Manuel Pérez (WSP España): ‘No tiene sentido que la hora de ingeniería se pague a la mitad que la de un fontanero’

Santander está en condiciones de convertirse en la sede central de proyectos internacionales de ingeniería de gran envergadura. Así de seguro se mostró Manuel Pérez Sierra, responsable de la consultora de ingeniería WSP Spain, en una intervención en el Círculo Empresarial de Cantabria Económica. Además de hacer un breve repaso de los proyectos que ha realizado la oficina santanderina en todo el mundo, destacó que la Universidad de Cantabria es la fábrica de talento de la que se nutre su plantilla y lamentó que los trabajos realizados de los ingenieros españoles se valoren mucho más fuera que dentro del país.


La multinacional canadiense WSP ha demostrado que asentarse en una ciudad como Santander puede ser muy rentable. La empresa de ingeniería, que cotiza en la Bolsa de Toronto, cuenta con una delegación española con sede en el Pctcan y oficinas en Madrid y Oporto,  que realiza proyectos por todo el mundo. Suman 275 empleados, aunque el grueso de la plantilla está en Santander, 170 personas, la mayoría ingenieros formados en la Universidad de Cantabria.

El director de la compañía y máximo responsable de las filial ibérica, Manuel Pérez Sierra, destacó en la última edición del Círculo Empresarial de Cantabria Económica que la oficina cántabra ha realizado proyectos en 52 países, a raíz de la crisis de 2008, cuando el mercado interno prácticamente desapareció. Aunque las inversiones en infraestructuras en España se han ido recuperando, WSP se mantiene muy activa en el exterior, donde los proyectos pueden ser mucho más ambiciosos y reportan mayores rentabilidades, porque el trabajo de ingeniería se valora bastante más. Lo expuso sin paños calientes: “Uno de mis ingenieros puede ganar entre 90 y 120 euros por hora trabajada por revisar un proyecto y cuando vienen a España facturan 45 o 50 euros”.

Ese dato le sirvió para poner sobre la mesa la contradicción que vive nuestro país, “donde todos queremos que nuestros hijos realicen un trabajo intelectual, pero luego no estamos dispuestos a valorarlo”.

Durante la charla, reconoció que ha pasado muchas horas instando a sus compañeros –con tres e incluso cinco idiomas– a que valoren su labor ante clientes que pretenden pagar precios muy bajos por sus servicios. “Tenemos que trasladar a la gente que pensar es un bien escaso y caro”, insistió.

Sin desmerecer la importancia de otros oficios, expresó su disconformidad con que “a un fontanero le paguemos 80 euros por hora y queramos un trabajo de ingeniería por la mitad”.

Oportunidades en Arabia Saudí

El origen de WSP en Cantabria se remonta a 1987. Nació como Apia XXI, una consultora de obra civil especialista en carreteras y puentes. Casi una década después se adentró en nuevas áreas de negocio, algunas relacionadas con el transporte, como los túneles y los tendidos de ferrocarril, y otras completamente ajenas, como el agua y el medio ambiente.

En 2008, extendió sus servicios de consultoría a las energías renovables y en 2018, tras su integración en WSP, se aventuró con el sector industrial y la edificación. Pérez Sierra resumió el fin último de la consultora con unas pocas palabras: “Ayudamos a que tanto las compañías privadas como los entes públicos gasten el dinero lo mejor posible”.

Los asistentes del Círculo Empresarial de Cantabria Económica en las escaleras del Hotel Real.

La proyección internacional adquirida por la filial española de WSP no puede entenderse, a su vez, sin la que han realizado las grandes constructoras del país. Como reconoció Manuel Pérez, las empresas españolas son muy reputadas fuera. Por su tamaño, su buen hacer y su potente músculo financiero pueden acceder a proyectos de gran envergadura y catapultar a consultoras como WSP al plano internacional, algo que no hubiesen podido conseguir por sí mismas.

