El arte atesorado por el Santander

Si los enlaces entre algunas familias reales europeas depararon grandes colecciones de arte, a medida que el Banco Santander absorbía otros bancos se producía una circunstancia que pasaba desapercibida: su poco conocida colección de arte se incrementaba. Las pinturas, esculturas, tapices, piezas de cerámica, muebles y relojes forman un variopinto bagaje artístico al que en los últimos años se ha intentado dar una mayor homogeneidad, a través de compras o depuración.
Esta colección empezó a formarse hace más de cien años en algunos de los bancos que han acabado integrados en el Santander, como el Central o el Hispano Americano y contiene obras muy significativas del siglo XVI, como un lienzo de Tintoretto o las tablas de Lucas Cranach, Joan de Joanes y Luis de Morales. Pero es especialmente abundante en obras del siglo XVII, con dos grecos, una magnífica Virgen Niña Dormida de Zurbarán y otra Educación de la Virgen, de Alonso Cano no menos notable, además de cuadros de Valdés Leal, o los holandeses Van Dyck y Rubens.
El Banco acaba de publicar un catálogo con lo mejor de su colección, en el que se reconoce una menor presencia de obras del XVIII y primera mitad del XIX. Pero esas escaseces se compensan con la abundancia de autores posteriores a 1880: Madrazo, Rusiñol, Anglada Camarasa, Agustín Riancho, Darío de Regoyos, Nonell, Mir, Romero de Torres, Piñole, Zuloaga o Sorolla son algunos de los muchos artistas representados de finales del XIX y comienzos del XX.
El Santander podría llenar varias salas de con los quince grandes murales que Sert realizó para una representación en el comedor del Waldorf Astoria de Nueva York, o con su primera colección, la del pintor cántabro José Gutiérrez Solana, 23 de sus mejores lienzos, que reflejan su particular y tremendista visión de los tipos humanos, los toros, las máscaras, las procesiones o las verbenas.
Unas doscientas obras, que forman la mayor parte de la colección, se han empezado a mostrar al público en la sala de exposiciones recién abierta en la Ciudad Financiera que el Banco ha levantado en Boadilla del Monte (Madrid) a donde ha trasladado la sede operativa y todos los servicios centrales que tenía repartidos por varios edificios de la capital.
Entre las esculturas sobresalen las de autores como Chillida, Susana Solano, Cristina Iglesias, Pablo Serrano, Alberto Sánchez o Julio López, algunas de las cuales se han convertido en elementos decorativos urbanos, pero no son las únicas, porque en la colección están también representados los clásicos Gregorio Fernández o Juan Pascual de Mena
El museo cuelga también cuadros de los autores contemporáneos más significativos, como Picasso, Miró, Saura, Millares, Viola, Chirino, Canogar, Gerardo Rueda o Zóbel y de los actuales Tàpies, Cuixart, Luis Gordillo, Eduardo Arroyo, Sicilia, Barceló, Broto, Pérez Villalta o Uslé.

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