remunerado por la compañía holandesa con un millón de euros añadido. De esta forma, si se cumple el Plan Quinquenal que ambas sociedades se han impuesto, la Caja podría llegar a percibir otros 48 millones de euros en este plazo, unos nueve millones y medio por ejercicio. Sólo por esta vía compensará sobradamente la obligación de compartir las comisiones que obtenía por los seguros, vida y pensiones que comercializaba, unos siete millones de euros al año.

Mucho margen de crecimiento

La entidad cree que no será difícil mejorar el punto de partida y conseguir los bonus previstos en el acuerdo, dado que, como la mayoría de las cajas, hasta ahora no ha prestado una atención exhaustiva a los seguros. La nueva sociedad, que tendrá una decena de personas, se ocupará de activar la red de oficinas de Caja Cantabria en este terreno, algo que, a su vez, aumentaría el valor de la participación de la entidad. La Caja parte de una cartera de 40.000 clientes en vida y pensiones, una cifra que, aún siendo importante, apenas representa un 10% del número total de clientes de la entidad, lo que permite suponer que tiene mucho margen de crecimiento al aplicar una estrategia de venta cruzada de productos.
El interés por conseguir los objetivos pactados se va a ver muy pronto, ya que la Caja va a montar un servicio de marketing directo, a través de un contact-center telefónico propio, lo que permite aventurar una política comercial mucho más agresiva en este terreno.

Mejora de los recursos propios

Los ingresos extraordinarios que va a producir la venta de parte de su negocio de seguros pueden resolver, a medio plazo, la escasez crónica de recursos propios que padece la Caja cántabra. En los últimos años, la entidad ha resuelto varios de los problemas que arrastraba, como su práctica ausencia de las principales plazas del país o los préstamos dudosos de Sniace y el Racing, que ha cobrado en ambos casos. Una vez despejadas las dudas sobre las operaciones más inciertas, y con una morosidad históricamente baja (el 0,67%), a la Caja sólo le resta fortalecer su músculo financiero, que aunque supera los ratios de solvencia exigidos por el Banco de España, le impide participar en operaciones crediticias de cierto relieve y penaliza los márgenes, como consecuencia de los elevados costes de la deuda subordinada que la entidad tuvo que emitir para compensar esta circunstancia.
Sin tener en cuenta la operación de Aegon, los resultados del actual ejercicio ya van suponer una mejoría significativa en los recursos propios, a poco que se mantenga la tendencia del primer semestre del año, en que ha ganado 47,3 millones de euros, antes de impuestos, un 21,3% más que a junio de 2006.

Prejubilaciones

La Caja ha mejorado sensiblemente el volumen de negocio sin incrementar en la misma medida los costes y lo hará más en un futuro próximo, ya que se ha aprobado un plan de prejubilaciones al que podrían acogerse 180 trabajadores que cumplieron los 50 antes del 31 de diciembre de 2005, de los cuales se calcula que saldrán 120-130. De hecho, este año ya dejan la casa 42, uno de los cuales ha sido el director de la Oficina Principal, José Luis Pérez, un hombre carismático en el mundo financiero de Cantabria.
Aunque el Plan pactado con los sindicatos impide que se amorticen más del 40% de las plazas, las sustituciones por nuevos empleados le resultan a la entidad bastante menos costosas.
No obstante, cada plan de prejubilaciones supone un gran esfuerzo económico para la Caja, que ya ha detraído en los resultados del primer semestre los 10,2 millones de euros que le costará en 2007 este primer grupo de prejubilaciones. Un coste que crecerá sensiblemente en los años próximos, a medida que entren más trabajadores en la edad de jubilación.
La reducción de la plantilla en una época de fuerte crecimiento del negocio ha colaborado, en cualquier caso, en la fuerte mejora del ratio de eficiencia, que ha dado un salto de doce puntos, al pasar en un solo año del 56,1% al 44%.