Seña tendrá la primera planta de biomasa de la región

El anuncio hace dos años de que Valoriza, filial de Sacyr Vallehermoso, se disponía a instalar en Reocín una gran planta de biomasa levantó una lógica expectación. No sólo porque iba a ser la primera de estas características construida en Cantabria, sino por la magnitud de la inversión, 30 millones de euros; un esfuerzo en el que iba a estar acompañada por una empresa maderera local, Alvarez Forestal, y el propio Gobierno regional a través de Mare.
Sin embargo, aquel proyecto ha quedado supeditado a que la empresa de Luis Del Rivero obtenga parte del pastel del plan eólico que la administración cántabra se dispone a adjudicar. Mientras tanto, otra iniciativa en la que nadie había reparado, ha culminado su larga travesía administrativa y ya tiene luz verde para comenzar a construir una planta de biomasa, que será mucho más modesta (2 Mw de potencia frente a los 10 del proyecto de Reocín) pero que podrá ostentar el título de ser la primera planta de este tipo que se levanta en la región.
La iniciativa la lidera Maderas Morante, una taladora que opera en la zona oriental de Cantabria, que, con otros tres propietarios de montes maderables, van a aportar los cerca de cuatro millones de euros que costará poner en pie la planta diseñada por Guascor.
Tal y como adelantó Cantabria Económica en julio de 2008, el lugar elegido para construirla es la localidad de Seña, en el municipio de Limpias, cuya Corporación concedió el pasado mes la licencia de obra. La elección del pueblo de Seña está relacionada con la facilidades que ofrece esta zona para aprovisionarse de restos forestales, dado que se encuentra en el epicentro de los montes donde Maderas Morante hace las talas. Pero lo más determinante ha sido la existencia en las proximidades de una línea eléctrica que facilitará la evacuación de la energía que produzca la planta hasta una subestación de Viesgo.

Asegurar el abastecimiento

Tener el suministro de materia prima asegurado es una de las premisas básicas para el éxito de la planta energética de Seña y los promotores cuentan de antemano con la certeza de que serán capaces de autoabastecerse, aunque tampoco desdeñan la posibilidad de utilizar los restos de madera que suelen depositarse en los puntos limpios (palés desechados, podas, etc). Para funcionar a pleno rendimiento, y a pesar de su modesto tamaño, la instalación energética necesitará unas 13.000 toneladas de residuos forestales al año.
Sus promotores esperan que pueda entrar en funcionamiento en la primavera de 2011. En ese caso, será la pionera en una región que, por su tradición forestal, es una de las más idóneas para la obtención de energías vinculadas la biomasa. En realidad, será una de las pocas que puedan implantarse, ya que si el proyecto de Valoriza se concreta, no cabrán muchas más. Las cortas de eucalipto que se hacen en Cantabria generan unas 117.000 toneladas anuales de residuos, de las que más de 50.000 serán procesadas en la gran planta que está previsto construir en Reocín, lo que limitará sustancialmente la materia prima disponible para quienes se animen a seguir los pasos de esas dos empresas, en un sector que exige mucha perseverancia, ya que los promotores de la central de Seña llevan seis años de tramitaciones.

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