LIBERBANK-UNICAJA: La participación de Caja Cantabria se quedará en poco más del 1%

La fusión creará una entidad algo mayor que Bankinter

La antigua Caja Cantabria es hoy un trocito de Liberbank y en breve uno aún más pequeño del futuro banco Unicaja-Liberbank, que aún no tiene nombres ni repartos. Se pacten los términos que se pacten, Liberbank (algo más pequeño en tamaño) tendrá que ceder poder y la participación de la Fundación Caja Cantabria, que ya hoy tiene muy poco que decir, quedará diluida a aproximadamente un 1,2% del capital.


Manuel Menéndez, consejero delegado de Liberbank, y Manuel Azuaga, que en 2016 sustituyó al histórico Braulio Medel al frente de la caja malagueña Unicaja.

Ningún mercado acepta hoy en día una decena de operadores y menos el bancario, donde los únicos márgenes están en el volumen. Por eso, el horizonte de Liberbank parecía inevitable: o ser adquirido o propiciar una fusión más o menos ventajosa. Menéndez, alma mater de la entidad, consiguió salir indemne de la procelosa vorágine que se tragó las cajas de ahorros, y no iba a ceder ahora a una absorción a las bravas. Ya consiguió, con una caja pequeña, liderar uno de los pocos grupos bancarios supervivientes y ahora ha vuelto a la misma estrategia:buscar un aliado ideológicamente cercano con el que pactar unas condiciones entre casi iguales.

Si Bankia fue el (mal) resultado de las cajas controladas por el PP, la fusión Unicaja-Liberbank acabará siendo el resultado de las en su día controladas por el PSOE (Andalucía, Asturias, Extremadura, Cantabria, Castilla La Mancha…), con algún añadido, como el de España/Duero. Un banco con 10.800 empleados y 1.800 oficinas, que se convertirá en el sexto el país, y que apenas tendrá necesidad de ajustes, ya que las áreas de implantación de los dos socios no se solapan. La entidad andaluza acaba de poner en marcha un ERE tras culminar su unión con Banco Ceiss (EspañaDuero), mientras que Liberbank (que acaba de digerir definitivamente la Caja Castilla La Mancha) ha pasado por numerosos EREs, que han reducido sustancialmente la plantilla inicial.

Sin solapamientos

La antigua sede de Caja Cantabria, hoy de Liberbank en Cantabria, en estas pasadas navidades, en que la Plaza Porticada se convirtió en un centro de ocio. Liberbank tiene en la comunidad autónoma 80 oficinas y 400 trabajadores, una cifra muy inferior a la que en su día tenía Caja Cantabria.

Entre ambos bancos sumarán el 4% del mercado bancario nacional, con unos activos de 95.974 millones de euros, lo que les colocará inmediatamente por encima de Bankinter (71.332 millones) y no demasiado lejos de Bankia, que tras la absorción de BMN ha llegado a los 120.574 millones. Nada que ver, por supuesto, con los dos colosos, Banco Santander y BBVA, cuyas divisiones españolas están cinco y cuatro veces por encima, o de CaixaBank, que se equipara al BBVA, pero estará en una posición mucho más cómoda que hasta ahora de cara a maniobras hostiles o para alcanzar los ratios de rentabilidad media del sector.

Liberbank tiene en estos momentos 684 oficinas, repartidas sobre todo por las regiones de origen de sus fundadores (Cantabria, Asturias, Extremadura y Castilla La Mancha). Unicaja parte con casi el doble (1.182), la mitad de ellas en Andalucía, donde no hay ninguna coincidencia entre los dos grupos fusionados. Otro 34% están en Castilla y León, como consecuencia de su fusión con EspañaDuero, y donde tampoco habrá colisión. Únicamente puede surgir algún solapamiento en Madrid, Extremadura y Castilla La Mancha, en las que Unicaja tiene el 16% de su red y Liberbank también está presente. El grupo andaluz ya tenía previsto reducir su plantilla en mil empleados a lo largo de los próximos tres años, que probablemente sean suficientes, junto a las bajas por edad de Liberbank, para dejar cerrada la plantilla definitiva, que ahora es de 6.916 trabajadores en Unicaja y de 3.933 en Liberbank.

