El IH confirma las ventajas de la plataforma marina Gazelle para grandes aerogeneradores

Podrá sostener molinos de 16MW en aguas profundas y sin cabeceo

La plataforma marina para aerogeneradores más disruptiva entre todas las que se ensayan en el mundo va a tener mucha relación con Cantabria. Aunque la empresa que la desarrolla es irlandesa, su fundador y presidente es un ingeniero vasco vinculado desde niño a la región, y su mentor es un santanderino, Javier Cavada. A la vez, las pruebas se han realizado en el IH Cantabria. Una vez superadas, se construirá un modelo piloto de 2MW de potencia que se instalará en Canarias, a escala del definitivo, de 16 MW. Mucho más sencilla, barata y estable que sus posibles competidoras, la perspectiva es tenerla muy pronto en el mercado.


El ingeniero español Jon Salazar, presidente de la irlandesa Gazelle Power.

Todo el mundo está de acuerdo en que el futuro de la energía eólica está en el mar, especialmente en alta mar, donde hay vientos más continuos e intensos que en tierra. Además, se pueden instalar torres mucho mayores, de 16 o 17 megavatios de potencia, que a más de 20 kilómetros de la costa no se ven. Pero antes habrá que resolver la forma de estabilizar esas torres gigantescas sobre un medio que está en permanente movimiento y en ocasiones con grandes oleajes. La ingeniería lo tiene resuelto en los estuarios y en litorales de aguas someras, donde se pueden anclar al fondo, pero todo resulta más complejo en alta mar.

Hay varios estudios y prototipos a pequeña escala pero la ingeniería irlandesa Gazelle Wind Power, creada por el español Jon Salazar, acaba de probar en el IH de Santander la eficacia de un modelo de plataforma mucho más sencillo, más ligero y más barato de producir.

Cantabria lleva varios intentos de vincularse con la construcción de las plataformas eólicas marinas,  el gran negocio de los próximos años, por el volumen ingente de inversión comprometida para el momento en que se resuelvan los problemas técnicos que aún tiene la instalación de torres flotantes. Tras varias ocasiones perdidas, la desazón llevó a suponer que la región quedaba descolgada en esta carrera tecnológica, pero la prueba hecha por Gazelle en el Instituto de Hidráulica Marina invita al optimismo. Su modelo de plataforma afronta olas de 4-5 metros sin apenas cabeceo. La energía cinética de las olas se convierte en energía potencial (un movimiento arriba-abajo) que no interrumpe ni impide la generación de energía.

La plataforma flotante de Gazelle representa un cambio radical en el diseño, al ser más pequeña y ligera que las convencionales, que parten de la tecnología empleada en la extracción de gas o petróleo. Su diseño también propicia la modularidad y se podrá ensamblar fácilmente en cualquier instalación portuaria, mientras que las competidoras solo podrán hacerse en un gran astillero.

La Gazelle, basada en un diseño que hizo hace doce años el ingeniero español Antonio García, responde a las olas y al viento mediante un contrapeso central de hormigón conectado a los brazos del trípode flotante anclados al lecho marino. Gracias a esta geometría, la plataforma puede moverse horizontal y verticalmente para minimizar la inclinación, y el ángulo de cabeceo es casi nulo, algo de enorme importancia cuando estas estructuras, una vez montado el aerogenerador, tendrán más de 200 metros de altura a partir de la lámina de agua.

Aunque la mayoría de las turbinas eólicas marinas están diseñadas para soportar inclinaciones de hasta 10º, ese movimiento reiterado crea un desgaste adicional en los componentes. Reducir ese cabeceo a un máximo de solo 3º, como ofrece la Gazelle, significa menos desgaste de las piezas, menos mantenimiento y una vida más larga del generador eólico, lo que se traduce en una mayor producción de energía y un mayor retorno de la inversión.

Directivos e inversores del proyecto Gazelle, junto a miembros del IH e invitados en la prueba de una maqueta de la plataforma flotante realizada en este centro.

La empresa está asentada en Irlanda, aunque ha sido creada por el ingeniero vasco Jon Salazar, que sigue siendo el máximo accionista tras haberse cubierto en pocos meses dos rondas de financiación, una de cuatro millones de euros, en la que participaron varios inversores españoles, y otra de casi ocho, aportados por el fondo noruego Katyapult, tras las primeras pruebas. También se ha incorporado al proyecto el ingeniero cántabro Javier Cavada, nuevo chairman de la compañía, un apoyo que Salazar considera fundamental.

Muy pronto se empezará a construir una plataforma piloto, con un aerogenerador de 2 MW de potencia, y se instalará en Canarias. Se trata de un modelo a escala, ya que el proyecto está dirigido a soportar aerogeneradores flotantes de 16MW que se fondearían a gran distancia de la costa.

Salazar prevé que los primeros modelos comerciales empiecen a instalarse en 2026 y calcula que la Gazelle costará la mitad que las plataformas con las que va a competir y el gasto de instalación será un 60% inferior, lo que proporciona ahorros muy superiores al millón de euros por megavatio de potencia. Un dato muy relevante para el ingente volumen de inversión que está a la espera de este negocio.

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