La renta media declarada en Cantabria ya está 500 euros por debajo de la nacional

A pesar de tener unas pensiones medias muy superiores al conjunto nacional, y de que los salarios industriales también empujan al alza, las rentas de los 300.000 contribuyentes cántabros que hacen la declaración del IRPF no solo no están en los puestos de relumbrón de antaño sino que ni siquiera llegan a los 23.546 euros anuales de media nacional. No es un problema rural, porque, salvo Soba, el resto de los municipios no están demasiado lejos de la renta de Santander. La capital tampoco puede sacar pecho, porque cae al quinto lugar de la región en renta bruta por declarante, tras Santa Cruz de Bezana, Castro Urdiales, Santillana del Mar y Liendo.

De las 340.000 declaraciones de renta que se presentan en Cantabria, 94.671 proceden de Santander y 25.142 de Torrelavega. Es lo que corresponde por población. Lo significativo es la diferencia de ingresos familiares entre una ciudad y otra. Mientras que en la capital el promedio de los declarantes tiene una renta disponible media de 25.192 euros, en Torrelavega se queda en 21.065.

El grupo siguiente de municipios, los que tienen más de 20.000 habitantes pero menos de 50.000 (es decir, Castro Urdiales, Camargo y Piélagos), saltan a 24.350 euros, sobre todo por el empuje de Castro, donde muchos declarantes trabajan en Vizcaya, una de las provincias españolas con salarios más elevados.

A partir de ahí, y como  ocurre en todo el país, cuanto más pequeños son los ayuntamientos de residencia, menores son las rentas medias de sus habitantes, lo que abona la idea de que los empleos bien remunerados casi nunca están en los pueblos, sobre todo en los más pequeños, donde la renta media anual baja a 17.693 euros. No obstante, las diferencias que se dan en la geografía cántabra son más moderadas que en otros lugares del país, lo que indica una mayor cohesión territorial.

Solo hay una excepción notoria en esta correlación entre la población del municipio y su renta media, la de Santa Cruz de Bezana que es, en teoría, el municipio más rico de Cantabria, si se tienen en cuenta los ingresos anuales de sus declarantes. Eso no quiere decir que tengan patrimonios más elevados que, por ejemplo, quienes viven en Santander.

Bien por haberse convertido en ciudad dormitorio de Santander, por acoger a muchas familias jóvenes (con más proporción de activos) o por haber aumentado su censo de empresas (120 más desde 1999), la renta bruta media de Bezana es de 27.083 euros anuales, cuatro mil más que la media nacional y 2.500 por encima de la declarada en Santander.

La comunidad autónoma hace mucho que dejó de estar en los puestos de cabeza por renta familiar y ahora ni siquiera alcanza los 23.546 euros de la media nacional. Sus 22.987 euros de promedio la desplazan a la segunda mitad de la tabla y con pocas perspectivas de remontar.

Pérdida histórica de puestos

Los quinientos y pico euros anuales por debajo de la media nacional tienen más simbolismo del que representa esta cantidad, porque la región, que ahora aspira a no quedar descolgada, hace solo unas décadas se encontraba en los primeros puestos del país en renta, en competencia con el País Vasco, Baleares y Madrid.

La tablas nacionales del IRPF dejan bien claro que para conseguir unas remuneraciones más elevadas hay que ir a las grandes ciudades. En las de más de 500.000 habitantes, los ingresos disponibles por declarante son de 29.145 euros anuales, y están seis mil euros por encima de los que se obtienen en las ciudades de tamaño medio (23.581) y casi 12.000 euros por encima de los ingresos medios en los pequeños municipios (18.096 euros).

Esto da lugar a que las seis mayores ciudades del país le aporten a Hacienda en IRPF veinte veces más que los 4.689 municipios de menos de mil habitantes.