Estos trabajos han permitido a los ingenieros cántabros lograr adjudicaciones de alto valor añadido, como la ampliación del aeropuerto King Khaled de Riyadh (Arabia Saudí), con una inversión presupuestada de 750 millones de dólares. El objetivo de la oficina cántabra era resolver los problemas de capacidad de la terminal y convertir el aeropuerto en una instalación más moderna y comercial.

‘Queremos que nuestros hijos hagan un trabajo intelectual pero luego no estamos dispuestos a valorarlo’

Para afrontar este desafío, el cliente confió en una filial de ACS, una empresa india y otra árabe. “Tuvimos la suerte de que nos contrataron la redacción del proyecto junto con una gran empresa de arquitectura y, por la cabezonería de algunos, entre los que me incluyo yo mismo, conseguimos traer la sede central del proyecto a Santander”, relató Pérez Sierra.

La delegación de WSP trabajó en tiempo real con oficinas de San Francisco, Düsseldorf y Arabia Saudí. “Fue toda una aventura. Ahí descubrí lo difícil que es traer técnicos estadounidenses a trabajar en Santander”, confesó.

Aunque el proyecto se concluyó, nunca pasó de los planos a la realidad: “Se hundió el precio del petróleo, por circunstancias de la vida, y se quedó solo en proyecto. No se hizo la obra”.

La ingeniería cántabra tiene 170 trabajadores y ha firmado decenas de proyectos relevantes por todo el mundo

Mejor suerte ha tenido el proyecto que el equipo de WSP España ha desarrollado para el complejo marítimo King Salman, en Ras Al-Khair (Arabia Saudí) de la mano de Sacyr Construcción.

El astillero, todavía en construcción, se convertirá en el más grande del mundo por  superficie, con espacios diferenciados para la construcción naval, reparación de buques, construcción de plataformas petrolíferas y de servicios de apoyo.

WSP aterrizó allí durante el proceso de licitación para las obras de construcción marítima y terrestres, que incluyen el desarrollo de las estructuras marinas, el diseño de 110 edificios de diferentes tipologías, con una superficie total construida de aproximadamente 500.000 m², las cimentaciones de equipos pesados, las carreteras e, incluso, los sistemas de drenaje.

En Arabia Saudí también ha participado en otros proyectos relevantes como el del metro público de Riad, construido por FCC, con una inversión de 7.500 millones de euros.

De las oficinas de WSP en Santander salen los diseños de otra infinidad de infraestructuras repartidas por todo el planeta. Antes de la pandemia, proyectó para Ferrovial un tramo de carretera en Estados Unidos con el que consiguió el premio a la mejor infraestructura nacional de 2018.

Raúl Huerta, director del PCTCan; Óscar Sánchez Resta, director de Empresas del Banco Santander; Núria Álvarez (Cesce); Manuel Pérez; Alberto Ibáñez; director de Cantabria Económica; Eduardo Artal, presidente del Colegio de Ingenieros de Telecomunicaciones; Daniel Castro, director de la Escuela de Caminos; y Mercedes G. Piedra (Selanor).

En ese año, el 85% de la facturación de la oficina santanderina provenía de trabajos en el extranjero, un escenario muy diferente al de diez años antes, cuando no había salido de las fronteras nacionales. “Recuerdo que Marcos Pantaleón, mi padre profesional, dijo: ‘tenemos que internacionalizar esto’”. La experiencia inicial no fue fácil y Manuel Pérez no tuvo tapujos al comparar sus primeras salidas al exterior en busca de clientes con la mítica escena de Paco Martínez Soria en la película ‘La ciudad no es para mí’. “Me puse a buscar y no di una. Tardé un año en conseguir el primer contrato. Pudimos perder hasta la camisa”, admitió.

En esos momentos, el mercado nacional ofrecía escasas oportunidades debido a la crisis económica que acababa de estallar. “Nos encontramos en 2009 sin trabajo, pero muy formados”, recordó.

Tantas fueron las ingenierías españolas que salieron a trabajar fuera del país que el 80% de su actividad pasó a desarrollarse en el exterior, un porcentaje muy superior al que tienen las de Turquía (40%), Inglaterra (10%) o Alemania (5%), las otras más internacionalizadas del continente, un mérito que atribuyó a contar con la potencia económica de constructoras como ACS o Ferrovial.

