Grupo Irons, diez restaurantes en siete años

David Vidal de la Peña y Andrea Goyenechea abrieron su primer Irons en 2015 y ya tienen una cadena

David Vidal de la Peña y Andrea Goyenechea son un equipo, no solo como matrimonio, sino también al frente del Grupo Irons, que en siete años de vida ha acumulado diez locales repartidos entre Somo y Santander y da empleo a 90 personas. 2021 ha sido un año clave para este grupo hostelero que, a pesar de la difícil situación, apostó por abrir seis restaurantes y facturó más de tres millones de euros, una cifra que espera superar este año. A corto plazo pretende expandir sus hamburgueserías Irons por la región y franquiciar la marca.


Somo, y todo el municipio de Ribamontán al Mar, es un destino perfecto para jóvenes y familias que llegan atraídas por el surf y sus paisajes naturales. También reúne muchas segundas residencias y es una localidad a la que cántabros de toda la región se escapan a pasar el día. Por ello, en 2015, el matrimonio formado por David Vidal de la Peña y Andrea Goyenechea, junto con la madre y la tía de ésta (María Luisa y María Reyes de Beraza), apostaron por abrir un negocio de hostelería dirigido a un público amplio. Así nació el Irons Burger Grill, una hamburguesería inspirada en los restaurantes americanos.

Sus hamburguesas a la parrilla y la decoración surfera tuvieron una gran aceptación desde sus comienzos y el primer año facturaron unos 300.000 euros. La aventura acababan de comenzar.

Dado que mucha gente de Santander cruzaba la bahía para acudir al Irons, en 2017 decidieron abrir un restaurante idéntico en la capital de la región, que recibió la misma buena acogida.

Crecimiento rápido, pero con obstáculos

En 2018, les surgió la oportunidad de adquirir otro local en Somo, justo a la espalda del que ya tenían, y decidieron probar suerte con la comida mexicana bajo el nombre Irons Tacos.

“A pesar de la cantidad de gente que visita Somo, considerábamos que la oferta hostelera era muy ‘lo de siempre’, y decidimos continuar la apuesta por un tipo de comida que atrae a jóvenes y familias”, explica Vidal de la Peña.

Reconoce que la personalidad del local, que había sido una discoteca, su decoración y ambiente han colaborado en el éxito tanto como su comida y sus cócteles.

Una hamburguesa del Irons Grill Burger, la marca estrella del grupo.

Siguiendo la premisa de ofrecer una comida rápida pero diferente y de calidad, a principios de 2020 adquirieron otro local más en Somo para abrir una pizzería. La llegada de la pandemia desbarató sus planes y la nueva enseña, Angelo’s Pizza, especializada en pizza napolitana hecha en horno de leña, tuvo que esperar hasta ese verano para abrir sus puertas.

El coronavirus trajo tiempos muy difíciles para la hostelería y el Grupo Irons no fue una excepción. “Por aquel entonces nuestros restaurantes iban como un tiro, pero con la pandemia llegó el desastre: tiramos mucho dinero a la basura (por la pérdida de materias primas), no había ayudas mucho más allá de los créditos…”, recuerda Vidal de la Peña, que revela que durante el confinamiento se dedicaron a potenciar el marketing. No solo rediseñaron su packaging sino que decidieron sus campañas publicitarias y convertirse en uno de los patrocinadores oficiales del Racing.

Aunque antes de la pandemia, la hamburguesería Irons de Santander ya hacía reparto a domicilio, la nueva normalidad les empujó a implantar este servicio en sus restaurantes de Somo.

“Abrimos nuestros locales en cuanto pudimos y, al principio, perdimos mucho dinero, porque la gente todavía tenía mucho miedo y reticencias a la comida hecha fuera de casa, pero no desistimos y creo que esa fidelidad al proyecto nos ha hecho seguir adelante”, relata el empresario.

Seis aperturas en un año difícil

A pesar de las incertidumbres provocadas por la crisis sanitaria, el Grupo Irons no dudó en mantener la estrategia de crecimiento, especialmente en 2021, año en el que su número de locales pasó de cuatro a diez.

La primera apertura fue a principios de año, cuando inauguraron el Café de Velarde en una de las transversales de la Plaza Porticada de Santander. Vidal de la Peña justifica su apuesta: “Nos surgió esta oportunidad y nos pareció que su gran terraza nos podía ofrecer un poco de aire en esta época tan convulsa”. Además de cambiar el nombre del negocio, le hicieron un lavado de cara más acorde con su marca, pero mantuvieron su esencia. A medio camino entre bar y cafetería, dispone de una gran oferta para cualquier hora del día, desde los desayunos y cafés matinales, una buena selección de pinchos y raciones para el mediodía, meriendas y platos combinados y sandwiches.

La terraza de El Café de Velarde, local por el que apostaron precisamente por este espacio exterior.

