La frontera para los camiones empieza en Treto
Atravesar el País Vasco en camión en domingos y festivos es imposible desde hace una década para los transportistas de otras comunidades autónomas. El perjuicio que causa esta restricción, especialmente al tráfico que discurre en dirección a Francia por la Cornisa Cantábrica, movilizó desde el primer momento al Gobierno regional, que no ha cesado de recurrir las decisiones que el Ejecutivo vasco toma año tras año.
Sin embargo, de prosperar la propuesta que la Delegación de Tráfico en Cantabria ha hecho al Ministerio del Interior para fijar las limitaciones a la circulación del transporte pesado en 2008, el problema para los camioneros no será entrar en territorio vasco en fin de semana o en días festivos, sino conseguir pasar de Treto.
Según esa propuesta, que no ha sido consensuada con el sector del transporte ni ha sido comunicada al Gobierno cántabro, entre mayo y septiembre los camiones que superen los 7.500 kg de peso máximo autorizado no podrán circular ningún domingo ni festivo, desde las cinco de la tarde a las doce de la noche, por el tramo de autovía que va desde Treto hasta Castro Urdiales.
Esta propuesta ha generado un gran malestar entre los transportistas cántabros, aunque no tanta como la pretensión inicial de Tráfico de aplicar la restricción durante todo el año.
Los transportistas ven como desde su propia comunidad, aunque sea por un organismo que no depende del Ejecutivo regional, se viene a validar la actitud que tanto tiempo llevan reprochando al Gobierno vasco, al que acusan de establecer prohibiciones genéricas que atentan contra el libre movimiento de mercancías.
Ese carácter genérico es el que sirvió de base al Tribunal Supremo en 2005 para echar atrás la normativa vasca a instancias del Gobierno de Cantabria. La reacción de la comunidad vecina fue limitar las restricciones al periodo comprendido entre mayo y septiembre, época vacacional donde la densidad de tráfico es mayor, fijando las diez de la noche como hora para levantar la prohibición y no las doce, como propone ahora Tráfico. Una medida que ha sido suspendida cautelarmente por los tribunales a instancias del Gobierno cántabro.
Protesta de AETRAC
Las quejas se han extendido a comunidades como la asturiana, cuyos transportistas también se ven directamente afectados por cualquier restricción del tráfico pesado en un corredor como el de la Autovía del Cantábrico, para el que no existe una alternativa aceptable. En el tramo que discurre entre Treto y Castro Urdiales, los transportistas tendrían que utilizar en domingos o festivos la antigua carretera nacional, con numerosas travesías urbanas.
La patronal cántabra de transportistas Aetrac ha pedido a la Jefatura Provincial de Tráfico que reconsidere su propuesta, argumentando que supone un encarecimiento de los servicios de transporte. En el escrito se subraya que el tráfico de mercancías por carretera desde Cantabria hacia Cataluña y Levante, así como los internacionales, se efectúan habitualmente a través de la A-8 y no por la N-634 por razones evidentes de fluidez y seguridad. Una evidencia que, de no ser apreciada por la Dirección General de Tráfico, convertirá en un empeño inútil la larga lucha del Gobierno cántabro por levantar las barreras que la comunidad vasca pone a los transportistas foráneos, aunque a los autores de la propuesta les guíe la intención de paliar los atascos que se producen los fines de semana en torno a Castro Urdiales.
Tercer carril
El problema podría quedar resuelto con la incorporación de un tercer carril entre Solares y el límite con Vizcaya, una decisión que el Ministerio de Fomento ya ha tomado, en vista de que la autovía se ha quedado pequeña a los doce años de su inauguración. Pero la obra va a tardar. Si se tienen en cuenta los plazos administrativos de la tramitación necesaria, no podrá iniciarse antes de 2010 y el recrecimiento de esos 60 kilómetros costaría no menos de 70 millones de euros.
Este tramo es utilizado cada día por entre 30.000 y 50.000 vehículos, lo que no sólo crea problemas de atascos, sino también de seguridad. El pasado año registró 176 siniestros.