En la fusión se produce tras un largo proceso de saneamiento de las dos entidades y después de una drástica limpieza de los activos improductivos. Liberbank se deshizo hace un año de inmuebles por valor de 600 millones de euros y su cartera suma en este momento en 3.600 millones. La situación es casi idéntica en Unicaja, que conserva un ladrillo tóxico por 3.900 millones de euros, con un sensible recorte en los últimos tiempos.

Mejora de los márgenes

Este proceso ha reducido muy significativamente la morosidad de ambas entidades, que había llegado a niveles insoportables. Su peso no solo se hará más leve a medida que se produzcan nuevos saneamientos. También por la entrada de nuevo negocio, y en los últimos tiempos tanto Unicaja como Liberbank registran un sensible incremento de las nuevas hipotecas. Entre ambos reunen una cartera creciticia de casi 50.000 millones de euros, con un margen bruto, en el caso de Unicaja, de 735 millones al cierre del tercer trimestre, y de 523 en Liberbank, que después de unos años de rendimientos ridículos, está en disposición de mejorar sensiblemente la rentabilidad de su negocio.

No obstante, los ratios de uno y otro no llegan al 5% de rentabilidad sobre recursos propios, por debajo del mercado. A la vista de la evolución reciente, es posible que alcancen un 8% en 2020, como aventura Credit Suisse, y para ello les vendrá muy bien la fusión, pero dado que en su estructura física apenas hay solapamientos, es muy improbable que la unión suponga una rebaja del 30% en los costes, que es el promedio que los expertos estiman para estos procesos. No habrá ajustes dramáticos pero a su vez, el ahorro quizá no pase del 20%.

Recuperar el 30% de cuota en Cantabria

Con la operación, el nuevo banco recuperaría en Cantabria parte de la cuota de negocio que ha ido perdiendo desde que Caja Cantabria se integró en Liberbank, ya que sumaría un 30%, y se pondría a la par con el Santander. En Asturias tendría el 27%; en Castilla y León, el 26% y en Andalucía el 19% (18% que tiene ahora Unicaja y el 1% de Liberbank). Donde alcanzaría una absoluta hegemonía es en Extremadura, con un 38%, que supera a lo que suman Santander, CaixaBank, BBVA, Sabadell y Bankia en aquella comunidad.

La propiedad del nuevo banco

El banco fusionado heredará el negocio que tenían en Cantabria las entidades que Unicaja absorbió y con la base de Liberbank, volverá a tener una cuota del 30% en la región.

El reparto de la propiedad del nuevo banco probablemente se parezca mucho al valor en bolsa que ahora tienen cada una de las dos entidades, matizado por las due dilligence que están haciendo dos bancos de inversión, para conocer el estado real de los activos. Unicaja cotizaba el día que se han anunciado las conversaciones en 1.909 millones de euros y Liberbank en 1.348. Credit Suisse cree que los accionistas del banco malagueño tendrán el 62% del capital de la fusionada, y los de Liberbank el 38%, pero en los últimos días se maneja una ecuación más favorable para Liberbank, que podría rebasar el 40% y, según algunas fuentes, llegar incluso al 43%

En función de esa proporción, quedaría diluida la participación de la Fundación Bancaria Unicaja, primer accionista de Unicaja, con el 49,68%, y de las fundaciones de Caja Asturias, Caja Cantabria y Caja Extremadura, que tienen un 32,47% de Liberbank. En concreto, la de Caja Cantabria tiene un 3,36%, que a finales de año valía en bolsa algo más de 45 millones de euros. Si se aplicase la ecuación de reparto que se deriva de los valores de Bolsa, la fundación cántabra pasaría a ser propietaria del 1,28% del futuro banco fusionado. Un socio muy minoritario y sin ninguna posibilidad de entrar en el consejo de administración, pero hay que recordar que en la última remodelación ya se vio obligado a abandonar el consejo de Liberbank, perdiendo además la vicepresidencia segunda, que detentaba Eduardo Zúñiga.

Queda por ver cómo será el reparto de poder tras la fusión Unicaja-Liberbank. En el banco andaluz no sentó demasiado bien que los medios de comunicación diesen por seguro que Menéndez llevaría la batuta, cuando su entidad es bastante mayor, y Unicaja Banco reclama la presidencia ejecutiva. Eso exigiría un auténtico encaje de bolillos, ya que, además de exigir la aceptación de Libebank, exigiría la del Banco de España, que en varios casos anteriores ha tratado de evitar la figura del presidente ejecutivo.

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