Sniace ofrece todo el suelo industrial que Torrelavega necesita a cambio de recalificar el espacio para un híper

La reordenación interior de la fábrica dejaría libres dos tercios de su superficie

Sniace dispone de 600.000 m2, de los que únicamente necesitaría la tercera parte si reordena sus instalaciones. Un volumen de suelo industrial estratégico para una ciudad, como Torrelavega, que se ha quedado sin ello. La factoría está dispuesta a sacarlo al mercado, pero necesita que el Ayuntamiento apruebe su plan de reordenación, y una compensación urbanística para hacer caja de cara a la continuidad de su plan de inversiones: calificar un esquinazo para hacer un hipermercado. Ofrece, a cambio, la entrega gratuita a la ciudad de todo el suelo que media desde su frente de oficinas hasta el río, unas 23 hectáreas.


El suelo industrial que Torrelavega necesita y que intenta promover con no pocas dificultades en la mies de Las Excavadas, ya existe. Está en el recinto de Sniace. La fábrica aún dispone de más de 60 hectáreas pero su actividad, en realidad, podría concentrarse en apenas 21. Si se reunen las actividades ahora dispersas por el enorme recinto, se derriban las naves que llevan años sin uso y con un aspecto cochambroso y se construyen unos viales internos, en el suelo excedente que quedaría en la zona noroeste del recinto cabrían dos parques empresariales de cierto tamaño, donde se podrían asentar actividades de todo tipo. Pero la reordenación también daría lugar a una zona comercial, en los espacios más próximos a la ciudad, y algo más de 150.000 m2 de zonas verdes. A su vez, el Ayuntamiento de Torrelavega recibiría el parque que está junto al río (121.000 m2), el polideportivo Óscar  Freire (45.700 m2), el espacio que está frente a las oficinas, donde se construiría una zona de ocio (17.000 m2), además de un cinturón verde que envolvería la fábrica resultante y los viales. En total, unos 236.000 m2 de cesiones, casi un 40% de la superficie actual.

La propuesta le fue entregada por Sniace al Ayuntamiento hace más de un año, pero no ha tenido respuesta.

Cambio radical de aspecto

El gráfico que muestra la disposición de espacios que propone la empresa. En color mostaza, la futura Sniace. La superficie roja inferior derecha sería para el hipermercado y los sombreados azules para crear parques industriales en los que podrían asentarse otras empresas.

A cambio de esas cesiones, Sniace pide, además de poder reordenar su fabricación y hacerla más racional, la calificación para usos terciarios del esquinazo sur (el más próximo a la Autovía Santander-Oviedo), lo que permitiría instalar en él una gran superficie comercial y obtener con la venta de la licencia los recursos para continuar su plan de inversiones.

La futura factoría tendría un aspecto muy distinto al actual, una vez que se derribasen las naves sin uso, prácticamente abandonadas, y quedase cubierta de la vista por una pantalla vegetal, un corredor que la separaría de las nuevas actividades del recinto y de las viviendas de Duález. Además, estaría ligeramente retranqueada, ya que Sniace propone que en todo el frente Este (la actual fachada de la fábrica) se cree un parque lineal municipal, con una zona de ocio para la población en la que convivirían peatones, bicicletas, mascotas y juegos de niños con kioskos, pequeños comercios o terrazas de hostelería, una transformación radical del aspecto que ahora tiene. Eso obligaría a desplazar la entrada de la fábrica, para alejarlo lo más posible de esa zona de público.

El polideportivo Óscar Freire, que limita esa nueva franja de ocio por el Este, también sería cedido a la ciudad, así como el parque colindante, que llega hasta el río.

La propuesta de Sniace se parece significativamente a la modificación puntual del PGOU de Torrelavega que se aprobó en 2002, donde se proponía dar usos comerciales a la zona Oeste, y en la parte Norte, la más alejada a la autovía, admitía una zona de naves industriales adosadas. La fábrica propone mejorar aquella idea, con una gran fachada comercial a la autovía, que además de tener una gran visibilidad, cambiaría por completo la imagen del recinto y de Torrelavega.

