Semillas de patata cultivadas sin tierra

Gracias a la biotecnología, Edyma producirá en Secadura un millón de tubérculos al año

Una empresa de biotecnología creada en Córdoba, Laboratorios Edyma, va a trasladarse a Cantabria para desarrollar un proyecto de cultivo aeropónico de semillas de patatas. Los tubérculos producidos con esta técnica se van a comercializar entre los productores de patatas de Castilla León y Alava, y serán exportados a otros países. Edyma ha sido premiada por Sodercan como mejor empresa tecnológica.


En pocos meses, Cantabria va a pasar de no contar con ninguna empresa que se dedique a la producción de patata de siembra a situarse a la cabeza de una técnica pionera en este campo, gracias a la producción aeropónica de estas semillas.

Una empresa de biotecnología cordobesa, Edyma, la única en España que aplica ese método de cultivo para la patata con fines comerciales, va a trasladar su sede a Cantabria. De hecho ya lleva tiempo trabajando en esta comunidad, atraída por unas condiciones climatológicas idóneas para que estas semillas –cultivadas ‘in vitro’ en el laboratorio pero desarrolladas después en invernadero– culminen su proceso sin riesgos de contaminación. Un peligro que se minimiza aún más por las especiales característica del cultivo aeropónico, en el que se prescinde del sustrato de tierra que habitualmente se emplea en los invernaderos.

Más eficiente

En el cultivo aeropónico, las raíces de los tubérculos están al aire, evitando así los riesgos de enfermedades y de contaminación que supone el contacto con la tierra. La nutrición de estas semillas se hace mediante microaspersores y nebulización, ya que las pequeñísimas gotas de agua sirven de vehículo a los fertilizantes que necesita la planta. Como esas gotas recirculan, el aprovechamiento de los nutrientes y el ahorro de agua es máximo.

Las semillas de patata se cultivan aeropónicamente, es decir, sin tierra, lo que permite una recolección muy sencilla, eligiéndolas, además, por tamaño.

Al estar los tubérculos expuestos a la vista, la recolección de las semillas se hace atendiendo a su tamaño, de manera que se consigue una cosecha muy homogénea.

Otra de las ventaja del sistema aeropónico es la reducción del espacio para el cultivo de estas semillas, frente al método tradicional. “En menos espacio ponemos más plantas por metro cuadrado”, explica Edgar Hazas, fundador de Edyma junto a Mª Angeles García. “Además, la misma planta a nosotros nos produce un mínimo de 20 tubérculos, mientras que en el campo o en invernadero con sustrato está en cinco o siete, así que la eficiencia por metro cuadrado es bastante elevada”, concluye este joven biólogo, nacido en Cantabria, y que con el traslado de la empresa a su comunidad de origen va a poder continuar desarrollando los trabajos en su propia tierra.

Nave e invernaderos en Secadura

Para su traslado a Cantabria Edgar y Mª Angeles han elegido una finca en Secadura en la que van a levantar un invernadero de 4.000 metros cuadrados y una nave de 500, donde instalarán el laboratorio y un almacén con cámaras frigoríficas, zonas de selección de los tubérculos y envasado.

Con estas instalaciones, en las que invertirán medio millón de euros, Edyma tendrá una capacidad de producción de un millón de tubérculos anuales con los que abastecer a las cooperativas de producción de patata de siembra de Castilla-León y de Alava, que es donde se encuentra la mayor parte de los potenciales clientes. La proximidad a esos productores es otra de las razones que explican la elección de Cantabria para reubicar la nueva sede de la empresa.

Las semillas de patata que se cultiven en Secadura también se exportarán, ya que Edyma cuenta con clientes en Bélgica, Dinamarca y Argelia.

El proyecto comenzó de manera experimental en 2014,  aprovechando la cesión de un invernadero en Rada (Voto) por Viveros Barbas. Ya en 2015 se alcanzó una producción de 180.000 tubérculos, que se duplicó el pasado año. En este experimento de cultivo aeropónico, Edyma ha investigado con 22 variedades de patatas, las que tienen un mayor interés comercial, pero sus trabajos sobre este tubérculo se han extendido también a otras facetas. “Hemos colaborado con el Parque Nacional de Sierra Nevada en un proyecto de recuperación de una patata autóctona, la copo de nieve” explica Mª Angeles, también bióloga. “Estaba prácticamente extinguida y nosotros la hemos saneado y hemos entregado semillas para que puedan replantarla”.

Otras líneas de investigación

El cultivo aeropónico de tubérculos de patata es solo una parte de las líneas de investigación abiertas por Edyma. Este laboratorio de biotecnología ha comenzado a realizar cultivos in vitro de especies como el pistacho o el arándano, y en 2018 lo extenderán al azafrán y al ajo. El objetivo es producir en muy poco espacio millones de plantones que serán clónicos, con lo que se asegura la homogeneidad en el rendimiento futuro de las plantas.

Esta labor de investigación, que le ha valido el primer premio de Sodercan a las mejores empresas de base tecnológica, se ha podido financiar gracias al trabajo que también realizan como laboratorio de apoyo a la industria agroalimentaria. Una actividad a la que no van a renunciar pero que puede ceder protagonismo ante el potencial que encierra la aplicación del cultivo in vitro y aeropónico a un producto tan demandado como la patata. Y no solo para vender semillas, sino también para exportar tecnología.

Jesús Polvorinos

Suscríbete a Cantabria Económica
Ver más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Botón volver arriba
Escucha ahora