SAM trata de blindar a sus ganaderos aumentando su participación en Iparlat
Aunque continúa siendo minoritaria, la presencia de la cooperativa lechera SAM en Iparlat se ha reforzado tras la última ampliación de capital llevada a cabo por el grupo vasco-navarro. SAM ha incrementado su participación en el capital social de Iparlat en 320.000 euros (53 millones de pesetas), lo que supone el 9% de la ampliación realizada. Este reforzamiento de la alianza comenzada hace seis años, aumentará la capacidad de la cooperativa cántabra para controlar el proceso de transformación y comercialización de la leche que sus asociados entregan a la planta de Iparlat en Renedo, cien millones de litros al año. SAM busca, además, garantías de precios para sus socios en un mercado claramente bajista.
SAM es la mayor cooperativa ganadera de leche de Cantabria, con más de 1.400 asociados de los que cerca de mil entregan leche a Iparlat. A partir de este acuerdo, la cooperativa va a tratar de que, a medio plazo, todos sus asociados aporten la leche a la planta de Renedo, algo que presumiblemente se intentará a través de ofrecer mejores precios de los que obtienen en otros competidores de Iparlat.
La actual deriva del sector lácteo en España, con un acusado descenso del precio de la leche que se paga a los ganaderos, ha puesto una vez más de manifiesto la vulnerabilidad de este sector ante la política de precios marcada por la industria láctea y las grandes distribuidoras. La estructura del grupo Iparlat, una simbiosis entre cooperativas ganaderas e industrias lácteas, en las que el 51% del accionariado está en manos de los productores, es considerada como el mejor medio de asegurar a los ganaderos una remuneración justa por su trabajo. “Nos hemos unido a estas cooperativas –señala el presidente de SAM, Carlos González– porque es el proyecto más amplio y desarrollado que hay en España en estos momentos, y creemos que es el mejor sitio en el que podemos estar”.
Nuevos productos
Iparlat, que comercializa la leche de tres cooperativas –Gurelesa, Copeleche y SAM– con la marca Kaiku, cerró el pasado ejercicio con una facturación de 240 millones de euros, un 18% más que en el 2001. La compañía se encuentra entre las cuatro mayores empresas de España dedicadas a la producción y comercialización de leche y sus derivados. Kaiku recoge a diario un millón de litros de leche procedentes de 3.500 explotaciones repartidas por diversas comunidades españolas que posteriormente procesa en sus tres plantas: Urnieta (Guipúzcoa), dedicada al envasado de leche en brik; Lácteos de Navarra (Pamplona), que fabrica derivados lácteos, y Andía Lácteos, ubicada en la localidad cántabra de Renedo de Piélagos. La planta cántabra, en la que trabajan cien personas, produce y comercializa leche en botella de litro y medio, batidos, leche en polvo, leche concentrada, mantequilla y nata. La gama de derivados lácteos de Kaiku se ha incrementado recientemente con el lanzamiento de productos probióticos y del primer derivado lácteo comercializado en España que reduce el colesterol.
Iparlat exporta a más de 20 países y desde hace dos años cuenta con una planta en Chile –Lácteos Surlat– orientada al mercado iberoamericano.
En el año 2000, el grupo dio un paso más hacia la diversificación de sus productos con la creación de una nueva gama de sopas, caldos y cremas envasados en brik. En la creación de esta nueva línea de productos, han colaborado cuatro de los más prestigiosos cocineros españoles: Ferrán Adriá, Juan Mari Arzak, Pedro Subijana y Carlos Arguiñano.