Suelo industrial inmediato y sin costes

La oferta de suelo industrial que se derivaría del plan de reordenación evitaría tener que promover apresuradamente un nuevo polígono en la mies de Las Excavadas, puesto que toda la superficie de Sniace ya está calificada para estos usos. Además, se encuentra en un punto estratégico y no necesita ninguna infraestructura de acceso. Todas ellas (autovías, ferrocarril, agua…) están hechas. Incluso la depuradora, porque la que construyó Sniace supera sus necesidades y puede ser compartida.

La venta de las últimas parcelas del polígono de Tanos-Viérnoles y la ampliación de la fábrica de Envases y Formas en el Centro Empresarial Besaya ha dejado a la comarca de Torrelavega sin suelo industrial disponible. La ciudad ha puesto la vista en la mies de Las Excavadas, pero el proyecto ya se ha encontrado con las primeras dificultades ambientales y, aunque llegue a superarlas en un tiempo razonable, con el proceso expropiatorio necesario y la construcción es muy improbable que esas parcelas se pongan en el mercado antes de 2025, a tenor del largo periodo de maduración que han tenido otros polígonos industriales de la región.

Sniace ha priorizado las inversiones productivas a la imagen

La espera puede resultar crítica para una ciudad que, después de mucho tiempo, ha visto repuntar la demanda de suelo industrial y que, a partir de ahora, no podrá ser atendida.

Sniace llegó a acumular una enorme superficie (casi 800.000 m2) en las mieses de Ganzo y Duález, que nunca ha llegado a ser del todo aprovechada. Quizá por la carga contaminante que generaba la factoría, pocas veces se pensó en darles otra utilidad, pero los tiempos han cambiado. Para obtener la Autorización Ambiental Integrada, la empresa se vio obligada a construir una gigantesca depuradora, que le costó 22 millones de euros; también ha iniciado un tratamiento biológico de los gases y ha mejorado muchos procesos productivos. El resultado debe ser un entorno mucho más adecuado para acoger otras actividades. Y la fábrica hace tiempo que está dispuesta a ello, si la Corporación de Torrelavega lo admite.

Por el momento, el Ayuntamiento, que pretende una expropiación de los terrenos que se encuentran frente a la entrada principal de la factoría, no ha tenido en cuenta la alternativa que le ofrece Sniace, cedérselos gratuitamente para hacer un área de recreo con hostelería y aislar visualmente la fábrica.

Imagen decadente

El hecho de que en la actualidad Sniace solo utilice el 40% de los edificios y suelos contribuye a la imagen decadente de la factoría, que desde hace décadas ha estado apurada financieramente y ha preferido invertir en material productivo que en adecentar unas instalaciones que ni usa ni pueden ser aprovechadas, por su dispersión y estructura. Las mejoras se han hecho en el interior de la factoría, que también se encontraba en condiciones penosas y que, después de los 60 millones de euros de inversión de los dos últimos años, muestra un cambio sustancial.


Sniace pretende romper el mercado de las toallitas desechables con una versión ecológica

Blas Mezquita, presidente de Sniace e impulsor de los proyectos de diversificación.

Blas Mezquita llegó a la fábrica en 1989 junto con Luis Reparaz con un objetivo muy concreto y un año de contrato, pero lleva casi 30, y vividos con tanta intensidad que equivaldrían a muchos más en cualquier otro lugar. La fábrica ya tenía dificultades, pero la sentencia del canon de vertidos de comienzos de los 90, que la obligaba a pagar tres millones de euros cada año a la Confederación Hidrográfica parecía la puntilla. La empresa acabó por remontar, y aún ha tenido que superar otra circunstancia parecida cuando el Gobierno Rajoy cambió las condiciones de los cogeneradores de electricidad y de los consumidores de gas, lo que añadió 15 millones de euros anuales a sus gastos, que una pequeña matización posterior de aquel Gobierno redujo mínimamente.