La energía del futuro

El sector energético se encuentra inmerso en un proceso de transformación hacia alternativas más limpias y eficientes como consecuencia del cambio climático y WSP también tiene un papel muy activo en este proceso, a través de sus servicios de ingeniería, que le han llevado a participar en prácticamente todas las fases de los proyectos.

Asesoran a clientes de sectores tan diversos como la construcción, el petróleo y el gas, la minería, la industria y el trasporte, para reducir sus consumos y la emisión de gases de efecto invernadero, y son asesores del Banco Mundial para evaluar la resiliencia del cambio climático de puertos, aeropuertos y ferrocarriles. “El método del Banco Mundial para analizarlo lo hemos hecho entre el Instituto de Hidráulica Ambiental de Cantabria y nosotros”, desveló Pérez Sierra.

Según el director general de WSP en España, el proceso de electrificación de la economía “es imparable”, aunque cree que el mayor problema que presenta es que las infraestructuras “no están preparadas”. Uno de los cuellos de botella está en la imposibilidad de almacenar la energía producida por las renovables, lo que va a conducir, en su opinión, a “una sobreproducción en cinco o seis años”, que habrá que gestionar.

En cuanto al desarrollo de la energía marina flotante, considera que “la parte de cimentado ya está madura. Aunque solo hay prototipos, tecnológicamente está resuelto”, dijo y se atrevió a aventurar que “si mañana quisiesen hacer un parque, en dos años podría estar”.


Manuel Pérez Sierra.

‘Ganamos mucho más en el extranjero’

Pérez Sierra recordó que hace tan solo unos pocos años el grueso de la facturación de WSP se generaba fuera del país, pero ahora mismo el 80% de los ingresos procede de proyectos hechos en España. “Económicamente nos va bien, pero volver a casa es una mala noticia porque, por ejemplo, en Estados Unidos nos pagan dos veces más que aquí”, apuntó.


Anticipar el futuro

Manuel Pérez Sierra está convencido de que uno de los factores que diferencia su ingeniería de otras es “la posibilidad de trabajar con gente que dedica cierto tiempo a anticipar cómo va a ser el futuro”.

Puso un ejemplo de esa anticipación, el Parque de Las Llamas. Hace 15 años, el Ayuntamiento de Santander adjudicó a la consultora cántabra, en colaboración con el despacho de arquitectura MMI Gestió D’Arquitectura i Paisatge, el diseño y la asistencia técnica en la ejecución de las obras del Parque Atlántico en la Vaguada de las Llamas.

El objetivo era regenerar un espacio de casi 300.000 metros cuadrados ubicado entre el Campus de la Universidad de Cantabria y la zona residencial: “Se planteó con conceptos geométricos que eran disruptivos y, por el uso que tiene ahora mismo, creo que fue todo un acierto y algo anticipado a su tiempo”.

WSP también se ha especializado en estudios de ruido. “Somos una de las empresas pioneras en la valoración de ruido ambiental y la que más estudios hace”, reveló. Su oficina valora, de forma habitual, el ruido de carreteras, industrias, y estructuras y propone medidas para mitigarlo. Esa acumulación de experiencias le permite asegurar que “en España ha mejorado sensiblemente la calidad ambiental del ruido en los últimos años”.

Pérez Sierra remató su exposición con una reflexión tan optimista como reivindicativa: “Tenemos una altísima capacidad técnica, una universidad que es un lujo, mucha formación y gente que está muy implicada”.

También tuvo tiempo para elogiar a su plantilla: “Son jóvenes. Es un vicio trabajar con ellos todos los días. Sé que contamos con personas con mucho valor añadido”, dejando claro que los proyectos “se ganan y elaboran desde Santander”, y no llegan por el mero hecho de formar parte de una de las mayores multinacionales de ingeniería del mundo, con 57.000 profesionales repartidos por varios continentes.

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