Poco después, abrieron lo que consideran “la joya de la corona”: La Brava, en Somo, también con una gran terraza. “La Brava es nuestro capricho, porque es un restaurante de categoría, que se sale de nuestra línea de cocina rápida”, revela el empresario. Su oferta gastronómica está basada en la cocina clásica, con un toque moderno, y diferente que le da el cocinero Rodrigo Osorio.

Debido a sus experiencias en Filipinas, decidieron apostar por la comida asiática, cubriendo un hueco que, hasta el momento, no estaba explotado en Cantabria y abrieron el restaurante Kint-Su, también en Somo. Su especialidad son los noodles y el ramen, dos de las tendencias gastronómicas del momento.

Pocos meses después, y siguiendo la estela de lo que habían hecho con la hamburguesería Irons, abrieron otras dos réplicas de sus restaurantes de Somo en Santander.

La primera fue otro Angelo’s Pizza, en Valdenoja. “Aunque en Santander hay una gran oferta de pizzas, y muchas son muy buenas, ninguna es la napolitana, y decidimos cubrir esa carencia”, explica el emprendedor, que agrega que desde los ingredientes de las pizzas a las cervezas se importan de Italia.

Después llegó el segundo Kint-Su, en pleno centro. Un pequeño local que, aunque tiene alguna mesa, está enfocado a la comida para llevar.

La sexta y última apertura se produjo el pasado diciembre, cuando decidieron revivir la emblemática cafetería La Mundial, tras cuatro años cerrada. A pesar de haber actualizado la fachada, el interior y su oferta gastronómica, han tratado de mantener su esencia de cafetería clásica y, como en el caso de El Café de Velarde, cubren desde los desayunos a las meriendas.

La variedad de sus locales les permite llegar a todo tipo de públicos. “Cada restaurante tiene el suyo, pero mayores y pequeños pueden encontrar algo que les guste en cada una de nuestras cartas”, asegura el empresario.

A pesar de su gran crecimiento durante 2021, año en el que su facturación ha superado los tres millones de euros, no todo han sido alegrías para el grupo hostelero. “El invierno de 2020 fue duro, especialmente por los cierres que se produjeron, pero el de 2021 ha sido aún peor”, se lamenta el empresario.

A los continuos cambios en la normativa covid, en la que parecía no llegar nunca el uso de interiores, se le sumó la gran escalada de los precios de la electricidad y el gas. El empresario que en algunos de sus locales han llegado a pagar 3.000 euros al mes de factura eléctrica, más del triple de lo que les solía costar.

Clientes cenando en la hamburguesería Irons de Santander.

El precio de las materias primas también ha ido subiendo desde finales de 2021, lo que ha repercutido en la economía del grupo. “Hasta febrero o marzo no hemos empezado a repercutir esa subida a los clientes, por lo que hemos perdido dinero durante meses”, se lamenta.

“En condiciones normales el Grupo Irons podría ir tres veces mejor que ahora, lo que se traduciría en el triple de empleo”.

A pesar de las dificultades de la hostelería para encontrar personal, el Grupo cuenta con unos 70 trabajadores, que llegan hasta los 90 en verano. “Que entre 70 y 90 personas vivan gracias a mi labor de emprendimiento es todo un orgullo”, enfatiza Vidal de la Peña.

Preparación y futuro

Al analizar la receta de su éxito, Vidal de la Peña lo tiene claro: “Además de la calidad de nuestros productos, las recetas que usamos y el ambiente de nuestros locales hacen que los clientes vivan experiencias y eso nos diferencia de nuestra competencia”.

Aunque ni él, que venía del sector de los seguros, ni su mujer y socia, Andrea Goyenechea –que se había dedicado sobre todo al sector textil–, tenían un gran conocimiento del mundo de la hostelería, eso no les ha impedido alcanzar el éxito.

No ha sido una casualidad. Previamente se plantearon una labor de aprendizaje, viajando a distintos países y ciudades para aprender las mejores recetas. “Detrás de muchos de nuestros platos hay una historia”, revela Vidal de la Peña.

“Gracias a estos viajes, nuestro sandwich cubano sabe igual que el original que puedes comer en Miami, el pastrami es igual que el mejor de Nueva York y las pizzas del Angelo’s son como las de Nápoles, donde aprendimos a prepararlas”, recalca el empresario.

Entre los objetivos para este año, destacan la consolidación de lo que han ido consiguiendo, alcanzar los cuatro millones de euros de facturación y continuar con una idea que tenían desde antes de la pandemia, expandir sus hamburgueserías. “La marca Irons Grill Burger es la más potente, el motor de todo, y por eso vamos a potenciarla”, adelanta el empresario.

Para ello, han abierto un nuevo local en Suances, bajo un concepto algo distinto –el Irons Smash Burger­– un locales más pequeño y enfocado hacia la comida para llevar.

Esperan que sea el germen de otros locales similares que hagan de puente para llegar a convertir su marca más conocida en franquicia. Esto les permitirá expandirse por toda la geografía nacional, incluyendo por supuesto, Madrid, como ya han hecho otros hosteleros de la región.

María Quintana

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