La compra colectiva tienta a los comercios cántabros

Internet se lo pone cada vez más fácil a los compradores inteligentes, a esos que en lugar de hacer cola en la taquilla navegan por la red para pagar menos que el de al lado por viajar en su mismo avión o dormir en la habitación contigua. Primero llegaron las ofertas de última hora y la venta anticipada, después los rastreadores de precios y ahora las plataformas de compra colectiva que permiten disfrutar de planes divertidos como una cena gourmet, un concierto o una escapada romántica con increíbles descuentos respecto a las tarifas oficiales.
Estas empresas de comercio on line parten del concepto de que cualquier plan resulta más barato cuando se hace en grupo, de ahí que busquen un número mínimo de clientes individuales para que, actuando conjuntamente, se beneficien de la fuerza de comprar en equipo.
El usuario obtiene el mismo servicio a un precio mucho más barato y, a cambio, el comercio que lo oferta se da conocer gracias a la viralidad de internet y de las redes sociales (Facebook, Tuenti, Twiter, etc) y se asegura un volumen de clientes que, de quedar satisfechos tras su primer contacto con el establecimiento, querrán repetir en el futuro.
Cada día, la plataforma de compra colectiva plantea varias ofertas de ocio y el comprador dispone de 24 horas para comprar. Si en ese tiempo no aparece un número mínimo de interesados –generalmente entre veinte o treinta personas– la promoción no se hace efectiva. Pero solo debe darse prisa a la hora de sumarse ya que después dispone de seis meses para canjear el cupón descuento que ha adquirido a través de la red por el servicio que va a disfrutar en un restaurante, un hotel o un centro de estética.
Para conocer las ofertas diarias, los clientes pueden entrar directamente en la web de la empresa de compra colectiva o suscribirse a ella para recibir la información en su correo electrónico.
La crisis está potenciando este negocio de los cupones descuento, tanto en su versión electrónica como en papel, ya que en países como Estados Unidos también causan furor los que se recortan de los periódicos y se entregan en los supermercados para ahorrar en la cesta de la compra.
En España, la compra colectiva ya mueve 12 millones de euros y, frente a la atonía que afecta a la mayoría de los sectores, avanza a velocidad supersónica. Un buena muestra es la evolución de la web pionera de la compra colectiva en España y Europa, Lets Bonus, que en solo un año y medio ha pasado de 4 empleados a 350 y mantiene un crecimiento mensual del 50%, con más cuatro mil comercios asociados en España, en varias categorías: cuidado personal; belleza; espectáculos; diversión y entretenimiento; actividades y planes de viaje.

Solución para dinamizar el comercio local

Los comerciantes santanderinos están dando la bienvenida a este novedoso sistema de compra por considerarlo un potente canal de promoción publicitaria a través de la red y un imán para atraer a nueva clientela que, en tiempos tan difíciles como los actuales, no les exige inversión inicial, sólo un porcentaje sobre las ventas que generan.
Miguel Vicente, fundador de Lets Bonus, confirma la buena acogida que están encontrando e insiste en que esta estrategia es igual de útil para los comercios de ciudades pequeñas como Santander, donde la compañía acaba de aterrizar, como para los que operan en grandes núcleos urbanos. Lo único que cambia, explica, es el número de promociones que se ofertan a diario y el potencial de compradores, que se adaptan al tamaño de la población. Así, mientras esta plataforma oferta unos diez planes diarios en Madrid, con un potencial de entre 200 y 500 compradores por servicio, en Santander ofrece dos o tres alternativas al día, a las que deben sumarse un mínimo de entre 20 y 40 personas.
Maite, responsable de un centro de belleza de Santander, no había oído hablar de esta fórmula pero se animó a participar en cuanto se lo propusieron porque confía en las nuevas tecnologías y sabe, por compañeras del gremio, que en ciudades como Madrid funcionan con éxito.
Antes de conocer la demanda que van a registrar sus tratamientos para adelgazar, Maite no oculta su preocupación por poder atender a tantos clientes como puedan acudir animados por los descuentos. No obstante, probar suerte con este sistema no le exige ningún cambio en su forma de trabajar, ya que siempre ha tenido por costumbre ofrecer una demostración gratuita antes de comenzar los tratamientos. “Dar para luego recibir es un lema que siempre me ha funcionado”, explica.
Los verdaderos beneficios de este negocio, en opinión de Maite, no se generan con la promoción sino después: “Haces una sesión a bajo coste, casi gratuita, de forma que te conozcan y se planteen volver, pero el verdadero negocio es posterior”.
Una impresión que comparte el máximo responsable de Lets Bonus, que estima que el establecimiento asociado suele ingresar hasta un 30% más por los servicios complementarios que el cliente demanda tras su visita inicial.

Plataforma publicitaria

Con independencia de las ventas que consigan, estas webs de compra electrónica ayudan a los comercios a encontrarse con su clientela potencial, de ahí que el directivo de Lets Bonus aclare que “las promociones diarias sólo son la punta del iceberg de una campaña de publicidad mayor”. Ellos mantienen que a cada uno de sus planes suelen sumarse entre 500 y 5.000 personas pero que otras 15.000 o 20.000 lo ven.
Su compañía, de origen catalán, está presente en seis países europeos y en 28 ciudades españolas, y selecciona los establecimientos asociados a través de asesores locales. Dicen que lo hacen “cuidadosamente”, para responder al perfil de su clientela, compuesta en su mayoría por personas con poder adquisitivo medio-alto y edades comprendidas entre los 25 y los 45 años, el 60% de ellos mujeres. Un ejemplo es el centro de talasoterapia del Hotel Real que, a través de esta plataforma de compra colectiva, ofrece circuitos termales adelgazantes y anticelulíticos. Cristina, encargada del Talasso Real, lo define como un buen canal de promoción y valora más la publicidad que el margen de beneficios que reporta.
“No ganas mucho dinero pero logras traer a bastante clientela al centro”, suscribe Luisa, responsable de la firma santanderina de salud y belleza, Cronovital, que oferta tratamientos de belleza faciales y corporales, como la cavitación o la radiofrecuencia y plataformas de vibración (power plate) para mejorar la forma física. Habla por experiencia, ya que lleva desde febrero colaborando con empresas de compra colectiva.
El ahorro es el gancho que logra despertar a una clientela que estaba dormida pero, una vez creada la rutina, el cliente acude al portal cuando necesita hacer un regalo o quiere darse un capricho. La propia Lets Bonus se desmarca del concepto de cupón descuento y prefiere verse como una agenda de ocio que sugiere alternativas para ocupar el tiempo libre con planes divertidos y diferentes, como subir en globo o pilotar un Formula 1. Lo cierto es que ya está ensayando con viajes de larga distancia a destinos como Turquía y no le costará mucho ampliar su catálogo si se tiene en cuenta que, apoyándose en los 2,5 millones de suscriptores que ya tiene, ha llegado a vender 1.200 habitaciones de hotel en 24 horas.

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