PANORAMA INTERNACIONAL

La gran cuestión sobre Warren Buffett
Es un espectáculo ver cómo Warren Buffett, el mayor inversor del siglo XX, explica sus inversiones multimillonarias a partir de ejemplos en los que él mismo aparece como un granjero de Nebraska apoyado en el porche de su casa.
Desde 1965 el sistema de activos por acciones del fondo que preside, Berkshire Hathaway, ha crecido a una media anual del 203 %, más del doble del retorno que ofrece, incluyendo dividendos, el índice bursátil S&P 500.
Buffett, no obstante, ha sido víctima de su propio éxito. En 38 de 44 años, las acciones de Berkshire Hathaway han superado el S&P 500. Pero no es omnisciente y, en 2008, sus inversiones cayeron un 9,6% y el precio de las acciones se rebajó un tercio. Como ha admitido en una carta a los accionistas, ha cometido errores como sobrevalorar el precio del petróleo o dejar la empresa sobreexpuesta a la financiación.
Buffett tampoco es inmortal y, a los 78 años, ésta no es una preocupación banal y crecen las murmuraciones sobre quién va a sucederle. Él parece haber aprendido la forma de manejar el asunto de la Parábola de los Talentos. Hace dos años dijo que dejaría a cuatro posibles sucesores 5.000 millones de dólares y después juzgaría sobre sus inversiones, aunque no se ha vuelto a saber nada sobre el asunto.
En cuestiones de vida o muerte, debería ser más franco. Sería sensato que anunciara a sus inversores que hay un plan de sucesión en marcha. Él es un fenómeno, pero nadie, ni siquiera él, puede mantener en vilo al mercado eternamente.
Financial Times

EE.UU de vuelta a sus raíces
Encuestas recientes muestran que los votantes republicanos tienen más miedo al Gobierno que a las grandes empresas, mientras que con los demócratas ocurre a la inversa. La política antimonopolio, en la que el Gobierno debe decir lo que es o no libre competencia, es clave para los partidos. La actitud beligerante que va a adoptar la Administración Obama al respecto es esperada, pero no para darle la bienvenida.
La responsable de esta política ha puesto de relevancia el daño causado por la cartelización en los años 30 y su enfoque se basa en la rica tradición antimonopolio del país y la posibilidad de disminuir la búsqueda de la jurisdicción más favorable o forum shopping.
Aunque estas ideas puedan ser más viejas que la Luna, ir a cara de perro en la protección del consumidor sigue siendo la manera correcta de considerar cuándo y cómo deben actuar las autoridades de libre competencia. La investigación antimonopolio debe dirimir si los grandes márgenes de beneficio de los bancos americanos en el pasado procedían de la escasa competencia. En el sector tecnológico, algunas empresas tienen claras posiciones de poder y sus prácticas deben ser seguidas de cerca; lo mismo que, por cierto, debería ocurrir en cualquier otra industria.
Financial Times

A vueltas con el CO2
El primer ministro australiano acaba de anunciar que retrasará la puesta en marcha de su proyecto Pónle un Tope y Véndelo para el comercio de derechos de emisión de CO2. La propuesta habría supuesto 11.500 millones de dólares en impuestos en los dos primeros años, habría aumentado los precios alrededor de un 1,1% y recortado el 0,1% del PIB anual, hasta por lo menos el 2050.
Al primer ministro le ha fallado el apoyo de empresas y particulares, antes entusiasmados por el invento pese a que las ganancias ecológicas eran ridículas, pues Australia solo aporta el 1,5% de las emisiones mundiales de efecto invernadero. El patinazo le ha supuesto un apuro pero aún podría seguir adelante, dado que lo prometió en la campaña electoral y el alto número de votos que obtuvo haciendo una campaña al estilo de apóstol anti-CO2.
No es más que otro ejemplo de cómo los políticos hacen caja del entusiasmo anti-CO2 para descubrir después que el apoyo disminuye cuando los costes que tiene su puesta en práctica se vuelven claros y cristalinos.
Wall Street Journal

Malos bancos
Tras vacilar durante meses sobre qué hacer con los fondos tóxicos, en Berlín han decidido meterlos en el congelador, permitiendo que se transfiera esta basura a los malos bancos durante 20 años. Su esperanza es que cuando llegue el día del deshielo, los cadáveres estén mas frescos que cuando entraron.
Al retrasar su reconocimiento, el Gobierno alemán va a impedir una clase de contabilidad que pavimentase el terreno para la recapitalización de los bancos y para la salida, en segunda velocidad, del sistema financiero.
De acuerdo con la ley recién aprobada, las instituciones financieras podrán aparcar sus activos tóxicos a un 90% de su valor contable en estos bancos malos. Este 10% de recorte es quizá la mejor parte del plan y asegura que los bancos se apunten desde la primera ronda.
En estas estructuras contables fuera de balance se emitirán bonos garantizados por el Estado con un plazo de carencia de 20 años para tapar agujeros en los libros de cuentas.
En los 90, Japón ya demostró que los bancos zombis son muy caros a largo plazo, sobre todo cuando hay estancamiento. Lo mejor sería liquidar a los accionistas, darles un buen corte de pelo a los acreedores y poner los activos que queden en manos privadas.
Wall Street Journal

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