STOL: los muebles artesanos a medida con sello cántabro

Los hermanos Adrián y Samuel Martínez han dado un paso más allá en el negocio familiar y han creado su propia marca

En un momento en el que los muebles de una archiconocida marca sueca predominan en muchos hogares, dos jóvenes cántabros –Adrián y Samuel Martínez– han apostado por la parte del público que busca un producto más personalizado y artesanal. El resultado de su trabajo son muebles sólidos, duraderos y en muchas ocasiones únicos, que además implican una mínima huella en el medio ambiente. Aunque su sede principal está en Heras, también cuentan con una tienda en Las Rozas, donde hacen las delicias de decoradores y otros profesionales del sector.


Aunque apenas se llevan un año, los hermanos Martínez se definen como dos personas muy distintas. Tanto es así que estos dos jóvenes, naturales de Navajeda, no tenían pensado trabajar mano a mano, tal y como hacen ahora.

Adrián es ingeniero de Caminos y pronto se trasladó a Madrid, donde trabajaba en una consultora tecnológica. Samuel empezó a trabajar muy joven en la empresa de su padre, Campoloco, dedicada a la importación y venta de muebles de teca y elementos de decoración de India e Indonesia.

Atraidos por el mundo de los muebles en el que su padre había comenzado años atrás y viendo que a un sector de la población le interesaban más los muebles hechos a medida, en 2016 tuvieron la idea de fabricar los suyos propios y se lanzaron a la aventura, con una recién estrenada tienda en Las Rozas (Madrid), que complementaba la de Heras. “Empezábamos sin un duro. Cada vez que nos encargaban algo, mi hermano compraba las maderas y las llevaba a un carpintero para que nos lo hicieran”, explica Adrián, que añade que gracias a un pedido de un restaurante de la capital que encargó unas quince mesas, pudieron comprar la maquinaria necesaria para montar su propio taller en Cantabria.

Nacimiento de STOL

El nombre de la marca, STOL (del inglés de Short Take-Off and Landing, que significa ‘despegue y aterrizaje cortos’),​ es el concepto usado en aviación para referirse a un movimiento del avión que se hace aprovechando las leyes de la inercia. “Es un poco lo que queríamos nosotros: probar, dejarnos llevar”, explican.

Y así, sus diferencias sirvieron para que STOL despegara. Samuel se dedica a la parte más operativa (taller y logística). “No puede estar parado, le gusta estar haciendo cosas. Y vale para todo, lo mismo hace de carpintero, que de soldador”, le describe su hermano Adrián, más dedicado a la parte comercial y de estrategia, además del creador de la página web. “Yo soy más de ordenador”, revela entre risas.

Algunas de las mesas que fabrican los hermanos Martínez en STOL.

Mientras Adrián gestiona todo desde Madrid, donde vive, Samuel hace lo propio en el campamento base, situado en Heras, donde está su taller y su centro logístico.

Además de ellos, cuentan con cuatro trabajadores en el taller de Heras, un comercial en cada tienda y una persona de comunicación y marketing, que acaba de empezar, pues la mejora de esta parte del negocio es uno de los objetivos de los jóvenes cántabros.

Creación de muebles

Los hermanos relatan que sus primeras piezas, mesas en su mayoría, surgieron de inspiración en ideas de Instagram o Pinterest. Sin embargo, poco después se lanzaron a crear diseños propios, muchos de ellos sugeridos incluso por los propios clientes. “Internamente muchas piezas se llaman como los clientes que las pidieron o utilizando sus iniciales”, explican.

Hasta el momento, han vendido entre 2.000 y 3.000 muebles. La gran mayoría, han sido únicos. De hecho, uno de sus objetivos es actualizar la página web (en la que solo figuran algunos modelos de mesas y la posibilidad de encargarla de la medida que se desee)e incluir su extenso catálogo de muebles, en el que figuran aparadores, muebles de tele, baldas, sillas, barras de bar y un largo etcétera. ”A lo mejor todo el catálogo no se puede parametrizar como las mesas, pero al menos servirá para dar ideas de lo que hemos hecho y podemos hacer”, observa Adrián.

Un espejo hecho por la firma cántabra.

Los tipos de madera con los que trabajan habitualmente son castaño asturiano, roble europeo y nogal americano (de EEUU y Canadá), pero también suelen tener otros tipos de madera fuera de carta, que van variando. Ahora mismo disponen de bastante nogal español, pero en otras ocasiones utilizan olmo u otras variedades.

Cada producto tarda en fabricarse en torno a cuatro semanas, ya que el proceso es muy artesanal. El precio medio de una de sus mesas oscila entre 1.800 y 2.500 euros, pero relatan cómo han fabricado muchas de 8.000 o 9.000. “Nuestros muebles son productos de alta gama, resistentes, duraderos y con una mínima huella en el medioa ambiente”, aseguran y añaden que son accesibles para una persona de clase media alta, aunque una parte minoritaria de sus clientes son “personas con un altísimo poder adquisitivo (empresarios, futbolistas…)”.

Aunque venden en toda España, el 60% de su facturación actual procede de Madrid. “Donde más vendemos es en la zona noroeste de Madrid (Boardilla, Torrelodones, Pozuelo, Majadahonda, Las Rozas, La Moraleja…), ya que son casas grandes donde encajan nuestros productos. También en Madrid Centro, en Cantabria y, a través de la web, en Barcelona”, precisan.

Los cántabros consiguen a muchos clientes a través de internet, pero aseguran que el boca a boca tienen su mejor publicidad.

Recientemente, la firma cántabra ha sido seleccionada para participar en la lanzadera de start ups puesta en marcha por Juan Roig. Emocionados con esta oportunidad, los hermanos Martínez esperan que les sirva para profesionalizar la parte de marketing de su empresa, aplicar en cierto modo el método de calidad total de Mercadona a su negocio y testar un modelo de descentralización de su taller para poder seguir creciendo.

María Quintana

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