Ascentic crea una promotora de nuevas iniciativas en el campo de la informática
“Ser generalistas, pequeños o actuar exclusivamente en el mercado local son los problemas que se enfrentan empresas como las nuestras”, reconoce Vicente Alciturri, presidente de Ascentic. Y, una vez hecho el diagnóstico, parecen más dispuestas a buscar soluciones conjuntas que en cualquier otro sector. De hecho, Ascentic se ha convertido no sólo en un lobby de intereses gremiales, sino en un foro de reflexión en el que las empresas tecnológicas cántabras desnudan sus carencias en público, algo que podría parece contradictorio con la aparente condición de competidores entre sí. En la práctica, los terrenos de juego de cada una están cada vez más diferenciados y son más las veces que surgen oportunidades de colaboración que las de competencia por un mismo contrato.
Aflorar las iniciativas latentes
De estas circunstancias ha surgido en Ascentic el clima adecuado para la creación de un vivero de iniciativas, destinado a desarrollar aquellas ideas latentes que se generan en casi todas las empresas y que no se plasman en la práctica por falta de tiempo o de los recursos económicos y humanos necesarios.
Abazon tratará de sacar del cajón de las empresas esas ideas que nunca llegaron a aprovecharse, valorará la viabilidad de cada una de ellas y dispondrá de los medios para ponerlas en marcha, apoyando con inversiones a la compañía donde se ha generado o buscando otros socios tecnológicos para su desarrollo. De esta forma, la promotora no necesitará mover un volumen de recursos económicos muy elevado para activar el mundo de las nuevas tecnologías de la información en Cantabria.
El presidente de Ascentic sostiene que es un paso más en el profundo cambio de mentalidad que está viviendo su sector y que ha propiciado ese salto desde la competencia a la colaboración: “Nuestro mercado ya no está en Cantabria, sino en Madrid o en México. Cantabria es una gota en un océano”, añade refiriéndose al salto de las pequeñas fronteras regionales que ya han dado muchas de las compañías de Ascentic, con más éxito del que cabía imaginar en un sector, el del software, donde el componente tecnológico es tan alto.
Alciturri hace introspección en su propia experiencia y reconoce que “con esta interacción, mi empresa (Semicrol) ha alcanzado un nivel de madurez que no había conseguido en veinticinco años, tanto en comités de dirección, en la comunicación de arriba abajo, en el ámbito laboral, en el técnico, en el de mercado, en las certificaciones… Porque todas las experiencias se comparten”.
Las muchas horas de debate y reflexión conjunta han propiciado un nivel de confianza entre empresas desconocido en cualquier otro sector, del que, incluso, han surgido propuestas de fusión.
Una nueva óptica sobre el negocio informático
Pero, probablemente, lo más significativo que han deparado estos encuentros haya sido el cambio de mentalidad sobre el propio negocio, que ya no se ve desde la óptica del especialista en informática, sino desde la del empresario. Y eso ha provocado que, cada vez más, las compañías se orienten hacia servicios de mayor valor añadido, convirtiéndose en empresas de proyectos, con capacidad de estudiar las necesidades de sectores o de clientes concretos y de dar soluciones específicas: “Hemos salido de la soberbia tecnológica”, dice Alciturri, “que, además de impedir hacer estrategias, creaba una notable dificultad de entendimiento entre el proveedor y el cliente”, añade.
Las que se conocen como TICs (empresas dedicadas a las tecnologías de la información) están ahora mucho más pendientes de comprender las necesidades del cliente y han pasado de la venta del producto informático a la consultoría, “porque la cadena de valor crece a medida que uno se aproxima al cliente”, dice Alciturri. La constatación más evidente es el hecho de que muchas tareas de programación que antes solo parecían posibles en los países más avanzados del mundo se hacen ahora en Paquistán o la India, mientras que las multinacionales más conocidas se reservan para sí los trabajos de asesoría.
Las empresas tecnológicas agrupadas en Ascentic suman ya 1.500 trabajadores y una facturación conjunta superior a los 100 millones de euros (en esta cifra no se incluyen los datos regionales de Ono y Vodafone, que también están asociadas). Y más de la mitad de esta facturación se consigue con clientes que no son de Cantabria, con ejemplos tan motivadores para el sector como el de Quiter, un fabricante de software para concesionarios de automóviles que ha llegado con su producto a numerosos países y tiene una fuerte presencia en Argentina o México.
La profunda evolución de las TICs en los últimos años ha llevado a que los técnicos informáticos tengan cada vez más relación con el cliente o participen en más acciones comerciales, pero, también, a la incorporación de numerosos profesionales que no provienen del mundo de la programación, ni siquiera de las tecnologías. “Aunque estamos esperando las primeras promociones de ingenieros informáticos, que son los auténticos especialistas desde el origen, el sector busca, sobre todo, gente con talento y personas que puedan evolucionar”, indica Alciturri al definir el perfil profesional más demandado por las tecnológicas, donde el sentido empresarial pesa cada vez más.
El espejo del futuro
Ascentic se prepara ahora para hacer su segundo Plan Estratégico, en el que los socios tratarán de anticiparse a su futuro, haciendo un retrato de cómo ven sus empresas dentro de sólo tres años. No parece mucho tiempo, pero la realidad es que los negocios de la mayoría están evolucionando por rumbos ajenos a los que presumían. Es posible que tampoco ahora sea fácil acertar, pero de la reflexión permanente a la que se somete este sector han salido algunas convicciones de cara a la supervivencia, entre ellas que es imprescindible internacionalizarse o que es mucho más eficaz buscar estrategias colectivas que hacer la guerra por cuenta de cada uno.
Para la fecha que se fija este Plan Estratégico, unas cuantas de las empresas del sector estarán ya asentadas en el Parque Tecnológico, lo cual va a suponer un salto cualitativo, por la disponibilidad de mayor espacio físico –muchas han agotado el que disponen en la actualidad– y por la percepción psicológica de que el sector adquiere la masa crítica suficiente para su despegue. Ascentic ha sido uno de los impulsores de este Parque y ha tratado de reconducir el proyecto cada vez que amenazaba con derivar hacia en un mero polígono industrial con empresas de todo tipo. La patronal de las TIC se siente orgullosa del resultado final, aunque cree que la repercusión del suelo (unos 250 euros/metro cuadrado) no es suficientemente barato para las necesidades de un sector que necesita capitalizarse y cuya inversión final por metro operativo sextuplica esta cifra.