La línea de ferry con Irlanda abre las puertas de un nuevo mercado

Es la única conexión regular marítima de nuestro país con la isla

La prensa irlandesa ha acogido tan positivamente como la cántabra el establecimiento de una línea de ferry entre el sur de su isla y Santander. Cree que es la forma de abrirse una puerta más en el continente una vez se produzca el Brexit de sus vecinos ingleses, cuyas consecuencias aún no alcanzan a valorar pero que ven con incertidumbre. También en Cantabria se ha recibido como una bendición, porque las dos escalas semanales del nuevo barco de Brittany Ferries van a aportar turistas y mercancías.


Hace ahora 40 años, Brittany Ferries estableció una línea marítima entre Santander y Plymouth. Desde entonces, esos movimientos no han dejado de crecer, hasta alcanzar las tres salidas semanales entre Santander y Portsmouth y una con Plymouth que, sumando la nueva línea con Irlanda, supondrán seis enlaces semanales desde el puerto cántabro. La compañía también opera desde Bilbao, que une con Portsmouth tres veces a la semana, y cada año mueve 330.000 pasajeros entre España e Inglaterra, 150.000 turismos y 40.000 camiones.

La aparición de la línea con Bilbao en marzo de 2011 representaba una evidente amenaza para los enlaces de Santander, pero no solo se han consolidado sino que esta nueva línea con Irlanda se ha resuelto a su favor. La Autoridad Portuaria de Santander ha jugado bien sus bazas y ha llegado a un acuerdo con la naviera para implantar este servicio con el puerto de Cork a partir del 29 de abril.

Será la primera y única línea de ferry entre España e Irlanda y tendrá dos escalas semanales desde Santander hacia Cork, con una travesía de unas 28 horas. El buque que cubrirá la línea es el ‘Connemara’, un barco de 186,5 metros de eslora con camarotes para 500 pasajeros y 2.250 metros lineales de espacio en garajes, que alcanza los 24 nudos de velocidad. Saldrá de Santander los jueves a las 16:00 horas y los domingos a las 12:00.

El enlace con Irlanda abre importantes expectativas de negocio y turismo para nuestro puerto y para Cantabria, según el consejero de Innovación, Francisco Martín, que lo ha calificado como una “autovía marítima”. Lo considera «un paso más para convertir el puerto de Santander en una importante área logística y consolidarse frente a competidores directos como Bilbao o Gijón».

Brittany Ferries se ha convertido en una de las grandes aliadas del puerto cántabro, tanto en lo que se refiere al movimiento de mercancías (casi 400.000 toneladas el año pasado) como el de viajeros, con una media anual de 220.000 pasajeros, entre embarcados, desembarcados y en tránsito.


Los tráficos del puerto crecen en casi 800.000 toneladas

El Puerto volvió a batir su récord de coches movidos, con 491.387 unidades.

El Puerto de Santander ha sido utilizado para el tránsito de 5.598.550 toneladas de mercancías el año pasado, casi 800.000 más que el anterior, lo que supone un incremento del 16,3%. Destacan los movimientos de automóviles, al alcanzarse las 491.387 unidades, un nuevo récord, de las que 301.806 fueron embarcadas para la exportación. El repunte del consumo interno hizo que las entradas de coches (189.581) repuntasen un 14%, frente a un retroceso de un 6,8% en los exportados, debido a que en los últimos meses del año las fábricas nacionales de automóviles redujeron el ritmo de producción por exceso de oferta en el mercado.

Entre los graneles sólidos fue especialmente buena la evolución del azúcar, con un crecimiento del 248,3%, gracias a la recuperación del tráfico de Acor (Olmedo), pero el gran protagonista del último año ha sido la importación de cereal, con un aumento de más de 300.000 toneladas (140,2%), motivado por la sequía, que ha diezmado la producción nacional.

Otros tráficos que han tenido un buen comportamiento han sido los de manganeso (con 80.246 toneladas de incremento); el cemento (62.313 toneladas más que en 2016) y los piensos (55.268 toneladas más).

GSW importa su materia prima a través del puerto, pero mientras que las entradas de mineral de hierro crecieron un 41,6%, las de chatarras descendieron un 25,5%, equilibrando el resultado final.

Los graneles líquidos también han experimentado una importante recuperación con respecto al retroceso registrado en 2016, al crecer un 67,7%. Destacan en este campo las melazas, que subieron un 293,7%; el bioetanol, en un 114,37%; y los productos petrolíferos, en un 38,9%. No obstante, los graneles líquidos (los tráficos que menos valor añadido aportan) ahora suponen poco más del 4% de lo que se mueve por el Puerto de Santander.

Salto en contenedores

La mercancía general sigue la senda ascendente de los últimos años, y aunque en este caso el aumento solo fue del 1,9%, las 1.885.507 toneladas suponen un «excelente resultado», según el Puerto, ya que además de suponer el 34% del tráfico total, son las que dejan más valor en el entorno.

Dentro de este capítulo destaca la mercancía ro-ro, que creció un 9,8% y permite que Santander siga siendo el puerto de la fachada norte líder en este tipo de tráfico. Nada menos que 1.521 buques, 108 más que en 2016, entraron con este tipo de mercancía.

Otro dato relevante ha sido el notable incremento en el tráfico de contenedores, que gracias a la línea puesta en marcha por CLdN ha pasado de 1.268 unidades (TEU’s) a 6.945.

También se ha producido un gran avance en el tráfico de cruceros, que pasó de seis escalas a once.

Estos resultados, que el Puerto califica como «buenos», se han traducido en un incremento de la facturación de más de 2,8 millones de euros.


Roces políticos

La gestión de la nueva ruta ha suscitado roces entre el Gobierno de Cantabria y el Ministerio de Fomento, ya que ambos se han atribuido el mérito de una operación que, por sí sola, podría ampliar el PIB de Cantabria en un 0,25%, según unas estimaciones de Íñigo de la Serna que no son fáciles de contrastar. Lo que resulta evidente es que la naviera parece satisfecha con los resultados que obtiene en Santander, un puerto amable que, aunque está más alejado de los destinos mediterráneos que buscan sus clientes ingleses que Bilbao, le permite atracar en mitad de la ciudad y le ofrece unas condiciones naturales muy interesantes para el turista.

Cork es una ciudad del sur de Irlanda, algo más pequeña que Santander, situada a 260 kilómetros de Dublín. Fue Capital Europea de la Cultura en 2005.

Hasta ahora, Brittany Ferries ha practicado el monocultivo del viajero británico, cuyos viajes a España no se han resentido del Brexit, (de hecho, sus pasajeros aumentaron el pasado año un 2,4%, aunque sí se redujeron ligeramente la mercancías) pero los efectos que pueda tener la salida de Gran Bretaña de la UE una vez aplicada la desconexión son difíciles de valorar ahora mismo. La apertura al mercado irlandés es una oportunidad de diversificarlos, aunque su potencial es mucho menor  que el de Inglaterra, porque el país no llega a los cinco millones de habitantes. No obstante, emite cada año dos millones de viajeros con destino a España, un número muy alto y más si se tiene en cuenta que los españoles que visitan Irlanda no pasan de 400.000.

La comodidad de la naviera bretona con Santander se comprueba también en el hecho de que ha elegido los astilleros de Astander para la reparación y transformación de todos sus barcos.

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