Desde el primer momento, la estrategia de Mezquita ha sido la diversificación, para tratar de entrar en mercados más rentables que el de la celulosa, la fibrana o el papel, unos productos commodities que pueden encontrar mercado en cualquier momento pero que se encuentran sometidos a fuertes vaivenes de precios.

Cesión de la cogeneración

Mezquita encontró una salida muy rentable en la cogeneración eléctrica y probó con menos suerte otras alternativas más inciertas, como los biocombustibles o el sector eólico, en una clara apuesta por las energías renovables, pero las circunstancias legales no le fueron demasiado favorables. Incluso la cogeneración cambió radicalmente de signo económico tras la regulación del Gobierno Rajoy, y la empresa se ha visto forzada a ceder la explotación a una compañía especializada, Cogen, a cambio de quedarse con una parte del negocio, lo que mejorará su rentabilidad pero va a repercutir negativamente en su cifra de ventas.

Tras la última ampliación de capital, por importe de 30 millones de euros, Sniace ha podido lanzar dos apuestas de futuro: las microfibras, que van a dar lugar a las toallitas femeninas dispersables, y los tejidos ignífugos (en realidad, retardantes al fuego).

Las toallitas desechables  de celulosa, que llevan viscosa, para darles consistencia, y propileno, se han convertido en un problema para las ciudades, ya que al no degradarse atascan los sistemas de saneamiento y aparecen en mares y playas. Tanto que las autoridades están dispuestas a imponer restricciones a su fabricación.

Un aspecto de cómo ha cambiado el interior de la fábrica con el plan de inversiones que se ha puesto en marcha.

Ensayos con éxito

Sniace ha venido haciendo pruebas, con éxito, de una viscosa de fibra muy corta que, precisamente por eso permite la dispersión una vez entra en contacto con el agua de los saneamientos. La inversión que exige es significativa, porque requiere una nueva línea de producción, y tampoco sirven los equipos de blanqueo y limpieza de las restantes, pero la empresa tiene mucha confianza en la receptividad del mercado a una toallita ‘ecológica’. También augura un inminente cambio regulatorio que llevará a las autoridades a prohibir las toallitas actuales. Eso le abriría un mercado potencial muy amplio, al que se añadirían otros muchos productos higiénicos (compresas, pañales, etc.)

Además, tiene una patente de una fibra retardante para el fuego (comercialmente, ignífuga), con un 30% de sílice, con la que ya ha hecho pruebas en EE UU. Su expectativa es muy alta, y espera que el año próximo ya aporte una parte significativa de la facturación.

Si se cumplen sus previsiones, para el año próximo, el 80% de su producción de viscosa ya irá dirigida a estos dos nuevos productos.

Respaldo de Pöyry

El Plan Industrial de Sniace, que contempla estos productos de valor añadido, ha obtenido el espaldarazo reciente de la consultora finlandesa Pöyry, que cree que la empresa de Torrelavega podría incrementar su producción de celulosa dissolving en 7.000 toneladas/año si realiza una inversión en los digestores, con una rentabilidad para el próximo año muy alta (18 o 20% de ebitda), a tenor de la evolución de los mercados.

Las perspectivas son aún mejores para la viscosa, al entrar Sniace en dos nichos de mercado con mucho recorrido, el de la fibra corta, para las toallitas dispersantes, y el de la fibra ignífuga. Las inversiones para fabricar la fibra autodispersante aumentarían la capacidad de producir viscosa en 25.500 toneladas año y también darían lugar a una sensible mejora de los costes generales de esta sección en un 32%. Ambos efectos depararían un ebitda de entre el 15 y el 18% según la firma finlandesa, que es la más importante en consultoría industrial de celulosa, papel y químicos, y ha realizado más de 2.000 due dilligence en la última década.

Tanto la recapitalización por parte de sus accionistas como esta reorientación hacia  nuevos productos y la mejora de la productividad van a cambiar radicalmente los resultados de la fábrica. Si se cumplen las expectativas del Plan y las previsiones de Pöyry, pasaría de los 8 millones de números rojos que ha tenido en el primer semestre de este año a un ebitda positivo de 20 millones de euros dentro de dos años.


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